Tanto el cine
de acción moderno como el de Hong Kong, no hubiese sido lo mismo sin John Woo. A pesar de pertenecer a esa
Nueva Ola hongkonesa junto a nombres como los de Ringo Lam, Tsui Hark o Ann Hui, por citar algunos, Woo ha sido
el que más peso internacional ha tenido, gracias a sus películas de la ex-colonia
británica y a las hollywoodienses, y eso que ha sido una carrera irregular en Estados
Unidos, pero siempre en producciones de mayor empaque que sus contemporáneos
que también trataron de hacer las américas. El caso es que la filmografía de
Woo está repleta de verdaderas obras maestras, y el cénit de su carrera fue el
broche de oro que cerraba una época. 1993 fue el año en el que estrenó Hard Boiled, o Hervidero, teniendo que esperar a que regresase con Blanco Humano y Van Damme un año después.
Un reparto excepcional, una acción demoledora y unos stunts de infarto para disfrutar de todo un clásico.
John Woo había
sido criticado por esa forma de mostrar a la mafia hongkonesa tan heroica, por
lo que aquí decidió hacer lo mismo pero con la policía, usando el tema de los
policías infiltrados y el tráfico de armas además de la guerra entre los
gángsters. Para ello contó con un reparto impresionante, destacando a Chow Yun Fat, alter ego del director, y a Tony
Leung Chiu-Wai, pero sin olvidar a Anthony
Wong, a Teresa Mo o a Philip Kwok, director de acción que en
principio no iba a participar como actor pero que Woo solicitó, dando vida a un
personaje icónico dentro del cine del director. La enorme presencia de Kwok le
hizo destacar y mucho, con esa actitud chulesca, parche incluido, pero no logró
eclipsar a un Chow Yun Fat en un punto álgido de su carrera, desplegando su
carisma al interpretar a este policía cínico e irónico pero con un alto sentido
de la justicia como es Tequila. Fácilmente se hizo con el personaje, lo mismo
que Tony Leung. Teniendo en cuenta la calidad dramática de estos actores, es difícil
que algo salga mal, y si encima se apoya con los secundarios mencionados, mejor
aún. Pero ya que estoy hablando de los actores, no puedo olvidar otras
presencias que vamos viendo a lo largo del metraje, como son Phillip Chan,
Stephen Tung Wai, Lo Meng, el propio Woo haciendo algo más que un cameo, Jun
Kunimur o Lee Fat Yuen. Presencias que enriquecen todo, aunque sean personajes
muy secundarios. Un muestrario de talento que Woo reunió y que es sin duda una
de las películas más admiradas del cine de acción.
La imaginación
de Woo junto al talento de Philip Kwok nos dieron una serie de escenas de
acción dignas de analizar, como esa escena doble de acción en el almacén,
repleta de explosiones y disparos, todo coreografiado como un ballet, es decir, la marca de su director.
Pero antes de llegar a este momento, hay que recordar esa magnífica secuencia
de apertura en la casa de té, un tiroteo espectacular, con momentos como el de
Tequila lleno de harina y salpicándose la cara de sangre, los deslizamientos
por la barandilla de las escaleras con pistolas a dos manos. Las constantes de
Woo las tenemos presentes en todo momento, planos ralentizados, munición
infinita, saltos, las mencionadas pistolas a dos manos, lealtad, traición,
honor, sangre, venganza, palomas … y bebés. Pero ya llegaremos a eso. Woo
parece querer superarse a sí mismo, una especia de canto del cisne, como si
supiese cómo iba a ir su carrera a partir de esta película, y lo consiguió. El
drama policial y la lealtad está presente en las dosis suficientes para
equilibrar con las secuencias de acción, así como el humor, aprovechando a Chow
Yun Fat, que está radiante y magnético. Y tenemos la parte final, la secuencia
del hospital. Si hasta el momento habíamos presenciado una estupenda película
que iba subiendo el ritmo continuamente, estaba claro que el final tenía que
ser apoteósico. ¿Dudas que así sea? No deberías, ya que lo que viene a continuación
es sencillamente brutal. Un despliegue de acción balística que a veces recuerda
a un videojuego de disparos, con los dos protagonistas acabando con sus
enemigos mientras se evacúa el hospital que es mejor ver que contar.
Impresionante. Y también tenemos aquí un momento cómico, cuando Tequila debe
escapar con un bebé en brazos, algo que choca un poco con el tono violento de
la secuencia de alrededor de media hora, pero que aporta ese humor hongkonés
tontorrón, aunque sea de forma leve. El caso es que esta película, resumiendo,
es una auténtica obra maestra del cine de acción, y hay poco más que decir al
respecto. Bueno, realmente hay que decir mucho, por la magnitud de lo que ha
supuesto para el cine de este género y de Hong Kong, y aprovecho para un
momento de publicidad ya que dedicamos un programa de Ninjazombie, el podcast, que realizamos Antonio Ninjazombie Cigarrán, Tomás Chanpoo Rubio y yo mismo a esta película.
Es necesario volver a verla cada cierto tiempo, leyendo sobre ella o
escuchando, para ver nuevos enfoques y nuevos aspectos de la película que sólo
consiguen acrecentar su calidad. Espero que esta crítica y el podcast, consigan
aumentar la curiosidad para una película que necesita mucho espacio para poder
hablar de ella como se merece.
https://www.ivoox.com/podcast-ninjazombie-podcast_sq_f1558238_1.html
NOTA: 9,5
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