[CRÍTICA] - THE KILLER (2024)

Hablar de The Killer de John Woo, son palabras mayores. El clásico de 1989 con Chow Yun Fat ha sido objeto durante años de intentos de remake, tanto por parte del propio Woo pero rodada en Corea, pasando por una versión femenina con Tsui Hark hasta el intento de Walter Hill con Richard Gere y Denzel Washington. Ambos proyectos se quedaron en eso, en proyectos, y ha sido el propio Woo quien finalmente se ha atrevido a hacerlo. Está claro que el director de Hard Boiled (1992) no está en la misma forma que antes, sólo hay que ver Manhunt (2017) o Noche de Paz (2023), aunque ésta última me gustó y la considero más personal que la mencionada Manhunt o que esta nueva versión de su gran clásico de 1989. No obstante, está claro que Woo ya ha hecho todo lo que tenía que hacer y es normal que tras tantos intentos de hacer un remake, haya dicho que sí, cobrando su dinerito para su jubilación.

Antes de ponerme con la crítica, quiero dejar claro que en este tipo de películas, nuevas versiones, hay que tener en cuenta a la película original pero también como adaptación nueva, con los cambios que se hacen, y como película independiente. Como nueva versión, pues es floja, muy floja. Muchos cambios como la relación entre el asesino (aquí asesina) con quien le contrata (en la original Kong Chu y aquí Sam Worthington) y la propia relación con el policía (Daniel Lee en la de 1989 y Omar Sy en esta nueva versión) Nada que ver, pero dicho de forma negativa. Y la acción, bien rodada, pero lejos de los bullet ballet de Woo o del propio heroic bloodshed, subgénero al que pertenece la original. Tampoco tenemos el trasfondo del asesino, que como he dicho, aquí es una asesina interpretada por Nathalie Emmanuel. Mientras que el personaje de Chow Yun Fat está cansado de su trabajo, aquí no vemos nada de eso, sólo cierto sentimiento de culpa por dejar a la cantante ciega, pero la dan otro trasfondo, otra historia a la que luego volveré. Y claro, toda la propia historia es muy diferente, con narcotraficantes, robos y traiciones que más o menos aquí funcionan pero introducen demasiados personajes para crear cierta tensión e hilo conductor para las secuencias de acción, ralentizando su aparición y obligando a que sean más cortas.

Ignorando las diferencias con la película original, estamos ante una película entretenida, a pesar de ser sumamente predecible, lo que resta mucha fuerza a los giros de guion y obligándonos a esperar las mencionadas secuencias de acción. Tampoco creo que el casting sea el más acertado. Mientras que Nathalie cumple en las escenas de acción, siendo el mejor personaje de todos, Omar Sy no me convence para nada, a pesar de no ser su primera película de acción. Falla la química entre los dos y por ello le resta fuerza dramática. Se caen los dos bien, y no tenemos ese viaje en su relación, algo que sí tenía la película original, es decir, un policía que quiere detener a un asesino pero que por circunstancias terminarán aliándose. No tenemos nada de esto y las primeras secuencias con los dos tienen cierto toque casi cómico y simpático. Todo esto es debido a que se centra en esa otra trama de robos a narcotraficantes, dejando claro que la Zee (la asesina) y Sey (el policía) están del mismo lado contra un enemigo común, desarrollando más esa trama central que el resto de elementos que sí tenía la original. Pero como digo, todo es demasiado predecible.


Y toca hablar de las secuencias de acción. Son buenas, con el toque Woo, pero con el norteamericano Brian Smrz como director de segunda unidad, es decir, el encargado de dirigir estas secuencias. Tenemos ralentizaciones y pistolas a dos manos, pero sin la potencia visual de los buenos tiempos del director. Parece en muchas ocasiones una película hecha por un fan de Woo más que por el propio Woo, con guiños, bueno, autoguiños. Palomas (muchas), la iglesia, motoristas que recuerdan a los de Blanco Humano (1993), algún que otro mexican stand-off, es decir, personajes que se apuntan unos a otros, e incluso ese momento de la película original, al principio, donde la protagonista golpea una mesa para autolanzarse una pistola. Pero no es suficiente. Sigue pareciendo una película que busca homenajear a Woo pero con ese punto menos extremo tan habitual en el cine de Hollywood. Y qué decir de la secuencia final en la iglesia, con buenos momentos, pero con muchas menos balas y más artes marciales, algo que realmente no necesita. También es cierto que repetir todo sobra, pero como clímax es mucho más ligero. Además hay elementos en la narrativa de Woo que aquí no están, como el momento en el que dos personajes antagonistas tienen que terminar confiando el uno en el otro, normalmente representado en esos lanzamientos de pistolas entre los dos personajes, que aquí aparece en un momento dado pero lejos de significar esto mismo. No obstante, este nuevo clímax está bien, dentro de la propia película y es la secuencia más larga de acción. Bien planteada y rodada, pero que le pasa lo mismo que a toda la película. No tiene el espíritu del mejor cine de Woo y podría haberla dirigió cualquier otro, incluyendo a Antoine Fuqua, que ya hizo algo similar en Asesinos de Reemplazo (1998), ya que jugaba en esa liga de películas de Hollywood que pretendían usar los recursos visuales de Woo para lucimiento de Chow Yun Fat.


Resumiendo, un remake fallido, entretenido, televisivo pero sin el brillo del director, que deja claro que ha cobrado, ha rodado lo que le han pedido y poco más. Habrá gente que hable de inclusión forzada al cambiar el género del protagonista, pero como dije al principio, ya hubo intentos cuando esto no estaba de moda y tampoco es un impedimento para disfrutar de la película, pero es una más de acción, no tiene alma, no tiene nada que destaque por encima del resto, y la trama principal, además de predecible, lo hemos visto muchas veces. Ah, se me olvidaba que nadie ha hablado, o al menos no he leído nada al respecto, de la presencia del futbolista Eric Cantoná, que me ha sorprendido gratamente con una buena interpretación, mientras que Tchéky Karyo aparece en un par de secuencias de relleno, por no hablar de la propio hija de Woo, Angeles Woo, que vuelve a salir en una película de su padre, algo ya habitual. Una película para ver, pasarlo bien y olvidar, aunque ha conseguido algo, que tenga muchas ganas de volver a ver la original, que para mí es la obra maestra de Woo.

NOTA: 6

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