CRÍTICA - KUNG FU GHOST (2022)

Algo por lo que siempre he apostado, ya sea en el blog, en las revistas Acción y Dragonz Magazine o en la web Helios, es el cine marcial independiente, cubriendo noticias, rodajes y proyectos que buscan hacerse un hueco en el panorama cinematográfico. Y la película que traigo hoy al blog es justo esto. Kung Fu Ghost es una película de Jennifer N. Linch, a quien entrevisté en octubre del pasado 2021 para Helios (y que puedes leer en aquí) De momento no tiene fecha de estreno, pero he tenido la oportunidad de verla gracias a la propia directora y protagonista de la película.

Daisy es una chica vietnamita cuyo abuelo, que vive en Estados Unidos, fallece, dejándole en herencia una vieja casa con una condición, que Daisy viva en ella una semana. Al llegar al caserón, se encontrará con una siniestra mansión llena de telarañas y… fantasmas, el de su abuelo y el de un hombre llamado William. Y si esto fuese poco, tendrá que enfrentarse a unos ladrones que buscan algo, ayudada por los fantasmas.

Sin lugar a dudas, la película es sumamente simpática y agradable. Una de las cosas que me dijo Jennifer sobre sus intenciones era sacar sonrisas en el espectador, y eso lo hace con creces, siendo una comedia, pero con un toque sobrenatural, romántico y las esperadas artes marciales, todo unido de forma inteligente y equilibrada. Una de las cosas más complicadas en muchas películas es ver a actores con amplios conocimientos marciales “fingir” que no saben para ir aprendiendo a medida que la película avanza. Por ejemplo, Van Damme en Kickboxer es entrenado por Xian y deberíamos ver la evolución del personaje, incluyendo su elasticidad, pero a pesar de ser “dolorosa” la secuencia donde Kurt Sloane consigue abrirse de piernas, sabemos que es marca de la casa del belga, y no es tan realista como debería. En esta ocasión, Jennifer consigue resultar creíble debido a la construcción de su personaje y a su interpretación. No es una heroína marcial, y cuando es poseída por su abuelo, se convierte en una consumada luchadora, en contraposición a la candidez de su personaje. Incluso cuando su abuelo la entrena, nos creemos esa evolución.


El equipo formado por Jason Truong como director de acción, Daniel Ford Beavis y Shane Alexander como coordinadores de especialistas, nos ofrecen unas buenas secuencias de acción, perfectamente ejecutadas por Jennifer y por el resto del equipo, que incluye a Jason y Shane como esos ladrones/ninjas. Patadas, puñetazos, cuchillos e incluso sartenes, conforman las coreografías, con un toque de humor en ciertos momentos que recuerdan el estilo de Jackie Chan, pero evitando ser una mera copia. Por otro lado, Jennifer sabe dónde colocar la cámara para mostrarnos de forma correcta cada golpe, evitando efectismos para dotar de una espectacularidad innecesaria. Y esto se debe a que la película busca equilibrar los diferentes géneros que toca, pero manteniendo un tono continuo y homogéneo que nos permita seguir dentro de la historia.

Es más, a pesar de contener artes marciales, no estamos ante un guion-excusa que empalme secuencias de acción, como si fuese una demo reel del equipo, actores o directora. Linch pretende contar una historia con elementos diversos, pero, como decía más arriba, equilibrados. Ese tono amable y simpático de comedia blanca con el que comienza, unido a la atmósfera que se acerca al terror, pero sin olvidar que es una comedia, así como las relaciones entre personajes, en especial entre Daisy y William, desarrollando una bonita historia de amor paralela a la fantástica, funciona en especial, sobre todo por la química ente Jennifer y Noah Sargent, encargado de interpretar a ese apuesto fantasma que es William. En este aspecto, Jennifer demuestra tener una estupenda sensibilidad visual al mostrar la relación entre ambos con bonitos planos, sin caer en el empalagamiento excesivo. Tenemos una secuencia, homenaje a la mítica Ghost (1990) de Patrick Swayze y Demi Moore, que exuda buen rollo durante el rodaje, pero sin copiar descaradamente como suele ocurrir en otras películas, ya sea en plan homenaje o plagiando dicha secuencia de alfarería. Aquí todo sucede de forma muy natural y real

El aspecto sobrenatural flota por todo el metraje, acentuándose en su parte final. He repetido varias veces ya el tema del equilibrio de la historia, y es que a pesar de que el motivo real del viaje de Daisy a Estados Unidos tenga esas connotaciones fantásticas, con antiguos artilugios mágicos y fantasmas, al final o importante son las relaciones entre personajes, con ese abuelo que dejó a su familia y su reencuentro, aunque muerto, con su nieta, la relación entre Daisy y William y de todos con el villano. No obstante, hay que destacar, además de la técnica de Jennifer a la hora de luchar, su vis cómica, llevando todo el peso de este género con, de nuevo, una estupenda naturalidad, pero sin olvidar algunos momentos más dramáticos donde lucirse como actriz y demostrando que, como actriz, es todoterreno.


En definitiva, estamos ante una buena película, fresca, bien rodada y hecha desde el corazón con la intención de hacernos pasar un buen rato y demostrando que el cine marcial tiene cabida en todo tipo de géneros sin descuidar los personajes o la historia. La sinceridad de Jennifer a la hora de rodar y presentarnos esta película trasciende la pantalla y logra meternos en la historia con suma facilidad, sin ese mencionado efectismo que vemos en otras películas que sólo pretenden mostrarnos espectaculares escenas de acción. Cada historia necesita una visión de las artes marciales acorde a su tono y ritmo, y Kung Fu Ghost es un claro ejemplo de ello. No, no es The Raid (2011), ni falta que le hace. Una hora y media muy agradable de ver y altamente recomendable para pasar un rato de buen rollo muy necesario en la época que vivimos. Esperemos que la carrera de Jennifer, como directora y como actriz, nos dé más alegrías.

NOTA: 7


Comentarios