Cuando Scott Adkins estrena
película como protagonista, los fans nos alegramos mucho ya que son estos
films, normalmente de medio o bajo presupuesto y enmarcados en la serie B, donde
se luce más, como actor y como artista marcial. La película que hoy traigo es
de este tipo, y no sólo le tiene como protagonista ya que el británico la
produce y co-escribe. Se basa en un cómic de Pat Mills y Tony Skinner donde
conocemos a un asesino, Mike Fallon, especializado en acabar con sus víctimas
simulando accidentes. Adkins es un fan del cómic original, por lo que no ha
dudado en protagonizarla, siendo uno de sus sueños. ¿El resultado? Algo
desconcertante al ver el resto del reparto, al director y al coreógrafo, una
mezcla que convertía esta adaptación en uno de los títulos más esperados del
año. Este desconcierto no es algo negativo como puede parecer y al final es el
espectador quien decide sobre el film, pero antes de meterme en faena quiero
dejar clara una cosa. Me ha gustado, es, en mi opinión, una buena película que
hay que ver sabiendo que es una declaración de intenciones de Adkins y un paso
adelante en su carrera. Y ahora explico todo.
El guion responde a la necesidad
de nuestro querido Boyka de demostrar que sabe actuar, por lo que no es el
trallazo de acción esperado debido al propio guion, que mezcla los momentos más
dramáticos (me refiero a las secuencias sin acción que obliga a interpretar)
con la mencionada acción. Por ello Adkins compone un personaje menos plano de
lo habitual en el cine marcial y de acción, desarrollándolo y haciéndolo evolucionar,
conociendo sus pensamientos gracias a la voz en off que nos acompaña durante el
metraje. De esta forma vemos que Scott es un buen actor, no para ganar un
Oscar, pero superior a otros actores de acción. El resto del reparto cumple,
claro, ya que la profundidad del asesino protagonista es superior a la media en
este género, pero tampoco es demasiado intenso. Sus compañeros tienen
personajes más planos que demuestran el origen de cómic de los mismos. El que
está más cercano es el interpretado por Ray
Stevenson, Big Ray, el dueño del pub donde todos los asesinos son
contratados para sus trabajos. Los nexos entre estos dos personajes los
convierten en los mejores de todo el film y ofreciéndonos además unas
secuencias que parecen extraídas del cine social inglés, enriqueciendo el
largometraje. al menos hasta cierto momento que no desvelaré para evitar spoiler (no es que se desvelase
demasiado, pero si algo) El resto del reparto es impresionante, ya que tenemos
a Michael Jai White (Falcon Rising),
Ray Park (Ballistic) y Amy Johnston (Lady Bloodfight), con la
aparición especial de Tim Man (Boyka:
Invicto 4), coreógrafo de la película. De todos ellos, la norteamericana Amy
Johnston es la que más destacaría, sobre todo marcialmente, y es que a pesar
del hincapié que he hecho hasta ahora en la faceta interpretativa, es evidente
que si Adkins es el protagonista, tendremos artes marciales, y más con el resto
del reparto. Amy brilla en cada secuencia en la que sale, y no por su indudable
atractivo físico, si no por el carisma que destila y sus magníficas dotes
luchadoras. Unas ejecuciones impecables y una fuerza que despliega sin
esfuerzo, haciendo un buen tándem con Adkins. Jai White mantiene una buena
pierna, pero lo he visto algo fuera de forma física, con la cara algo hinchada.
Ignoro, a pesar de seguirle en redes sociales, si ha tenido algún problema,
operación o similar, por lo que aunque está correcta, no nos ofrece ningún
momento espectacular. Ray Park por su lado vuelve a demostrar por qué fue
campeón de Wu Shu en Reino Unido, una faceta que el cine no ha sabido explotar
demasiado y que en esta ocasión si nos hace disfrutar de sus secuencias de
lucha. Stevenson no es experto en artes marciales, ni falta que le hace ya que
su imponente presencia física es suficiente para convencernos de su personaje.
Las secuencias, en general, son de gran calidad, lo que se espera de Tim Man.
También tenemos buenos tiroteos y algunos stunts
espectaculares, como la patada de Adkins en salto a un motorista en marcha (se
ve en el tráiler, así que no estropeo a nadie nada) que abre una secuencia de
lucha excelente y divertida.
Con todo este material, su director, Jesse V. Johnsson, que es su tercera
película dirigiendo a Adkins tras “Combate a muerte”, donde Scott tiene un
pequeño papel, y “Perro Salvaje”, y al que ha dirigido en dos posteriores, “Triple
Threat” y “The Debt Collector”, ha hecho un trabajo excelente, sabiendo cómo
rodar cada tipo de secuencia distinta, desde las peleas, con planos generales y
un montaje muy superior al del cine de gran presupuesto norteamericano, permitiendo
ver las coreografías y sus estupendas ejecuciones, hasta las más dramáticas,
como el flashback, la secuencia que
más arriba decía que estaba extraída del cine social inglés. Aunque pueda sonar
excesivo, el montaje, los planos, la música, todo, no parece de una película de
acción como esta, pero encaja perfectamente. Johnsson nos ofrece un producto de
excelente factura, con buena acción y personajes interesantes, y aunque muchos
esperábamos peleas a la altura de Boyka, hay que recordar que es otro
personaje, por lo que las peleas de Man dan exactamente lo que la película
ofrece. Resumiendo, Scott Adkins nos ofrece una película donde busca un
equilibrio entra las escenas de acción y las dramáticas, una demostración de
sus habilidades de cara a ese Hollywood que le desaprovecha, lo que a muchos
fans les gustará, pero que a otros les parecerá algo floja debido a unas
expectativas poco realistas. Adkins y un buen grupo de amigos componen así un
buen film que con el tiempo se convertirá en uno de los títulos indispensables
del actor.
NOTA: 7
Comentarios