En 1978, Jackie Chan pegaba el pelotazo con su famoso y clásico díptico con
la Seasonal, El Mono Borracho en el Ojo del Tigre y La Serpiente a la Sombra del Águila. Anteriormente había aparecido
como extra, secundario y director de acción, pasando por papeles protagonistas
en la búsqueda del director Lo Wei de un nuevo Bruce Lee. Tan sólo un año
después, la productora Golden Harvest
le daba a uno de sus hermanos de la Ópera la oportunidad de protagonizar una
película. Hablo de, nada más y nada menos, Yuen
Biao, cuya carrera había sido similar a la de su hermano Jackie, sin Bruceploitation de por medio, o al menos
de protagonista, ya que sí participó en alguna de ellas como extra o
secundario. Las habilidades físicas de Biao son indiscutibles, aunque su
carisma no llegue al de Jackie, pero si a esto unimos que el director y
coreógrafo fue Sammo Hung, el
hermano mayor de ambos, es difícil que el resultado sea malo. Knockabout se estrenaba el 12 de abril
de 1979, siendo todo un éxito.
Dos ladronzuelos de poca monta
intentan robar a un hombre, quien les vencerá con facilidad, descubriéndose
como un maestro de Kung Fu, por lo que los dos ladrones, Yipao (Yuen Biao) y
Taipao (Leung Kar-Yan), le pedirán ser sus alumnos. Una vez que se convierten
en expertos luchadores, descubrirán que su maestro, Chia Wu Dao (Lau Kar-Wing)
es un asesino buscado, y al enfrentarse, uno de los amigos morirá, haciendo que
el otro busque venganza sumando a sus enseñanzas lo que un vagabundo,
interpretado por Sammo, le enseñará. Como puedes ver, la trama es bastante
clásica, usando la fórmula millones de veces vista de venganzas y extraños
maestros, ofreciendo escenas de entrenamientos imposibles y acrobacias
increíbles. Enmarcada en la comedia de Kung Fu que igualmente popularizó Jackia
Chan, en esta ocasión se reparte el protagonismo con Yuen Biao a la cabeza,
junto a Leung Kar-Yan, conocido también como Beardy (por su habitual barba) o
Bryan Leung. Ambos tienen una estupenda química y una pericia estupenda, al
igual que la de Sammo o la del villano, Lau Kar-Wing, hermano de la leyenda
hongkonesa Lau Kar-Leung (o Liu
Chia-Liang) Pero el resto del reparto está a la altura, con el fabuloso Karl Maka o Mars, además de cameos de gente como Lam Ching-Yim o la presencia como secundarios de Billy Chan o Yuen
Tak. Está claro que Sammo conoce perfectamente a Yuen Biao, sacando oro de sus
habilidades para ofrecernos unas secuencias de lucha perfectas. A pesar de lo
mencionado del guion tópico, es una película indispensable para todo amante del
cine marcial hongkonés, un clásico que además une el concepto de buddy movie con el de venganzas,
desmarcándose de lo que Jackie había hecho. Además, el humor es diferente,
igualmente divertido, y el maestro vagabundo que interpreta Sammo también evita
explotar el concepto del Maestro Borracho que se popularizó a raíz del éxito de
Drunken Master, obligando al gran Yuen Hsiao-Tien a repetirlo hasta su
fallecimiento, sin olvidar las explotaciones que surgieron a partir de ese
1978.
No hay que decir mucho sobre la dirección
de Sammo, siendo su quinta película en estas funciones, pero con una larga
trayectoria detrás de las cámaras que le ayudó a conocer el mundo de la
dirección, faceta que siguió desarrollando. Esta película es todo un clásico, a
veces ignorada en favor de otros títulos, ya sean de Jackie o del propio Yuen
Biao, como El Hijo Pródigo (1981),
pero sin lugar a dudas, es de esos títulos que, cuando los ves por primera vez,
o después de cierto tiempo, se mantiene fresca y espectacular, notando esas
diferencias con películas de ese 1979, más centradas en repetir la fórmula de
Jackie. Quizás, si el Torbellino de Hong Kong no hubiese tenido el éxito que
tuvo en 1978, su lugar en el cine estaría ocupado por Yuen Biao. Pero como
nunca sabremos si esto hubiese sido posible, lo mejor es disfrutarla como esa
joya del cine de Kung Fu, con este estupendo reparto y equipo técnico que se
unieron con la Golden Harvest para
conseguir un éxito de taquilla que ayudó a mantener a la productora durante
parte de los setenta y los ochenta en lo más alto, con permiso de la Shaw Brothers, anclada en un cine
marcial más clásico, y eso que los Hermanos Shaw tienen en su larga carrera
películas de otros géneros, poco conocidos para los espectadores menos
especializados. Tras la desaparición de Bruce Lee, la GH prosiguió incansable,
acumulando clásicos como éste que, si no has visto, debes ver sí o sí.
NOTA: 8’5
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