El 2017 en Corea del Sur
comenzaba con estrenos tan potentes como este que hoy reseño. Un blockbuster con estrellas taquilleras,
acción, humor y toques dramáticos, una buddy
movie entre un policía de Corea del Norte y otro de Corea del Sur, un tema
habitual en el cine surcoreano, que aunque tópico, funciona igual de bien que
temas parecidos en las superproducciones de Hollywood. Si vemos este tipo de
películas norteamericanas, llenas de arquetipos, ¿por qué no ver productos similares
de otros países pensando en disfrutar durante dos horas, uniendo además el buen
hacer de los directores surcoreanos y esa acción con identidad propia? Y esto
es exactamente lo que Kim Seong-Hoon III,
en su segundo largometraje como director, estrenaba el pasado 19 de enero de
este mismo año. Tras debutar con el drama “My Little Hero”, cambiaba de
registro por completo para este film, algo que repetirá para el 2018 con
“Rampant”, un film histórico de zombies que tendrá al protagonista de “Confidential
Assignment”, Hyun Bin como protagonista junto a otra estrella como es Jang
Dong-gun (El Redentor)
El argumento es simple. En Corea
del Norte, un militar decide traicionar al país y robar unas planchas de
superbilletes, es decir, planchas para falsificar dólares imposibles de
identificar. Estas planchas son de origen norcoreano, y el propio gobierno sabe
que, si se descubre, habrá una guerra contra Estados Unidos. Por ello, el único
superviviente del grupo de traidores será enviado a Corea del Sur, tras rastrear
al villano en su huida, en una operación conjunta con Corea del Sur. Y, al
igual que ocurre en la película de Jackie Chan “Hora Punta”, asignarán a un
policía de Seúl que acompañe al rígido homólogo del norte para evitar que
interfiera. Lo dicho, un guion sencillo pero que funciona perfectamente,
correctamente desarrollado a pesar de los tópicos y que da paso a buenas y espectaculares escenas de acción, momentos de comedia y las habituales
secuencias de drama, aunque en esta ocasión no pesan para nada. El tema de
Corea del Norte y del Sur es tratado también de forma habitual, es decir, hay
norcoreanos malos malísimos pero el protagonista no lo es tanto, e incluso sus
superiores no son presentados como villanos, aunque tampoco les pintan
demasiado bien. Su odio a sus vecinos sureños y a Occidente es palpable, pero
la película es ante todo de acción, por lo que no se mojan demasiado.
Curiosamente hay un juego entre ambos países donde ninguno se fía del otro a la
vez que la relación entre los dos policías va cambiando poco a poco hasta
llegar a cierta confianza y amistad, siempre con Hyun Bin (Secret Garden) que es el policía del norte, frio e
inaccesible, sin mostrar sus sentimientos, y dejando a Yoo Hae-jin (Por encima de la ley) la parte cómica además de
mostrarnos una buena química entre ambos. Pero no se queda aquí la cosa,
Hae-jin es un claro reflejo de la sociedad de Corea del Norte, donde se atisba
cierta crítica, en contrapunto con el personaje de Bin, que aunque podría
parecer lo mismo respecto a la sociedad de su país, se diferencia del resto de
compatriotas que aparecen, ya sean los villanos o sus jefes. Está claro que al
ser producción de Corea del Sur, van a salir mejor parados los pertenecientes a
éste país, pero para poder acercar a ambos personajes es necesaria cierta
crítica sobre cómo vive este policía para eliminar en cierta medida las
diferencias ideológicas entre ambos personajes, ya que como he dicho en la
introducción, es sobre todo una buddy
movie y por ello debe haber un conflicto entre ellos para irse atenuando a
lo largo del metraje. He mencionado a “Hora Punta” y es que incluso los
personajes recuerdan, sobre todo al principio, a la película de Chan y Chris
Tucker, aunque en esta ocasión, el serio policía no cambia su forma de actuar
como sí hace Jackie. La comedia es sólo para el personaje de Hae-jin, dejando la acción a un Hyun Bin que se desenvuelve con soltura y mucha velocidad en las escenas de peleas, coreografiadas por los actores y expertos en artes marciales, Choi Tae-Hwan-I (The Suspect) y su
hermano Kim Tae-Hwan-I (Big Match)
Técnicas muy rápidas, realistas y efectivas, sin uso de cables y con un buen
grupo de especialistas detrás que reciben toda clase de golpes. Hay cierta
ausencia de patadas espectaculares, dejando claro que no es un film de artes
marciales, sino de acción con policías con entrenamiento de defensa personal,
algo expeditivo en el caso de Hyun Bin, que es quien se luce. Su compañero
tiene momentos de acción y peleas, pero son más escasos y callejeros, e incluso
cómicos. Como ejemplo, Hyun Bin se encarga de varios atacantes metiendo un
rollo de papel higiénico en un vaso de plástico lleno de agua, endureciéndose,
y al intentar copiarle, sólo hace el ridículo. En cambio, en el tramo final
tenemos tiroteos donde ambos están al mismo nivel, pero tampoco estamos ante
una película de John Woo, por lo que no hay demasiados disparos, los justos a
partir de la segunda mitad. Pero que quede claro, son buenas secuencias de
acción y bien rodadas, exceptuando las que incluyen efectos digitales, el único
pero que se le puede poner a la película. Coches en CGI que se notan demasiado
y que incluso en algún momento se han grabado no demasiado bien para taparlo.
Al menos hay algunas persecuciones buenas, dejando lo digital para algunos
planos donde dan vueltas de campana. El villano, Kim Joo-hyuk (The Servant)
cumple con antítesis del héroe, quizás el personaje más arquetípico pero que
como el resto del reparto, convence con su interpretación amenazadora y que
también repetirá con el director en “Rampant”.

Antes de acabar quiero hablar del drama. Cuando digo drama no me refiero a llorar ni nada similar, si no a la parte donde se da cierta profundidad a Hae-jin, mostrando a su familia, donde hay que destacar a la cantante y actriz Yoona (The K2) como su cuñada, enamorada de Hyun Bin. Estas secuencias son una mera excusa tanto para enseñarnos además cómo vive el policía sureño, la relación con su mujer e hija y acentuar así momentos cómicos. Y no pesan como en otras producciones, complementándose bastante bien con el resto del metraje y añadiendo un elemento que tendrá su peso en la parte final. Curiosamente, a pesar de que Yoona, componente del grupo Girl’s Generation, es toda una estrella, sólo aparece luciendo palmito, dando las dosis justas de romanticismo al film, y desapareciendo de la película de forma chocante. Tampoco es que su personaje sea esencial, pero siendo como es una estrella, podrían haber escogido a una actriz secundaria menos conocida, pero claro, hay que tener ciertos ganchos en el reparto además de a los dos protagonistas.

Antes de acabar quiero hablar del drama. Cuando digo drama no me refiero a llorar ni nada similar, si no a la parte donde se da cierta profundidad a Hae-jin, mostrando a su familia, donde hay que destacar a la cantante y actriz Yoona (The K2) como su cuñada, enamorada de Hyun Bin. Estas secuencias son una mera excusa tanto para enseñarnos además cómo vive el policía sureño, la relación con su mujer e hija y acentuar así momentos cómicos. Y no pesan como en otras producciones, complementándose bastante bien con el resto del metraje y añadiendo un elemento que tendrá su peso en la parte final. Curiosamente, a pesar de que Yoona, componente del grupo Girl’s Generation, es toda una estrella, sólo aparece luciendo palmito, dando las dosis justas de romanticismo al film, y desapareciendo de la película de forma chocante. Tampoco es que su personaje sea esencial, pero siendo como es una estrella, podrían haber escogido a una actriz secundaria menos conocida, pero claro, hay que tener ciertos ganchos en el reparto además de a los dos protagonistas.
Resumiendo, Confidentil Assignment es una muy entretenida película, con
momentos de acción de calidad, sobre todo física, con toques de humor
simpático, algunas escenas espectaculares sin uso de chromas, un excelente reparto y un uso eficaz de los tópicos, una
muestra del buen cine comercial de acción surcoreano ante los excesos visuales
occidentales, más centrado en las franquicias repletas de efectos digitales y
olvidando lo que Asia sigue ofreciendo, acción real, a pesar de los cables,
lejos de films que empiezan a aburrir como xXx:
Reactivated (a pesar de Donnie Yen) o Fast
& Furious, sea la parte que sea, dos ejemplos, con Vin Diesel a la
cabeza, del tipo de acción que puebla el cine comercial hollywoodiense y que
“obligan” a los productores a repetir la fórmula, con honrosas excepciones. Y
termino con lo que dije al principio, para ver acción y desconectar un par de
horas, ¿para qué limitarse a ver cine norteamericano, cuando tenemos mejores
opciones y sin tanto efecto digital?
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