Este salto ha propiciado que
gente que entiende la acción, nos la muestre, y 87Eleven Action Desing está a la cabeza. Desde que David Leitch y Chad Stahelski fundaron en 1997 la compañía, han ido consiguiendo
cementar unas sólidas carreras detrás de la acción de muchas películas de
éxito, ofreciendo una gran calidad que pusieron de manifiesto en John Wick en 2014 con su producción y
dirección. De esta forma, volvía el género a llamar la atención hasta crear una
trilogía que continúa con la esperada cuarta entrega. Pero más allá de Wick,
Leitch y Stahelski, tenemos un equipo estupendo de especialistas, coreógrafos,
directores de acción, que han ido trabajando en todo tipo de películas fuera de
la franquicia protagonizada por Keanu
Reeves, e incluso los ideólogos de la empresa y productora han
diversificado sus trabajos como directores. Pero en todos ellos el nexo de la
gran calidad de la acción ha conseguido algunas bocanadas de oxígeno el género,
convirtiéndose así en los referentes de la acción de calidad occidental,
incluyendo marcial, a pesar de las limitaciones de Keanu Reeves en la saga. Y
fuera de ellos, tenemos películas de correctas a bodrios infumables, y tampoco
en una cantidad escandalosa, precisamente. Y de esta forma nos encontramos en
un punto de la historia del cine de acción muy flojo, con apariciones fugaces
en otros géneros o subgéneros como el superheroico. Pero ahora ha comenzado una
serie de estrenos que, para el volumen que tenemos, representan sin duda un
tímido renacer. Me refiero a Mortal
Kombat, Shang-Chi y la Leyenda de
los Diez Anillos y Snake Eyes: El
Origen. Tres títulos que devuelve el protagonismo a las artes marciales,
con nuevos valores en todas ellas, como Max
Huang, Simu Liu o Andrew Koji, y algunos invitados
especiales como Hiroyuki Sanada
(también en John Wick 4), Joe Taslim, Michelle Yeoh o Iko Uwais.
Curiosamente, las tres tienen un pie en el cine de superhéroes, con sus poderes
especiales, pero mantiene en el trabajo coreográfico marcial un alto nivel con
gente como Andy Cheng o el
tristemente fallecido Brad Allan.
Las tres eran esperadas con ganas, y con todo el lío de la pandemia, el aforo
de cines y los reestrenos, sin olvidar a los servicios de streaming, es curioso que encuentren las tres en poco tiempo su
hueco en la pantalla grande. Y ahora llega Donnie
Yen y se incorpora a John Wick…
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Chad Stahelski y David Leitch |
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Marko Zaror |
Esta reunión de estrellas del
cine marcial, normalmente asociado al blockbuster
hongkonés (o chino) y a la serie B, como decía antes, es una alegría para los
aficionados, pero para los mandamases de Hollywood sólo es una oportunidad de
seguir sacando beneficios y explotando el filón en el que se ha convertido Baba Yaga y ese microuniverso que han
creado y que se extenderá a la televisión con el spin-off con el Hotel Continental de fondo. La repercusión dentro
del cine de acción de Wick y compañía se transforma en la continuidad de los
padres de 87Eleven, ofreciendo su
buen hacer, tanto como directores como productores, a otras películas como Nadie (2021), pero a la vez, la
película protagonizada por Bob Odenkirk es otro ejemplo de cómo un “intruso”
del género como el actor, es capaz de protagonizar un actioner, eliminando la posibilidad de ver a un auténtico artista
marcial en una producción de estas características. Claro está que Nadie necesitaba a un actor que no parezca
un action hero para poder ser más
realista en su planteamiento. Si hubiese sido cualquiera de las estrellas del
subgénero, podría haberse quedado en una peli de acción más, reduciendo su
impacto. Lo que me gustaría, y seguro que, a mucha gente, es que hubiese hueco
para ambos tipos de película, una como Nadie,
y otras con cualquier actor marcial de los que nos encanta ver. Por todo esto,
el futuro del cine marcial en Hollywood es bastante incierto. Sabemos que
tendremos más películas como ese tríptico mencionado hace unas cuantas líneas,
ya que, por ejemplo, Joe Taslim ha
firmado para varias nuevas entregas de Mortal
Kombat, en caso de dar luz verde a secuelas o spin-offs, y Netflix ha producido el largometraje de Wu Assassins: Fistful of Vengeance, de
nuevo con Iko Uwais, Lewis Tan y Juju Chan, basado en la serie homónima, pero
esto no significa, ni todo lo dicho anteriormente, que el cine marcial vaya a
volver a su era dorada, a los tiempos de Norris, Van Damme o Seagal, ni que
volvamos a tener un desembarco de talentos hongkoneses como cuando Jackie Chan,
Jet Li, John Woo, Tsui Hark y Ringo Lam, entre otros, probaron suerte en
Estados Unidos, provocando esa avalancha de artes marciales en el cine. Mi
impresión es que tendremos un buen puñado de títulos con buenas artes
marciales, uniéndose al cine de superhéroes que copa el cine de acción
occidental. Para muchos es un sueño ver a Donnie Yen en pantalla grande, entre
los que me encuentro, pero dudo mucho que se alargue demasiado en el tiempo. Es
más, podría ser ese canto del cisne, haciendo que Leitch y Stahelski den el
salto pertinente a superproducciones (cosa que realmente ya han hecho con Atómica (2017) o Deadpool 2 (2017), además de contar con numerosos proyectos en sus
agendas, como el remake de Los Inmortales (1986) y alguna que otra
nueva versión que preparan, con rumores sobre Contacto Sangriento (1986) e incluso Operación Dragón (1973), dos títulos que sí podrían ayudar a este
resurgir del cine marcial occidental, pero que llevan ya tantos años dando
tumbos por Hollywood, que no creo que se hagan realidad a medio o largo plazo.
Y poco más puedo añadir a estos
pensamientos, por lo que espero que no se quede todo esto en agua de borrajas y
que John Wick 4 sea al menos el
entretenimiento de calidad que esperamos todos, que ayude a las carreras de
todos esos nombres acostumbrados a la serie B. Pero no puedo terminar sin
mencionar un pequeño detalle que hace que me dé incluso algo de miedo esta
cuarta entrega, el coreógrafo, Jeremy
Marinas, cuyos trabajos anteriores no son demasiado destacables, aunque
haya trabajado en numerosas películas y series de televisión como especialista.
Sus créditos como coreógrafo de lucha no son demasiado sólidos, aunque cumpla
con ciertos requisitos mínimos. Todo esto me lleva a pensar que podríamos estar
más cerca de un caso aislado de unión de grandes talentos marciales que merecen
más oportunidades y que no brillarán como debieran, sepultados por la
maquinaria de Hollywood. Ojalá me equivoque, pero no las tengo todas conmigo
por mucho que tengamos a Donnie, Marko o Scott. Estará al nivel que se espera
de la saga, pero podría responder ahora mismo a las preguntas que hacía más
arriba, es decir, no sería ESA película que todos esperamos, e incluso no
parece que vaya a ser catalizador de nada, sólo una nueva entrega de una buena
franquicia, una estupenda película de acción y artes marciales que tendrá éxito
pero que no abrirá los ojos a los productores para que vuelvan a apostar por el
cine marcial. El tiempo dirá si me equivoco o no, y sinceramente espero
equivocarme.
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