Cada vez que Donnie Yen estrena
una película y me dispongo a escribir la crítica, suelo hablar de las
diferentes formas de entender la acción que tiene el actor y coreógrafo y cómo,
en cada una de ellas, intenta crear algo nuevo, un estilo que cambia según el
tono de la película. De primeras y en mi modesta opinión, es algo bueno, aunque
muchos de los seguidores de Yen no están muy de acuerdo y prefieren que sólo
haga cosas al estilo de “Flash Point”, tanto en el tono de la historia como en
las coreografías marciales. Pero Yen sabe que repetir la fórmula no es algo
positivo, ya que el estancamiento al que caería pondría en peligro su carrera,
si bien algunas de sus últimas películas no han conseguido la taquilla ni las
críticas que esperaba. A pesar de ello, y sin querer alargar este tema
demasiado, ya que se supone que esto es una crítica a “Kung Fu Jungle”, pero
creo necesario hablar, o escribir, del tema para entender mejor a Donnie y a
sus películas. Como he dicho en reiteradas ocasiones, Donnie muestra diferentes
estilos de acción en cada película, teniendo dos estilos principales, las artes
marciales más realistas, sin cables o sólo para causar determinados efectos en
las caídas y golpes, y la vertiente más clásica, más wuxia (en realidad tiene algún que otro estilo en sus pelis, pero
no voy a entrar en desmenuzar la forma de dirigir acción de Yen) con cables y
vuelos. Viendo esto, es momento entonces de hablar de “Kung Fu Jungle”, una
película que une estos dos estilos de acción con la maestría que se puede
esperar de Donnie Yen.
Y ya entro en materia. Lo primero
de todo, estamos ante una película de artes marciales, no con artes marciales.
Todo gira en torno al mundo de las artes marciales, por mucha policía que salga
y tengamos incluso tiroteos. El guión, obra de Lau Ho-Leung y Mak Tin-sue, que
ya coincidieron en “14 Blades” con Donnie Yen, admito que no es realmente
original. Un experto en artes marciales matando a otros se pudo ver, por
ejemplo, en “Muerte a medianoche” de 1997 con Gary Daniels y Darren Shahlavi,
pero la particularidad en ésta ocasión es un acercamiento al espíritu del
wuxia, pero con un toque moderno, por lo que se conforma como una película que
podríamos denominar wuxia urbano,
pero sin las exageraciones más radicales dentro del subgénero debidas al uso
masivo del cable. Aquí el uso de cables es necesario pero no tan exagerado como
se podría esperar. Un uso inteligente de los cables además de diversos sistemas
marciales dependiendo del personajes enriquecen la fórmula y lejos de buscar el
éxito repetitivo, Yen consigue equilibrar las dos vertientes, técnicas reales
con algunas más fantásticas. Es un juego cinematográfico saltando del wuxia al policíaco sin que chirrie,
gracias a su tono cercano al cómic y al inteligente uso de los arquetipos
marciales, un cine dentro del cine en ciertos momentos pero que consigue una
entidad propia como película, algo similar a lo que hizo “Gallants” en 2010
pero con un tono más ligero. Otro de los aciertos al usar los mencionados
arquetipos es conseguir el tono épico de las producciones de la Shaw Brothers
encajando perfectamente en un terreno urbano y actual. Las poses heroicas, las
frases antes de un combate y el sabio uso de caras conocidas con un excelente
nivel marcial, como Fan Siu-Wong o Xing Yu, van marcando el ritmo de la
película, disfrutando todos y cada uno de los combates, muy bien dirigidos y
que muestran en todo su esplendor el impecable trabajo de Donnie, ya que se
encarga tanto de la dirección de acción como de las coreografías, realmente
impresionantes, a pesar de tener un elemento que puede generar críticas
negativas, la poca presencia marcial de Donnie. Y es que su personaje tiene
pocos momentos para lucirse, exceptuando en su parte final, por lo que vemos
más de media película sin ver a Donnie desplegar todo su arsenal técnico en
pantalla. Por suerte esto no es tan malo como se podría esperar, ya que ayuda a
que Donnie desmigue su presencia en la película pero sin olvidar los combates
de Kung Fu entre el resto de actores. ¿Y a quien tenemos en el reparto? A un
villano genial como el interpretado por Wang Bao-Qiang, quien ya coincidió con
Donnie en la fallida “Iceman 3D” (fallida al menos la primera entrega, mientras
esperamos la segunda parte) y que aquí consigue superar a su personaje algo
irrisorio de dicho film. A pesar de que sobra un poco la parte en la que se
justifican sus actos con la enfermedad de su esposa, secuencias con cierto
toque terrorífico o inquietante, es precisamente la atmósfera la que consigue
que no sobre del todo. El resto de personajes están correctos, cayendo el peso
sobre Wang y Yen. Antes de dejar el reparto de lado, cabe destacar los
innumerables cameos que aparecen desperdigados por la película, en un auténtico
homenaje al cine de artes marciales de los ’70: David Chiang, Andrew Lau, Peter
Kam, Kirk Wong, Raymond Chow, Tony Leung Siu-Hung, Lee Tat-Chiu, Soi Cheang
Pou-Soi, Dion Lam, Roy Szeto, Yuen Bun, Bruce Law, Derek Kwok, Billy Chan, Bey
Logan, el propio director Teddy Chen e incluso Jackie Chan y Lau Kar-Leung (o
Liu Chia-Liang) en televisores mientras aparecen películas de ellos dos.
Directores, productores, coreógrafos, especialistas o compositores, gran parte
de la gente que encumbró el cine de Kung Fu en los setenta y ochenta, lo que
hace, como he dicho antes, junto a las coreografías clásicas, un auténtico homenaje
al cine de género pero dándole un toque moderno y actual sobresaliente.
A veces es difícil plasmar en una
crítica la opinión real de la película, ya que a veces las palabras tienden a
encorsetar demasiado las ideas y a no quedar claras las cosas. Por eso me gusta
intentar resumir lo explicado de forma más coloquial al final de las críticas, así
que, a ello. “Kung Fu Jungle” demuestra que Donnie Yen es todo un genio en lo
referente a coordinar y coreografiar la acción, sacando lo mejor de cada actor,
como en el combate entre el villano y el personaje interpretado por Fan
Siu-Wong, un combate de “espadas” de
puro wuxia pero sin las exageraciones
habituales. El perfecto equilibrio entre el cine de Kung Fu de los setenta con
el thriller policiaco actual, junto a
una dirección potente y un elenco perfecto en sus papeles hacen de ésta
película una de las mejores del 2014, un cómic visual que crea o propone un
nuevo subgénero dentro del cine hongkonés del que personalmente quiero ver más,
una revitalización necesaria y sobre todo un uso perfecto de cables. Bravo por
Donnie Yen y el resto del equipo de la película, una demostración de que Donnie
tiene mucho que decir aún a los que pensaban que no volvería a rodar una
película potente y muy buena de artes marciales tras las malas críticas
recibidas a “Special I.D.”, “The Monkey King” o “Iceman 3D”. Es momento de
reflexionar respecto a lo que se espera de Donnie, a examinar bien sus últimas
películas y saber diferenciar su trabajo técnico del artístico, siendo el
primero incriticable y magistral, por mucho que en general la película o
películas hayan defraudado a parte del público que sólo busca repetir
incesantemente una fórmula de éxito, cosa que si hubiese hecho, también hubiese
sido criticado. Es indiscutible que Donnie Yen se está transformando en uno de
los mejores directores de acción chinos, tras su mentor Yuen Woo Ping, Corey
Yuen o Sammo Hung, pero tiempo al tiempo…
NOTA: 8’75
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