Hoy comienzo una serie de
artículos o críticas de libros de cine asiático, y que mejor que comenzar con
el primero que compré, Honor, Plomo y
Sangre, editado por Camaleón Ediciones y escrito por Javier Escajedo,
Carles Vila y Julio Carlos Escajedo. Este libro comenzó con la idea de crear un
fanzine sobre el cine de Hong Kong, terminando por aparecer como libro en mayo
de 1997. Recuerdo que, cuando lo vi en la vieja y ya extinta tienda de cómics
de Leganés All Star, no dudé en
comprarlo, consiguiendo así mi primer libro sobre este cine que me tenía
enamorado desde siempre. Un repaso ligero pero lleno de datos, una recopilación
de la historia del cine de acción de Hong Kong que conseguía resumir el
nacimiento y desarrollo de este cine en menos de cien páginas, siendo una
estupenda forma de iniciar a los neófitos en este tipo de cine que ha marcado a
fuego el género, ya sea marcial o balístico. El título dejaba claro lo que nos
encontraríamos, y la portada, con Chow Yun Fat en un fotograma de la
maravillosa Full Contact (1992) del
tristemente desaparecido Ringo Lam, aclaraba aún más si cabe este tema.
Ocho capítulos y tres anexos
componen el libro, ordenado de forma cronológica, comenzando con la saga de
Wong Fei Hung protagonizada por la leyenda Kwan
Tak Hing hasta llegar al nacimiento de la Shaw Brothers. Este primer capítulo es demasiado corto, con tres
únicas páginas que recorren demasiado rápido e auge de la todopoderosa
productora para dar paso a Bruce Lee.
Es quizás lo más reprochable. El peso e importancia de la Shaw es tan sumamente
grande en la historia del cine de Hong Kong que es chocante ver cómo se resume
en las mencionadas tres páginas. Claro está que contar la historia del Pequeño
Dragón en cuatro páginas también es criticable, pero creo que es necesario
remarcar que este libro se editó en mayo de 1997, internet estaba en pañales en
España y no había muchas publicaciones que hablasen de este tipo de cine más
allá de algunos fanzines y revistas para minorías, a pesar de la cantidad
ingente de material sobre Bruce Lee. Esto demuestra que los autores no son fans
de Bruce y si nos fijamos en que, tras el capítulo 3, dedicado a la transición
entre la muerte de Bruce Lee y la aparición de Jackie Chan, resumiendo de nuevo mucho la Bruceploitation y el cine de la Shaw setentero, se explayan en el
propio Jackie, que había estrenado en España en agosto de 1996 Duro de Matar (1995) y provocando su
largamente acariciado lanzamiento como estrella internacional, está claro que
los tres autores conocieron este tipo de cine a raíz del propio Jackie, o al
menos eso parece. El capítulo dedicado el Torbellino de Hong Kong precede al
resumen del cine balístico ochentero, con el Heroic Bloodshed, John Woo,
Ringo Lam o Chow Yun Fat en cabeza para volver al cine clásico gracias a Jet Li y Tsui Hark y terminando con otro breve resumen que engloba el cine
de vampiros chinos, monjes taoístas, adaptaciones de cómics, la comedia
hongkonesa o la Categoría III y
terminando el libro con el quién es quién de Hong Kong, una filmografía
seleccionada con su pequeña reseña por película y un listado de títulos.

A día de hoy, con casi 23 años
desde su publicación, resulta extremadamente resumido todo, escrito de forma
sencilla e incluso básica, pero en su era un pozo de sabiduría para el neófito
en la materia, repleto de nombres y títulos difíciles de encontrar e incluso de
identificar debido a la avalancha de títulos que aparecían en los ochenta en
los videoclubs con calidades de todo tipo, títulos inventados y doblajes
paupérrimos. Fue sin duda una obra que abría la veda a posteriores libros con
más y mejor información, pero sin duda una forma excelente de dar unos primeros
pasos en el cine de Hong Kong que se puede conseguir sumamente barato. Ahora
mismo hay otros libros mejores y más completos, pero es sin duda uno que merece
la pena tener como coleccionismo. Es curioso que sus autores o hayan seguido
publicando obras en esta línea (bueno, no les he seguido la pista pero entre
los libros y artículos que se escriben actualmente, sus nombres no han pasado a
convertirse en habituales, lo cual nos da una idea de que, por mucho amor y
cariño que tengan a este género, no han querido o podido seguir promoviendo)
Una pequeña obra que supuso un punto de inflexión y que sería superado en parte
por la recopilación de títulos de Domingo López en Made in Hong Kong, pero ese lo dejamos para una futura entrada en
el blog.



NOTA: 7
Comentarios
¡Un saludo!
Javier