Ya sabemos que hay programas de
televisión que narran cualquier tipo de suceso y mezclan testimonios con
entrevistas, todo con un aspecto digamos, algo cutre, muy de telefilme barato. Por
suerte no estamos ante ese tipo de programas, con una calidad propia de una
serie de ficción. Aunque cada episodio se centra en diferentes aspectos oscuros
del Boxeo Tailandés, con un texto en pantalla en cada uno de ellos de forma
introductoria, podríamos dividir los episodios en dos grupos de dos, debido a
lo que se cuenta en la parte de ficción, enlazando los episodios 1 y 2 por un
lado, y 3 y 4 por otro, aunque al final, los cuatro están conectados.
Comenzamos con Phat, un joven
gurú del boxeo, un profesional que se dedica a apostar en los combates y hablar
de ellos en redes sociales, aconsejando sobre quien apostar a sus seguidores. Pero
Phat querrá dar el salto al primer nivel, apostando con gente demasiado
peligrosa, y mientras los testimonios nos cuentan cómo funciona el mundo de las
apuestas, vamos viendo, a modo de ejemplo, lo que le ocurre a Phat durante un
combate.
El drama humano es lo que vemos,
sobre todo, ya sean los niños, obligados a combatir para salir de la pobreza, los
apostadores, en busca de una vida más cómoda, o incluso los árbitros o
promotores, intentando ganar dinero, aunque sea con combates amañados. Es
curioso ya que a veces me ha dejado la sensación de ser propaganda tailandesa
para evitar el juego, usando además a actores conocidos como Nat Kitcharit, Thaneth Warakulnukroh (actor, cantante y DJ de éxito) o Vithaya Pansringarm (posiblemente uno
de los secundarios tailandeses más reconocibles en cualquier producción occidental
rodada allí)
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Vithaya Pansringarm |
No obstante, tiene un acabado
bastante occidentalizado, por el tipo de montaje en determinadas secuencias, o
la música escogida, quizás pensado para mentes occidentales y para que sea más
exportable. Ofrece una visión nada halagüeña del deporte nacional tailandés,
que se sostiene en las apuestas y en sus conexiones con las mafias que hay
detrás, con una crítica más que velada a la sociedad actual, dejando de lado la
tradición para convertir algo como el Thai Boxing en un mero negocio, buscando
alejarse de normas morales y éticas.
Un buen trabajo donde las artes
marciales que vemos son bastante realistas, con ese intercambio de golpes de
los luchadores acompañados de vítores y gritos de los espectadores. Un ruido,
una seña de identidad de un país prostituida para que unos cuantos se hagan muy
ricos a la vez que muchos caen en la miseria o en algo peor.
NOTA: 7
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