NIAFFS'20 - THE STREET FIGHTER (1974)


Con la desaparición del Pequeño Dragón en 1973, su hueco intentó ser cubierto de numerosas maneras, con la Bruceploitation en el centro de ellas. Y en otros países como Japón se intentó no sólo ocupar el trono que dejó Bruce Lee, si no lanzar su propia versión del héroe marcial, también con nexos con Bruce, desembocando en esta película, mítica dentro del cine marcial y estandarte de Sonny Chiba, una auténtica leyenda viviente del género. El fundador de la Japan Action Association conseguía estrenar en Estados Unidos con calificación X por su violencia The Street Fighter, más que la copia de Bruce, la respuesta nipona. El experto en Karate dejaba salir toda su potencia en una película de culto, reverenciada por muchos, por lo que era necesario que apareciese en el blog, una vez vista por enésima vez. No ha envejecido nada mal, y es una muestra de un cine marcial a veces olvidado como es el japonés, con honrosas excepciones, pero sepultado por los grandes clásicos de samuráis o los live-actions actuales. Por ello hay que volver a las raíces, a los años dorados del género para volver a disfrutar con grandes títulos como éste.

Chiba interpreta a Takuma Tsurugi, una suerte de mercenario, experto en Karate, que alquila sus servicios, pero cuando intentan contratarle para secuestrar a una chica para la mafia, decidirá cambiar su postura. Un guion que puede resultar habitual en el cine de acción y artes marciales, el antihéroe que se convierte en héroe, pero contiene toques de otros géneros para convertirse en un producto muy pensado y medido. Una película puramente de Karate, pero con ciertas dosis de drama, con ese prólogo que conectará con el desenlace, y tintes de thriller policíaco. Hay que admitir que son algo forzados, pero consiguen terminar por encajar bien esos momentos con la acción. Un veterano de la talla de Shigehiro Ozawa se encargaba de la dirección para ofrecernos unas duras y sangrientas escenas de lucha, con este antihéroe arisco y desagradable, que se verá forzado a convertirse en el héroe, o mejor dicho, antihéroe. Chiba exagera durante todo el metraje, por momentos parece que para imitar a Bruce Lee, pero termina por ser una marca personal con un personaje como éste. Junto a Chiba podemos ver a su protegida, Etsuko Shiomi, que posteriormente recogería el testigo de la saga que aquí comenzaba con Sister of Street Fighter (1974) para su propio lanzamiento, con Chiba apareciendo también, claro.


Aunque el guion sea tópico, está bien construido, y dejando claro que al final el lucimiento es para Sonny Chiba, que pone toda la carne en el asador con unas violentas coreografías de Ryûzô Ueno y Masafumi Suzuki, éste último además un auténtico maestro de Goju Ryu y que interpreta al Maestro Masaoka y con quien tiene un estupendo combate. La potencia física de Chiba, junto a los momentos sangrientos, con la actitud del personaje, chulesca y agresiva, hacen que sea todo un vendaval de acción, con ese estilo casi chabacano, tan alejado del estilismo del Kung Fu. De esta forma, se acercaba a la figura de Lee, con peleas directas, alejándose del estilo clásico hongkonés de la Shaw Brothers, siendo más áspera, con un toque que recuerda al cine policíaco setentero de Hollywood, como Harry el Sucio (1971), pero con esa furia karateka que incluye momentos míticos como ese efecto rayos-x cuando da un puñetazo a uno de sus enemigos. De esta forma, el protagonista, del que conoceremos su pasado en un momento de flashback y evitando ser plano, a pesar de estar metido con calzador para justificar su estilo de lucha nada heterodoxo, irá luchando contra la mafia, matones y cualquiera que se interponga en su camino, llegando a esa pelea final, ese clímax nocturno en un barco, un duelo de Karate estupendo, violento y muy técnico, siendo toda una delicia verlo, tanto si sabes Karate como si no, pero admito que ver técnicas que has aprendido incrementa el disfrute de la película. No en vano está agradecida al Sensei Gôgen Yamaguchi, de Goju Kai. Como he dicho, es una auténtica película de Karate, aunque tenga ese tono policíaco, asistiendo al uso de las manos desnudas, bastones o sais. En fin, un auténtico clásico, indispensable para conocer el mejor cine marcial japonés, y motivo suficiente para que Chiba sea la estrella que es.

NOTA: 8’75

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