En 2021 se estrenaba One Shot (Misión de Rescate) con Scott Adkins como protagonista. Pero lo que más llamaba la atención de esta película dirigida por James Nunn es que se había grabado en un plano secuencia. Bueno, o al menos en dos, falseando algún momento. Y claro, si anunciaron secuela, estaba claro que usaría la misma técnica del plano secuencia. Y si bien no he visto o no me he dado cuenta de si se ha falseado esto, no deja de ser un trabajo muy duro pero muy convincente e incluso ejemplar en cómo rodar una película de acción en un solo plano secuencia, evitando repetir la estructura de la primera entrega e incluso desarrollando personajes y la propia trama principal. Nunn va un paso más allá con esta película ampliando lo visto en la primera película y usando muy bien el plano secuencia sin olvidar el desarrollo de la historia.
Tras los acontecimientos de la
primera entrega, Jake Harris lleva a Amin Mansur ante las autoridades, pero
tendrá que volver a protegerle cuando sean atacados en el aeropuerto. Lo que
puede parecer una excusa para otro actioner rodado en un plano
secuencia, se convierte en una filigrana visual que, como he dicho en la entradilla,
permite desarrollar la historia de forma algo más calmada que en la primera aventura
de Harris y dando matices a los personajes como el propio Mansur y la relación
con su mujer, a quien llevan al aeropuerto para ver si se ablanda un poco y
cuenta lo que sabe de la bomba sucia que quieren detonar en el Capitolio.
Los detalles que menciono no son
tampoco exagerados, pinceladas muy bien medidas y metidas para ir un paso más
allá de ese plano secuencia de acción y enriquecer el resultado final. Pero no
nos podemos quejar de los momentos de acción. Tim Man y Dan Styles
se encargan de la acción. El primero de las coreografías de lucha, mientras que
el segundo, de coordinar a los especialistas, complementándose muy bien ambos
equipos para ofrecernos unos estupendos tiroteos y peleas cuerpo a cuerpo,
bastante realistas pero con la suficiente espectacularidad y, sobre todo,
ritmo. Nunn ya demostró anteriormente que sabe dirigir las escenas de acción,
por lo que con la misma naturalidad que mueve la cámara para seguir a dos
personajes durante una conversación, la mueve para meternos de lleno en las
escenas de acción y vibrar con ellas, sin necesidad de complementos técnicos
más allá de saber dónde enfocar y hacia dónde girar en el momento preciso.
Para ir terminando, quiero
destacar al veterano Tom Berenger en un papel secundario, dando cierto
empaque al reparto, tal y como hizo Ryan Phillippe en la primera parte,
algo ya habitual en la actual serie B de acción, donde se circunscribe esta
película, pero en primera fila. Un estupendo entretenimiento con algunos giros
que se ven venir pero que no impide que pasemos a lo grande algo más de hora y
media y donde se demuestra que Adkins es el actual rey del cine de acción, por
mucho que entre una buena película y otra, nos ofrezca sencillas propuestas que
le mantienen en el candelero de estrenos. Ahora nos viene una de éstas, Lights
Out, que no pinta igual de bien que Skylines: Warpath, que rueda
ahora con Iko Uwais. Por cierto, no me extrañaría que llegase una
tercera parte de esta saga de plano-secuencia, y creo que Last Shot o One
Last Shot podría ser un título que cerrase la trilogía.
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