POUND OF FLESH (2015)



Jean Claude Van Damme vuelve a la acción con uno de los títulos más esperados del año junto a "Skin Trade" o "Kung Fu Killer". Su estreno en VOD hace que sea cada vez más fácil ver sus películas pronto, aunque no siempre dobladas, claro. Mientras esperamos a ver si sus últimas películas nos van llegando, es buen momento para un thriller con dosis de acción y uno de los últimos trabajos de Darren Shahlavi, a quien está dedicada esta película. Un motivo más para verla, y así seguimos el interesante rumbo que ha cogido la carrera del belga que sin conseguir grandes títulos, sí consigue que al menos tenga elementos interesantes, proyectos que al menos de primera tienen ciera personalidad, arriesgándose.



La expectación que fue creciendo a medida que se iban sumando nombres al proyecto y empezaban a verse las primeras imágenes y vídeos, ha llegado a su fin. El estreno en VOD y limitado de “Pound of Flesh” nos trae a un maduro Jean Claude Van Damme víctima del tráfico de órganos en Manila. La dirección corre a cargo de Ernie Barbarash, que ya trabajó con el belga en “Juego de Asesinos” y “6 balas”, y aunque sabe manejar la cámara, en esta ocasión le he visto algo torpe. El montaje es en parte culpable, así que no llegamos a límites demasiado bajos, solo que la dirección la he visto algo amateur exceptuando ciertos momentos donde Barbarash nos sorprende gratamente. Hay que admitir que el director tiene ritmo, y se adapta bien a las diferentes situaciones del guión, que me ha dejado algo descolocado. Por un lado, la parte dramática está metida con calzador, enredando toda la historia de forma algo inverosímil, pero por otro lado, la atmósfera, el personaje de Van Dame y su actuación (si, Van Damme y su actuación) consiguen que tras “creernos” estos elementos narrativos podamos disfrutar de una película con una atmósfera oscura, con personajes oscuros que buscan en cierta manera la redención. La parte religiosa lastra en parte la película, alargándola pero sin llegar a cansar.
La parte dramática está cubierta, empezando por Van Damme, que a pesar de algunas de sus líneas, le he visto muy centrado y cumpliendo a la perfección con su oscuro personaje sumido en la culpa. Junto a él, el fallecido Darren Shahlavi como Drake, un villano duro de pelar, sin llegar al histrionismo pero destacando sobre el resto. Pero tenemos algunas caras conocidas, como la del veterano Aki Aleong (“The Quest”) como Kung, Andrew Ng (“El Hombre de los Puños de Hierro”) como el Padre Gabriel, Brahim Achabbakhe (“El Poder del Tai Chi”) como Nardo o a Mike Leeder (“Ultimate Justice”), productor de la película, como Boris y si afinamos la vista podremos ver a Mike Moller (“One Million (k)clicks”) o a Temur Mamisashvili (“Lady Bloodsport”) Y llegamos a la parte marcial, cuya responsabilidad recae en John Salvitti, amigo de Donnie Yen con una carrera como especialista acompañando a la estrella hongkonesa en “Flash Point”, “Blade II” o “Special ID”, y es justo ésta última la que tiene más puntos en común con la que nos ocupa debido al uso de técnicas de grappling. A pesar de que Van Damme es famoso por sus patadas, el buen uso de técnicas más reales dan cierto empaque a la película, con algunos tiroteos bien filmados y trepidantes. No obstante, tenemos oportunidad de ver algunas buenas patadas por parte de los expertos, exceptuando a Moller, muy desaprovechado en su combate contra Brahim, al que tampoco sacan el provecho esperado. No podemos olvidar el momento en el que Van Damme vuelve a lucir su flexibilidad, concretamente “puteando” al productor Mike Leeder en la secuencia de la plaza, estrangulándole desde fuera del coche, aprisionándole una mano con una pistola contra el retrovisor mientras el coche avanza y Van Damme consigue el spagat que le hizo famoso, pero de nuevo de forma realista más que estética.
Algunos momentos del guión son malos y la dirección de Barbarash es mejorable pero me temo que no son los únicos fallos de la película. Los chromas cantan demasiado y le dan un tufillo amateur en parte debido a ser una producción de un presupuesto bastante limitado. No obstante, la historia en si no es mala, y entiendo por qué Van Damme se embarcó en ella. Por otro lado, el combate final contra Shahlavi podría ser más épico, desplegando todas sus técnicas marciales, pero se mantiene en la línea del grappling y no llega a cumplir. Y como anécdota, parte del rodaje se realizó en Hong Kong, como bien se pudo seguir a través de las redes sociales…y la película transcurre en Manila. Supongo que al tratarse de co-producción con China, una de las condiciones era rodar algunas secuencias allí, que de nuevo chocan en la película durante algunas persecuciones pasando de extras y calles de Manila, a calle de la ex-colonia británica con todos los letreros en chino y los extras de la misma nacionalidad.
Resumiendo, “Pound of Flesh” es una película de acción que consigue una atmósfera deprimente y nos trae buenas secuencias de acción sin ser de lo más destacado del año pero cumpliendo su función de aperitivo ante otros estrenos. Un thriller oscuro con momentos dramáticos metidos con calzador pero que una vez introducidos en la historia, no lastran demasiado. Algunos especialistas y actores secundarios desaprovechados para lo que podría haber sido una gran película de acción y que aunque nos deja algunos buenos momentos, no es de lo mejorcito del belga en los últimos años.

NOTA: 6’5

           

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