CRÍTICA - REPLICANT (2001)

La carrera de Van Damme comenzaba a decaer a finales de los años noventa. En 1994, Timecop se convertía en la película más taquillera del belga, pero después llegaría Street Fighter (1994), Muerte Súbita (1995) y la debacle de The Quest (1996), más por los productores que por la estrella. Sus siguientes películas, aunque buenas, no lograban el éxito de anteriores títulos, pasando a ser dirigido por los hongkoneses Ringo Lam (Al límite del riesgo) y Tsui Hark (Double Team; En el Ojo del Huracán), mientras su adicción a las drogas empeoraba. Intentaría mejorar como actor en Soldado de Fortuna (1998) para intentar volver al estrellato con Soldado Universal: El Retorno (1999) y la horrorosa Inferno (1998), sin suerte. Por ello, terminaría pasando a la serie B de donde había salido, pero mucho más centrado de lo que se podría suponer con Replicant (2001), antes de terminar de caer en picado, aunque podemos salvar unas cuantas de las películas que haría a partir de ese 2001. Pero no voy a entrar a analizar su carrera en este siglo XXI, sino que me centraré en ese título, Replicant, donde repetía con Ringo Lam (Full Contact), desdoblándose (de nuevo) como héroe y villano, o como villano y su clon inocente…

Definitivamente, a pesar de ser uno de los grandes héroes de acción, Jean Claude Van Damme debería prodigarse más como villano, demostrando su ambivalencia para los dos tipos de personajes. Recordemos que ya fue villano anteriormente en Retroceder Nunca, Rendirse Jamás (1985) y Águila Negra (1988), logrando un estupendo resultado. Pero claro, después vendría su carrera como héroe y es normal que no quisiese repetir como el malo de la función. No obstante, nos ha seguido regalando algunos estupendos personajes negativos posteriormente, pero mejor me centro en esta película, que, si no, termino escribiendo un análisis de su carrera, cosa que dejaré para otro momento.

La trama es relativamente sencilla. Edward Garrotte, apodado Antorcha, es un asesino en serie al que persigue el agente de policía Jake Riley, sin suerte. Pero todo cambiará cuando a Riley, que se va a jubilar, sea requerido para que acompañe a un clon del asesino para localizarle y detenerle. Acción con toques de buddy movie y thriller, sin olvidar las escenas marciales y el toque de ciencia-ficción realista, y con realista me refiero a que no hay naves espaciales ni pistolas láser, aunque haya clones. Recordemos que la famosa oveja Dolly nacía en 1997, y el tema de la clonación humana dejaba de ser algo totalmente ficticio, aunque no se haya creado nunguno (que sepamos…)

Con Ringo Lam en la dirección, estamos ante una buena peli de intriga y acción. Van Damme lo borda como psicópata, aunque pueda resultar algo arquetípico, pero hay que alabar su esfuerzo, lejos del casi histrionismo de las películas con Tsui Hark, sobre todo En el Ojo del Huracán (1998) Su desdoblamiento como psicópata y como el inocente clon, que se comporta como un niño, es un buen intento de mejorar como actor, y a pesar de sus limitaciones, cumple de sobra, seguramente ayudado por el propio director, que aunque se le cite como uno de los directores de acción de Hong Kong, siempre supo dar profundidad a los personajes de sus películas, con diferencias más que sustanciales respecto a sus compañeros directores como Hark o John Woo.

Tuvo además el apoyo de Michael Rooker, eterno secundario conocido sobre todo por su aparición en The Walking Dead, aunque ya protagonizó la magistral Henry, retrato de un asesino (1986) que se compenetra muy bien con Van Damme como el duro policía que quiere detener a Garrotte. Su relación es parte de la trama principal, cambiando a lo largo del metraje al considerar al clon lo mismo que al asesino, pero viendo que la educación puede convertir a clon en una buena persona y no el mismo asesino pirómano y sanguinario que es Antorcha. Por otro lado, el desarrollo del clon está bastante trabajado, mezclando el aprendizaje de lo que ve (gimnastas en monitores, a los agentes que le custodian o lo que ve hacer a Jake) junto a la telepatía que tiene con Garrotte, aunque podríamos decir que es más una conexión mental entre ambos que a telepatía en sí.

Ringo Lam sabe unir el desarrollo de personajes y el drama con la acción, algo que siempre le ha separado del estilo visual más impactante de sus contemporáneos que ya he mencionado, en especial John Woo, más acostumbrado a la acción más salvaje y al subgénero del heroic bloodshed que Lam. El toque de thriller, más pausado, es un terreno que Lam controla mejor que Woo, y eso se nota en esta película, siendo muy diferente a lo habitual de Van Damme. Es normal que este proyecto de la sucesora de la Cannon, la Millenium Films (aunque la producción realmente sea de 777 Films Corporation), llamase la atención del bueno de Jean Claude, permitiéndole profundizar en su faceta como actor sin olvidar la acción, claro está.

Y en este sentido, tenemos a Martin Zounar, actor que ocasionalmente ha sido director de acción, concretamente ayudando en Street Fighter y en Al límite del riesgo, y secundado por un amigo personal de Van Damme, Peter Malota. Y, por si fuera poco, David Leitch, de moda ahora mismo por dirigir Bullet Train (2022), dobló, sin acreditar, a Van Damme. El trabajo de ellos y del resto de especialistas es muy bueno, aunque notemos en ciertos momentos acrobáticos a los dobles del belga, pero ya sabemos que el cine de Van Damme no es muy acrobático más allá de sus patadas en salto, por lo que es más que perdonable. Pero el buen hacer del director y del editor consiguen que los esperados y consabidos duelos entre los dos personajes que interpreta Van Damme parezcan reales.

Tenemos varias secuencias donde Van Damme se luce marcialmente, pero sin exageraciones, en parte debido a ese cambio dentro del cine de acción evitando repetir sus grandes éxitos, pero con la idea de seguir haciendo buen cine de acción, aunque se estrenase en muchos países, como Estados Unidos, directamente a vídeo. Tenemos, además del duelo final y alguna que otra secuencia de acción, una secuencia en el parking del hospital, en su tramo final, sumamente potente y con ese tono realista de Lam, cuyo estilo se denominó en cierto momento, y dicho por el propio director, si mal no recuerdo, como docudrama, intentando dotar a sus secuencias de acción de un tono sumamente realista que supo llevar a esta película.

Pero como he dicho, el tono general es más cercano al thriller, y aun siendo una película menor, donde el presupuesto no era el que había tenido Jean Claude en sus grandes títulos como Timecop o Doble Impacto (1991), está bien utilizado y sin duda, Replicant es una más que recomendable y reiindicable película del belga. Lam ha sabido dar a la estrella producciones para lucirse más allá de sus habilidades marciales y no siempre se ha reconocido debido a que las colaboraciones entre ambos han sido en épocas irregulares de Van Damme, pero por suerte para el espectador, podemos apreciar la calidad de esta película, más allá de su presupuesto o de las propias artes marciales, que aquí quedan relegadas a un mero complemento en favor de una buena historia, bien narrada y que demuestra que no por tener un presupuesto medio, se hacen películas mediocres, y Replicant es, ante todo, una estupenda película.

NOTA: 7

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