La película de hoy es casi obligatoria. Y no sólo verla, si no que hablase de ella. Tras leer las críticas de los amigos de CineAsia y del Templo de Chanpoo, y al estar recomendadas por ellos, me he dispuesto a verla sin tener del todo claro lo que iba a ver. Ni un sólo trailer antes de verla, sólo algunos carteles. La película india, rodada en telugu, mezcla diversos géneros rodados con algo más que pericia. La primera parte es una especie de comedia romántica mágica, con la presentación de personajes y de la propia trama, que se va retorciendo poco a poco para llegar a la parte más sombria y brutal, al estilo de las películas de gángsters, para después continuar con la parte mágica de la reencarnación del joven Nani, asesinado por Sudeep debido a una mujer que parece no poder conseguir, Bindhu. Este triángulo amoroso fatal desencadena una venganza de Nani al reencarnarse en una mosca (eega en telugu), y a partir de aquí tenemos la parte más fantástica y cómica, con auténticos alardes técnicos de sus directores, S. S. Rajamouli y J. V. V. Sathyanarayana que mezclan la animación en 3D con escenarios reales y dotando a la mosca de una humanidad excepcional. El buen hacer de los directores, y la más que correcta animación, junto al pulso narrativo y los contínuos giros de guión hacen mucho más que entretener. Acabo de decir de la animación que es correcta. Evidentemente, no es una superproducción de Hollywood, y esto se nota en la propia mosca. No obstante, consigue hacer que nos creamos esta fábula sobre la reencarnación con toques sublimes como el primer mensaje que escribe la mosca tras provocar un espectacular accidente de tráfico, con algunos cortos números musicales que no cansan al no acostumbrado al cine indio y con un humor blanco pero alocado. Una buena muestra de otro tipo de cine indio repleto de imaginación y calidad que me hace entender porqué está recibiendo excelentes críticas en los festivales por donde ha pasado.
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