Dicho esto, vamos a comenzar. La
trama es sencilla. Durante un directo de El
Guerrero Interior de Nacho, Marín recibirá la llamada de su hija, que ha
sido secuestrado, por lo que comenzará una carrera contrarreloj para rescatarla
mientras Víctor Hugo y su sobrino Pablito, siguen al dúo dinámico en su
aventura, pero sin dejar de emitir en directo. Una historia, como digo,
sencilla, que se convierte en una excusa para asistir a un buen puñado de
secuencias de acción repletas de humor que funciona a las mil maravillas. La
forma de complementarse de los cuatro actores principales, es decir, Nacho,
Marín, Víctor Hugo y el youtuber y cosplayer Prnze como Pablito, es estupenda, con mucha química y donde Víctor y
Prnze se descubren como actores muy naturales a pesar de no ser profesionales, y
es en parte donde reside parte de la sensación tan buena que tenemos al final,
ya que nos resulta todo más cercano, más real dentro de la locura de sus
secuencias.
Esto, junto al uso de
planos-secuencia en tiempo real como si estuviésemos viendo la retransmisión en
directo se usa de forma muy inteligente, aunque admito que alguno de estos
planos-secuencia, como algún viaje en coche, podría ser ligeramente más corto,
pero las intenciones de Nacho como director en dotar de ese realismo necesitan
esos momentos más calmados para que el pasar del tiempo durante su misión
heroica y justiciera, tiempos muertos reales donde el agobio y el nerviosismo
crece pensando en poder perder el rastro y a Iris, la hija del Sensei Marín. La
parte dramática es otro punto negativo en algunos momentos, pero recordemos que,
aunque tienen experiencia como especialistas y actores, no todos tienen la
misma calidad interpretativa, por lo que podemos perdonar algún que otro desliz
a este nivel. No impide para nada que nos creamos a todos y cada uno de ellos y
sea, de nuevo, un error perdonable y muy secundario.
Y llegado a este punto, hablando
de la dirección, Nacho, con experiencia como director de cortos, elige de forma
perfecta los planos, que, junto al fabuloso trabajo de Víctor Hugo como cámara,
nos dan una película donde podemos disfrutar de las coreografías de acción, en
un alarde de planificación que me ha gustado mucho, y eso que son muy
complicados de rodar cuando tienes un montón de personajes peleando,
disparando, hablando…
Secuencias de acción dinámicas, espectaculares,
pero siempre con un pie en el realismo. Tenemos patadas en salto, katanas,
proyecciones o combinaciones de puños estupendos, con una variedad técnica que
se agradece ver, incluyendo homenajes, como a alguna película de Hong Kong con
duelos entre armas marciales y utensilios de cocina, referencias en los
diálogos a películas y estrellas del cine marcial (no digo mucho más para que
podáis disfrutarlo todo cuando se estrene de forma comercial) que dejan claro
que, en definitiva, Balas y Katanas
es una carta de amor al género. Tampoco voy a desvelar mucho de lo que se en
ellas, pero os aseguro que os gustarán, sobre todo con dos momentos, uno en su
primera mitad y el clímax final, donde pasamos a un cierto cambio de formato
que le sienta muy bien para estar a la altura de lo esperado.
Tiene sus limitaciones
presupuestarias, que podrían dar ese aspecto más amateur que tiene, pero lejos de ser una denominación fácil, decir
que es amateur, realmente tiene ese
aspecto de buena película que usa los defectos como arma y vehículo para tener
mayor empatía con los personajes ya que todos ellos no son los típicos héroes
del cine de acción, son personas normales como nosotros por lo que sus recursos
para verse obligados a interpretar a los héroes en esta ocasión, se basan en un
cine que aman y que nosotros como espectadores también amamos. ¿Quién no ha
soñado con ser el héroe de una peli de acción y artes marciales en un momento
de nuestra vida? O protagonista de una de nuestras películas de cabecera del
género, una superestrella, y esto precisamente es algo que nos une con los
Nacho y Marín de la película.
De esta forma entramos en la
película de forma muy natural, permitiéndonos disfrutarla mucho, deseando que
este viaje que han comenzado con Dragonz
Entertainment, se prolongue en el tiempo. Y no puedo dejar de mencionar al
resto del reparto, con el veterano Emilio
Linder, Roberto García, Rodrigo Poisón, Alejandro Reyes o los interminables cameos de, por fortuna para mí,
muchos amigos, auténticos actores y artistas marciales que se unen a la lucha
de Nacho y compañía en hacer que el cine de acción en España es más que posible
y donde tenemos valores seguros para ello, como Carlos Robles, Alberto
Hidalgo, Eduardo Castejón o Juan Hervella-Rego, por citar a unos
cuantos.
Para ir terminando, voy a resumir
un poco todo. Balas y Katanas
muestra el talento existente en el cine de acción en España y la pasión de un
proyecto que han sacado delante de forma independiente, con un rodaje difícil
pero que ha dado sus frutos. La falta de medios no impide que, si se tiene
talento, se pueda dar forma a un sueño largamente ansiado por sus autores, pero
lejos de artificios llamativos meramente comerciales. Está claro que la idea es
que la película se distribuya y de beneficios, pero realmente se nota que no
tenían ese lastre mental a la hora de rodarla, trasladando el buen rollo
existente entre todo el equipo, la sinergia que crea Dragonz dentro de la industria acaba de comenzar y ya sabemos, como
dice Nacho o Alberto Hidalgo… ¡se vienen cositas! Estaremos más que atentos,
tanto a nuevos proyectos que ya están en marcha, como a esperar a que Balas y Katanas pueda llegar en breve a
alguna plataforma o canal de televisión… O en formatos físicos con buenos
extras sobre el rodaje y toda la producción. Lo dejo caer, Nacho.
NOTA: 7
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