CRÍTICA - THE LOST BLADESMAN (2011)

El siglo XXI sería la consagración de Donnie Yen, sobre todo a nivel internacional, sobre todo tras Sha Po Lang (2005), estrenada en España como Duelo de Dragones, empalmando tras ella películas como Dragon Tiger Gate (2006), Flash Point (2007), An Empress and the Warriors (2008), Ip Man (2008) y su secuela de 2010, 14 Blades (2010) o Legend of the Fist: The Return of Chen Zhen (2010), entre otras. Y 2011 seguiría esa línea estrenando tres películas, dos de protagonista, Dragón (o Wuxia) y The Lost Bladesman, y una donde aparecía como estrella invitada, All’s Well Ends Well. Y de las que protagonizó, The Lost Bladesman se vio empañada por ese remake de El Espadachín Manco (1967) que fue Dragón, pero es momento de recordarla y reivindicarla. Un wuxia histórico sobre la figura del legendario Guan Yuchang, más conocido como Guan Yu, que pasaría a la historia como deidad budista de las artes marciales.


Los guionistas de la maravillosa Juego Sucio (2002), es decir, Infernal Affairs, Alan Mak y Felix Chong, se encargaban tanto de la historia como de la propia dirección de esta película, siendo su tercera colaboración en estas labores y cambiando de género, siendo su primera incursión en el cine histórico de artes marciales. Para ello, qué mejor que usar al personaje real que vivió en la Dinastía Han, humanizándole y uniendo momentos reales con otros ficticios en busca de conformar una película espectacular y dramática a partes iguales. No soy un experto en la vida de Guan Yu, y es evidente que prácticamente ningún biopic consigue mantenerse en esa realidad, y mucho menos cuando quieres hacer una película que incluya acción, por lo que no voy a opinar sobre ello. Pero como película, intenta, y lo consigue, ser algo más que una película de artes marciales, ofreciendo intrigas palaciegas y de poder con los personajes reales de la época, como Liu Bei, Cao Cao o el Emperador Xian. Consigue, además, no resultar este tema pesado, centrándose en los tejemanejes de Cao Cao, usando al propio Guan Yu a su favor para después ordenar su asesinato, siendo esto el grueso de la historia, con Guan Yu acabando con los generales que han intentado asesinarlo. La historia va avanzando en ambos campos, el político y el de acción, evitando la exageración en éstas últimas escenas, y aunque en general es un buen guion, menos denso de lo esperado, pero que funciona bien en el contexto de la película, es la propia acción la que consigue elevar la calidad final, pero antes de hablar de ella, el reparto merece ser repasado, ya que además de Donnie como Guan Yu, quien está bastante comedido y contenido (un acierto), tenemos al estupendo Jian Weng como Cao Cao, un actor, director, guionista, editor y productor que se ha construido una carrera muy sólida con títulos como Los Demonios en mi Puerta (2000), Let the Bullets Fly (2010), Gone with the Bullets (2014) y Hidden Man (2018) como director, o, ya como actor, Keep Cool (1997) de Zhang Yimou, Guerreros del Cielo y la Tierra (2003) e incluso Rogue One: Una Historia de Star Wars (2016) donde coincidía con el propio Donnie Yen. Su papel de Cao Cao es impecable, cayendo bien y mal y dando los matices necesarios para el personaje. Liu Bei, el otro personaje histórico importante, y señor de Guan Yu, lo interpreta Alex Fong, que tiene a sus espaldas más de cien películas como actor. El taiwanés Edison Wang se encarga del papel del emperador, y ya había coincidido con Donnie en Guardaespaldas y Asesinos (2009), mientras que el interés amoroso del protagonista, la concubina Qi Lan, recae en Betty Sun Li, y termino con Andy On, que se encarga del General Qin Qi. Un reparto que está a la altura de una superproducción como ésta, con una ambientación y vestuario muy buenos.

Y toca hablar de la acción, que viene firmada por el propio Donnie Yen, algo que viene ocurriendo desde que comenzó a aparecer como director de acción en 1995 pero que, como siempre ocurre, tiene la ayuda de sus amigos Kenji Tanigaki y Hua Yuan, siendo una combinación de talentos que se merecen un estudio, tanto en sus trabajos juntos como por separado. Antes he mencionado un uso mínimo de cables, con escasos momentos exagerados y mostrando el uso del guan dao, una especie de alabarda, siendo el arma de Guan Yu y conocida como Hoja Creciente del Dragón Verde, y la pericia del propio Donnie con ella. Uno de los mejores combates es el que enfrenta a Donnie contra Andy On, con un uso magistral del espacio, una calle circular estrecha donde tanto la acción como la elección de planos y el montaje consiguen crear un momento digno de recordar por cualquier aficionado al género. El uso de armas de asta “obliga” que los planos en las peleas sean más abiertos de lo habitual, permitiendo disfrutar de la técnica de los actores (y de sus dobles, claro) y ofreciendo una buena muestra de Kung Fu clásico con armas. Tenemos además combates de uno contra varios e incluso momentos sin armas trepidantes y muy dinámicos, con cierto toque clásico hongkonés que le sienta muy bien.

No todo es bueno, claro está. A veces la seriedad que se intenta dar no es lo suficientemente profunda como podría ser, pero en parte le favorece, ya que para poder combinar las artes marciales con el drama histórico hubiese necesitado mayor metraje y dura casi dos horas, consiguiendo equilibrar las dos cosas. En definitiva, una película muy recomendable y diferente a lo que hace, sobre todo ahora, Donnie Yen, y una muestra de cine histórico y comercial con algún momento más flojo, como la historia de amor o momentos dramáticos de los que humanizan al personaje, pero sin llegar a disminuir la calidad final de la película.

NOTA: 7

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