
El cine marcial vietnamita es prácticamente
desconocido en Occidente, llegándonos de este país cine de autor. Pero hemos
conocido a algunos actores de este género que amamos en producciones de otros
países que tienen una carrera en su país de origen que no ha gozado de una
distribución como se merece. Son pocos títulos, pero potentes, con Johnny Tri Nguyen a la cabeza, a quien
muchos conocimos en la maravillosa Thai
Dragon (2005) de Tony Jaa como el villano. Dos años después volvía al cine
marcial con The Rebel, cambiando de
géneros posteriormente (y de país, volviendo a Tailandia con Power Kids en 2009 o rodando en la
India 7 Aum Arivu en 2011 o Irumbu Kuthirai en 2014), pasando por
comedias puras y duras o románticas. Pero entre medias, al margen de su trabajo
como especialista (fue uno de los que doblaron al Duende Verde y al propio
Spider-Man en las dos primeras películas) nos dejó dos muestras más estupendas
como fueron Clash (2009) y esta que
traigo hoy al blog, una película polémica y difícil de encontrar con algún tipo
de subtítulo, pero altamente recomendable.
He dicho polémica y difícil de
encontrar ya que la censura vietnamita impidió su estreno por dos motivos, las
altas dosis de violencia mostradas y el dar una visión de la Ciudad Ho Chi Minh
repleta de criminales y bandas mafiosas. Y es que la trama nos presenta a dos
bandas en guerra, con una trama al estilo de Romeo y Julieta que provocará la
sangrienta lucha entre ambas, con un personaje, Phong Bui (Nguyen) sin estar
seguro de estar en el bando correcto. Una historia sencilla y directa, bien
escrita, a la que sólo lastra algo el drama que se incluye para dar más
seriedad y realismo, y aunque lastre algo, no le pesa como para estropear la
película. Una historia cruda, oscura, que busca exponer ese lado oscuro de
todas las ciudades, dándonos cierta complejidad en los personajes, buscando
además que el espectador empatice algo con ellos, a pesar de saber que son
criminales. Recuerda en esto al cine de gángsters hongkonés, pero sin ese
código de honor que nos solía mostrar, por ejemplo, el cine de John Woo. El
director, Charlie Nguyen, hermano de
Johnny, no intenta imitar al mencionado Woo visualmente, permaneciendo en una
línea mucho menos estilizada, pero sabiendo colocar la cámara en todo momento,
sobre todo en la acción, aunque Johnny es el director de acción y coreógrafo y,
evidentemente, ha tenido mucho que ver con la dirección de las secuencias de
acción. Tenemos artes marciales, por supuesto, con Johnny luciéndose por encima
del resto. Su estupenda técnica de patada se disfruta desde todos los ángulos,
en salto, ralentizada… ofreciendo así la espectacularidad que nos gusta, además
de un estupendo trabajo de stunts
para recibir los golpes. También tenemos peleas con cuchillos, palos y demás
armas gángsteriles, recrudeciendo así
la acción y sus efectos. Normalmente vemos puñetazos y patadas en peleas
interminables, pero siempre se levantan para seguir peleando, y nos encanta,
claro, pero a veces viene bien ver esta violencia realista, con los momentos
espectaculares, claro, consiguiendo así un equilibrio entre ambos tipos de
acción.
La versión que consiguió cierta
distribución (ya he dicho al principio que es casi imposible conseguirla, pero
se puede ver con subtítulos en inglés buscando por la red, única forma de poder
disfrutarla, por desgracia, obligando a los fans del cine marcial a verla de
forma ilegal) fue recortada por el propio director de cara a pasar la censura,
pero igualmente no lo consiguió. Esto se nota en la mencionada violencia, que
es menos sangrienta de lo esperado. Por suerte, algo más de sangre no hubiese
cambiado la historia ni las propias coreografías, pero hubiese resultado más
dura y cruda aún, lo cual le hubiese venido bien para poder convertirse en una
película indispensable. Bueno, por un lado, lo es, ya que es de las escasas
muestras del cine marcial vietnamita, y hubiese venido bien para la carrera de
Johnny Nguyen, pero bueno, al menos podemos verle en las películas mencionadas
al principio, y casi todas pueden verse sin problemas, y viendo que entre las
películas de acción de Nguyen, sólo ha rodado comedias y demás, viendo que esa
películas son sumamente potentes y recomendables, es normal desear que el bueno
de Johnny vuelva al género para convertirse en el rey del cine de artes
marciales vietnamita. Aunque, ahora que lo pienso, lo es, seguido de Dustin Nguyen (sin parentesco), pero
eso es tema para otro momento, como el de la propia industria vietnamita, tema
que podrás leer en el número de Dragonz
Magazine de junio en el artículo que he escrito sobre el tema.
NOTA: 7
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