NINJA: SHADOW OF A TEAR


En el actual cine marcial occidental existen una serie de nombres de referencia que se mueven en una segunda línea comercial muy similar a la serie B de los ochenta, con mayor presupuesto pero con el mismo espíritu en lo referente al entretenimiento con calidad, con un especial interés en las artes marciales en sí mismas y no como mero embellecimiento de las escenas de acción. En un próximo artículo (o eso espero), hablaré de esta similitud con la época dorada de la Cannon, pero teniendo esto en mente, afrontar esta secuela que volvía a unir a Scott Adkins con el director Isaac Florentine tras "Invicto 2", "Invicto 3" y "Ninja" (sin olvidar "El Patrullero", con Jean Claude Van Damme) se hacía muy deseada por el público que sigue acérrimamente al inglés Adkins. Y no defrauda, para nada. Tras el éxito de la primera parte, que nos devolvía una película con muy buenas coreografías de artes marciales de Akihiro Noguchi (director de acción y de especialistas en varias series de los Power Ranger, especialista en cables en "Fuerza Máxima" y coordinador de acción en "Devilman" o la estupenda "Kuro Obi") el testigo en esta campo lo coge Tim Man que junto a las habilidades físicas de Scott Adkins, el propio Tim Man y Kane Kosugi y la buena dirección de Florentine, un apasionado de las artes marciales, nos traen una gran película de artes marciales puras y duras. Aunque la historia podía tener un trasfondo cualquiera, ya que en sí misma no es una maravilla, sí que le da el aire que al menos a mi me encanta, un mundo de artes marciales, con dojos, escuelas ninja y que es timing de Adkins al máximo, junto al de sus contendientes, destacando a Ron Smoorenburg, otro de los nombres que está empezando a sonar tras varios años de especialista y secundario y al que recomiendo echar un ojo. Tim Man, tras comenzar como especialista ha conseguido ir destacándose tras participar en "Ong Bak 2" como especialista, pasando por "Mortal Kombat: Legacy" y darse a conocer con "Street Fighter: La Leyenda", "Bangkok Adrenaline" y "Kill'em All", esta última como coreógrafo. Su carrera está despegando y se presenta como uno de los mayores exponentes de la nueva ola de coreógrafos tras Larnell Stovall o David Ismalone... Pero eso es otra historia.
precisamente su punto fuerte. Como he dicho, el guión no es una maravilla. Bastante tópico, una mera excusa para poner en marcha la maquinaria marcial y deleitarnos con grandes momentos como la pelea en el bar o en el Dojo japonés, rodado en un solo plano con maestría y aprovechando el

Volviendo a la película, Florentine sigue demostrando que sabe filmar combates, a excepción de un sólo plano de la película, una patada especial de Adkins que muestra en todas sus peleas en el cine, que no me ha gustado cómo la ha filmado, sobre todo tras verla en "Invicto 2". Los seguidores de Adkins sabrán cual les digo... El resto del elenco cumple perfectamente, desde el villano malvado, Shun Sugata, gran actor japonés que me ha parecido soberbio (sí, arquetípico, pero genial) pasando por Kane Kosugi, el hijo del mítico ninja de los ochenta (y de la Cannon... no digo más) Sho Kosugi, quien poco a poco va participando en numerosas películas míticas, como el "Godzilla: Final Wars" de Kitamura, "DOA: Dead or Alive" de Corey Yuen (la trato como mítica por todas las connotaciones que tiene el que esté dirigida y coreografiada por Corey Yuen, el resultado irrisorio final, las chicas sexies peleando, los cables, algo casi psicotrónico, tanto como las gafas ochenteras que le permiten a Eric Roberts ser el Gran Maestro de Artes Marciales...) "El Asesino" (otra rareza fallida que le unía con Jet Li y Jason Statham en Hollywood) o "Choy Li Fut" junto a Sammo Hung y su hijo Sammy. Desde su debút en 1983 en "La Venganza de Ninja" con su padre con tan sólo 9 años demostrando que sabía moverse muy técnicamente, hasta ahora, ha demostrado ser un digno sucesor de su padre, aunque seguimos esperando un nuevo trabajo de Sho Kosugi enfundándose el traje de ninja. Y en esta secuela, tenemos trajes de ninjas, pero como he mencionado antes, es una mera excusa, pero se agradece verlos.

Espero haber dejado claro que no estamos ante una película perfecta. Un guión-excusa que da pie a fabulosos combates marciales y es en este punto donde quiero recordar que en la gran mayoría de películas de artes marciales, la interpretación no se limita a las secuencias sin peleas, una de las parcelas donde la mayor parte de los actores expertos en artes marciales suelen fallar o flojear, si no que las propias artes de lucha se convierten en una extensión de la interpretación. Hace bastantes años, con motivo del estreno de "Matrix", escribí un reportaje titulado "El buen actor marcial" (concretamente en el número 0, de diciembre de 1999) donde hacía hincapié en este tema, y aunque hayan pasado los años, creo que es un tema que sigue vigente, sobre todo visto el desprecio de la mayor parte de los críticos nacionales que sienten hacia los artistas marciales que protagonizan películas. Sólo Chuck Norris y Jean Claude Van Damme parecen haberse ganado el respeto de esta parte de la crítica, aunque tampoco ha sido de forma unánime. El caso es que teniendo esto, de nuevo en mente, podemos ver que Adkins, Man y Kosugi cumplen a la perfección. Sus movimientos, su forma de luchar, son extensiones de sus personajes, habilidades inherentes que si fallan, tiran por tierra todo el trabajo del director, coreógrafo e incluso guionistas. Adkins tiene unas habilidades físicas increíbles y las demuestra en cada pelea. Si Michael Jordan parecía volar al realizar un mate en la NBA, Adkins es capaz de mover su cuerpo en el aire realizando técnicas muy complicadas con una facilidad asombrosa. Tanta que al verle, parece todo muy sencillo, ya sea dar tres patadas en un solo salto, con cambios de cadera incluidos, o esquivar y realizar técnicas de grappling de una forma tan natural como el andar o respirar. Del reparto, quiero destacar además algunas presencias, como la de Jawed El Berni, protagonista de la ligeramente aburrida "Fighting Fish", otro artista marcial con buena técnica, junto a Ron Smoorenburg, que ya he comentado antes.

En definitiva, y para ir terminando esta crítica, "Ninja: Shadow of a Tear" es una película de artes marciales que mantiene vivo el espíritu de la Cannon, de Sam Firstenberg (director de películas como ""La Venganza del Ninja", "Ninja III: La Dominación", "El Guerrero Americano", "El Guerrero Americano 2", "La Fuerza de la Venganza", "Delta Force 3" o "American Samurai") y con algunas de las mejores coreografías de lucha del 2013. Espero que al igual que la primera entrega, consiga estrenarse en España, aunque sea en televisión para su posterior salida en DVD o BD, pero que traiga extras, ya que poder ver cómo se han preparado las peleas y las escenas arriesgadas de películas como ésta, tiene que ser una auténtica delicia.

Sinopsis: Tras asentarse en Japón con su mujer embaraza, Namiko, Casey comenzará a buscar venganza cuando su esposa sea asesinada. Su viaje le llevará a Thailandia y a Myanmar (antigua Birmania), donde tendrá que poner todas sus habilidades como ninja para cobrarse su venganza.

NOTA: 8

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