
Ya son 52 años sin
Bruce Lee y aunque debería haber escrito la segunda parte del
TACFEST o empezar a escribir sobre el
Festival Nits de Cinema Oriental de Vic, no puedo dejar de abrir un documento de Word, aunque ahora mismo sean las 00:15 del 21 de julio, para volver como cada año al Pequeño Dragón en el aniversario de su fallecimiento. Tengo que decir, que como en otras ocasiones, durante todo el día 20 de julio, he pensado sobre qué escribir, y no ha sido hasta que mi amigo
Jaime Elías ha publicado en Instagram la presentación que él mismo realizó en 2023 de
Operación Dragón en la sala Phenomena de Barcelona, en el 50º aniversario del estreno de la obra magna de Bruce. Escuchar su presentación junto a hablar con los hermanos
Albert y
Herbert Leung en el mencionado festival de Vic, al que han acudido presentado la maravillosa película
Stuntman, me han hecho pensar en el ya trillado legado de Bruce, en los haters y en una verdad de esas que no me gusta sentenciar, pero que es sin lugar a dudas real.
Por cierto, qué buena es la banda sonora de Dragón: La Vida de Bruce Lee,
de Randy Edelman. La he puesto mientras escribo esto, y seguramente la siga la
banda sonora de Karate a Muerte
en Bangkok o de Operación Dragón. Pero bueno, esto no viene al caso, pero me apetecía describir el
contexto mientras me lanzo a escribir estos pensamientos personales que
seguramente alguno de los que me leáis coincidíais. La imagen de Bruce es
icónica, y su legado enorme. En un puñado de años consiguió lo que otros en más
de una vida ni si quiera consiguen arañar. Es algo en lo que incide Jaime Elías
en la mencionada presentación (en breve te dejaré aquí el enlace para que
puedas verla y oírla) Un resumen de su vida y motivos por lo que Bruce Lee es
Bruce Lee, incluyendo el dato de la revista Times, que añadió a Bruce
en el listado de personas más influyentes del siglo XX. Y esa influencia sigue
en este siglo XXI, como bien sabemos. Y no sólo por celebraciones como la
proyección de Operación Dragón en su 50 aniversario, un evento por y para
fans, además de ser una forma de mantener viva la llama de Bruce y, por qué no,
encenderla en nuevas generaciones.
Jaime también menciona cómo le influyó, y cómo ha influido a tanta gente, motivándolas para comenzar a entrenar artes marciales, o de cara al cine. Ya he mencionado en muchas ocasiones, y conocemos todos, que gente como Van Damme o Scott Adkins querían emular a su ídolo y se lanzaron a las dos cosas. Yo mismo entré en este mundo del cine marcial y después el asiático por Bruce, y empecé a estudiar Karate. Personalmente, tras estudiar su vida, y mientras sigo aprendiendo, leyendo, hablando con expertos como Pedro Conde, Marcos Ocaña, Jaime Elías, Jesús Bajo Esteban o Francisco Molina, mientras me nutro de todos los aspectos de su vida y obra, intento emplear lo aprendido que trasciende el cine, la filosofía de Bruce y las que me ha hecho conocer como a Jiddu Krishnamurti, en mi vida cotidiana. Para motivarme, acudo a Bruce, consciente o inconscientemente. Esto es parte del legado de Bruce en muchos de nosotros, además de la parte cinematográfica, y su influencia es algo que se podría medir.
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Los Hermanos Leung |
Y todo esto lo habla un occidental que nació unos años después de haber fallecido él. Y he nombrado a más occidentales, pero esta imagen y este legado, ¿cómo se vive en Hong Kong? Pues he tenido la enorme suerte, el placer y honor de poder escuchar a los hermanos
Herbert y
Albert Leung, como decía al principio. Su visita a Vic durante el festival de cine asiático presentando Stuntman, y su pasado como actores, especialistas y ahora directores y miembros de la
Hong Kong Stuntman Association, ha propiciado que hablen de la importancia del cine de artes marciales de Hong Kong para la propia identidad del cine hongkonés. Y sin duda Bruce Lee, o Lee Siu-Long, como lo llaman allí, abrió las puertas para que Occidente conociese este tipo de cine que seguimos disfrutando (al margen de su actual precaria salud, pero eso lo dejamos para otro día) en la actualidad. Los hermanos Leung dejaron claro que la importancia de Bruce en Hong Kong es un suceso histórico para la isla, su cine, el cine de artes marciales y el cine en general, un pedazo de Historia, con mayúsculas.
Bien, entonces está claro que ha influido, me atrevo a decir, en millones
de personas, anónimas o famosas, ya sean del mundo del cine, de las artes
marciales, del deporte o de otros ámbitos como hemos visto en muchas ocasiones,
como en el documental I’am Bruce
Lee (2012), las han motivado en
muchos sentidos y nos ayuda a afrontar las vicisitudes de la vida, aunque sea
por haber citado a grandes filósofos y pensadores como Espinoza o alegorías taoístas. Pero tenemos la otra cara, una que parece haber
crecido en los últimos años, los haters. Llegaron las redes sociales y
llegaron estos odiadores que a veces parecen profesionales. Gente que
tira por tierra todo y a todos de forma sistemática, y en el mundo Bruce Lee,
no iba a ser una excepción.
De primeras, debería darme igual, y me da igual la verdad. Hasta la versión que el cansino de Tarantino nos mostró en Érase una vez en Hollywood (2019) No me molestó. Estaba exagerada pero bueno, que el amigo Quentin haga lo que quiera, me da bastante igual aunque entendiese el enfado de Shannon, claro. Todo el mundo puede tener su opinión. Sólo contesto o me mojo cuando la información es errónea o cuando no viene acompañado de motivos reales que se puedan debatir, sin querer hacer cambiar de idea a nadie, pero poner nuestros puntos de vista en común de una forma sana. Y aquí llega a eso que dije en la entradilla, lo de una verdad de esas que no me gusta sentenciar. He dicho por activa y por pasiva que no sé más que nadie y que lo único que hago es aprender y compartir lo aprendido, ya sea de Bruce o de cine marcial u oriental en general, pero claro, esos haters sueltan un montón de tonterías por la boca con el único afán de malmeter y llamar la atención en plan bad boy, y me parece ridículo.

Sí, me refiero a gente como Michael Jai White, que parece empeñado en hablar mal de muchos compañeros. Y mira que soy fan suyo, pero cuando habla, sube el pan. Muchos luchadores de MMA han hecho lo mismo, ignorando a compañeros y a campeones de todos los tiempos como Joe Lewis, Chuck Norris y muchos más que intercambiaron técnicas con Bruce y vieron que estaba a otro nivel. Si auténticos e indiscutibles campeones dicen lo que dicen, sobre todo los que lo conocieron, ¿por qué este afán destructivo? Y en redes ya ni te cuento las cosas que se leen. Ningún argumento real, sólo suposiciones y muchos egos que intentan restar la importancia de Bruce. Una cosa es que no te guste, y otra convertirlo en un enemigo a batir para sentirte poderoso. No, debes aprender de todo y de todosy los que puedas, y de Bruce es uno de ellos. ¿Tengo que repetir que ha influido a millones de personas, que para el pueblo de Hong Kong es un elemento identificativo culturalmente hablando y terminó de convertir el cine marcial y de acción en el representante de la cultura hongkonesa, por mucho que ahora no esté en la misma forma que en los setenta, ochenta, noventa y principios de los dos mil? Dicho por ellos esto último. Por eso, con los datos en la mano, hay que admitir que la verdad sobre Bruce es esta. Es una de las personas más influyentes del siglo XX, da igual si crees que podrías ganarle en un combate o no. Bruce es un referente, un elemento que cambió ciertos aspectos de la sociedad del siglo XX, aunque sean cinematográficos.

Una persona que deja esta huella, puede ser odiada, puede ser puesta en duda, o ignorada, pero seguirá siendo Bruce Lee, ese luchador contra la tradición, contra el racismo, contra la sociedad y contra el cine que consiguió llevar su visión de las artes marciales y del cine a todo el mundo. Miope, con una pierna más larga que otra, con una juventud tumultuosa, una vida personal con errores, pero que además devolvió el orgullo chino al pueblo, que marcó un antes y un después en el cine de Kung Fu, de Hong Kong, de acción, con la primera co-producción entre Hong Kong y Estados Unidos, uniendo los dos mundos de Bruce, el hongkonés y chino, con el nacimiento en San Francisco, convirtiéndose (o convirtiéndolo) en un icono de los chino-americanos. Como ves, la importancia de Bruce está a un nivel poco visto. Desde esas personas anónimas a las que ha inspirado y sigue inspirando, pasando por la gente que ha perseguido su sueño y lo han conseguido, ya sea de nuevo a nivel anónimo o por las estrellas del cine marcial que hemos tenido. Y hemos aprendido cosas de los propios errores de Bruce, dejando el claro mensaje que cualquiera de nosotros puede aspirar a conseguir lo mismo que Bruce. Está claro también que a pesar de todo puede que no consigamos alcanzarlos, pero seguimos adelante luchando por ellos, por nuestros sueños, con esta motivación e inspiración, y siempre, al menos en mi caso, con agradecimiento por lo que me ha dado y me sigue dando. Y por eso mismo, a pesar de los haters, debemos pasar de esos temas, aunque tengamos ganas de debatir sanamente con argumentos, pero sabemos que en muchas ocasiones no vamos a tener ese feedback buenrrollero, así que sigamos con nuestras vidas, adaptándonos a todo como el agua y sigamos disfrutando de Bruce Lee, de sus películas, de sus escritos, de los amigos que une en esta comunidad, y por lo tanto, de su legado que sigue vivo en este año donde ya son, como digo en el título de la entrada, 52 años sin Bruce Lee, 52 años de huella cada vez más profunda y permanente. Ah, al final he escuchado primero Operación Dragón y después The Big Boss, que sigue sonando una hora y veinte minutos desde que comencé a escribir, así que va siendo hora de terminar, que sigo con la resaca festivalera y mucho trabajo por delante, así que, a pesar de todo y de todos… Walk On!

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