El mundo digital en el que
vivimos ayuda a que muchos aspirantes a estrellas marciales puedan poner en
marcha proyectos personales que les abran puertas. Es el caso de la película
que esta semana traigo al blog, a pesar de no haber conseguido lanzar a sus
creadores. Pero sí ha conseguido sumar un título estupendo de artes marciales,
con ese toque amateur pero lleno de
ilusión y calidad. Me recuerda a Plan B
(2016), pero sin llegar a trascender y con un presupuesto mucho más ajustado. Los
paralelismos en ambas películas son claros. Estupendos artistas marciales, bien
rodadas, llenas de homenajes al cine de Hong Kong y un grupo delante y detrás
de las cámaras, que se encargan de dirigir, editar, guionizar, coreografiar,
protagonizar… Fabien García encabeza
esta producción norteamericana de un grupo de jóvenes que quieren triunfar en
el cine de acción de Hollywood pero que se verán metidos en un macabro juego
donde no dejarán de luchar, para deleite del amante de las escenas de lucha
trepidantes.
Muchos hemos querido triunfar
como estrellas del cine de artes marciales desde pequeños, y cuando ves
películas como Die Fighting, donde
la realidad se mezcla con la ficción. Y digo esto porque Z Team es un grupo de franceses expertos en artes marciales, los
que están detrás de este pequeño film. El mencionado Fabien García, junto a los
hermanos Laurent y Didier Buson y Yannick Van Dam, forman este grupo, productores del film, y con los
Buson como actores junto a Fabien, que es además el director, guionista,
protagonista, editor y coreógrafo, dejando a los Buson coreografiar sus propias
peleas. El guion mete a estos expertos luchadores en un juego contrarreloj para
poder salvar a la mujer de Fabien, al estilo de la archiconocida saga Saw, pero sustituyendo el gore por
artes marciales y secuencias de acción, con la ciudad de Los Ángeles como
decorado. El guion puede parecer una mera excusa para las secuencias de acción,
que lo es, pero está bien construido, con cierto toque de thriller, muy ligero, y un giro final con mensaje algo por encima
de las pretensiones del film, pero esto mismo le da cierto toque sobresaliente
en el género, no sólo por la estupenda calidad de las coreografías, tema al que
llegaremos en breve. Quiero que quede claro que el guion no es nada del otro mundo,
ni el giro, algo sorprendente, pero funciona bien y no se queda en una simple demo reel del actor o equipo de turno. Aspira
a algo más, y aunque no han tenido continuidad, exceptuando al actor Jess Allen, que ha proseguido su
carrera de actor ligeramente en numerosas series de televisión. Es uno de los
problemas, la ausencia de carisma de Fabien, que cumple como héroe gracias a
suplir ciertas carencias con una técnica impoluta y espectacular. También
tenemos en el reparto a Xin Sarith Wuku,
un nombre esencial actualmente en el mundo del stunt y de esas promesas a estrella que auguro en este mundillo si
se le da la oportunidad. Xin tiene un personaje secundario pero que me ha
parecido muy llamativo en pantalla, desprendiendo cierto magnetismo que incluso
me daba por pensar en un spin-off
suyo, o webserie o similar que le ayudase a terminar de dar el salto.
Pero está claro que la película,
por mucho que se cuiden detalles para dar cierto empaque serio al film, son las
artes marciales las que predominan. Fabien y Lohan, pseudónimo de Laurent
Buson, han practicado Kung Fu en Shaolin, aunque tienen cierto toque de
Taekwondo en la estilización de sus patadas. Pero realmente da un poco igual,
ya que el estilo de las coreografías, con Fabien consigue homenajear al cine de
Hong Kong en cada secuencia, incluyendo una de acción balística, la secuencia a
lo Furia Oriental en un Dojo o el estilo de Los Ocho Dioses
Borrachos que popularizó Jackie Chan
en El Mono Borracho en el Ojo del Tigre.
De esta forma la película se transformaba en una carta de presentación de este
grupo, Z Team, capaces de cubrir
todo el metraje con una serie de secuencias de acción imaginativas, muy bien
ejecutadas y rodadas, demostrando tener ojo para el cine de acción y diferenciándose
del cine de mucho mayor presupuesto, pero con horribles escenas de acción casi
siempre. Además, el guion justifica con el juego cada secuencia, dándonos
momentos de calma y enlazando bien para la siguiente. Así pasamos por escenas
muy diferentes, en escenarios diversos, convirtiéndose en una película
trepidante, con ese toque oscuro final, inesperado, pero que sin duda hubiese
merecido mayor repercusión en el panorama marcial, al menos a nivel coreográfico,
como Can Aydan y el resto de amigos
de Plan B, que no se prodigan mucho
delante de las cámaras pero que están firmando la acción en numerosas películas,
elevando la calidad media del género. Los intentos de Fabien han continuado de
forma tímida, pero al menos podemos disfrutar de una estupenda y fresca
película occidental como ésta.
NOTA: 7,5
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