NIAFFS'17: BOYKA: INVICTO 4

El británico Scott Adkins ha encontrado en el personaje de Yuri Boyka el vehículo perfecto para convertirse en un de los mejores actores marciales del género a pesar de su Casey Bowman de las dos entregas, de momento, de “Ninja”.

Las tres entregas de la saga que comenzó con el drama carcelario de boxeo con Wesley Snipes y Ving Rhames, le han convertido en una estrella de la mejor serie B del nuevo milenio gracias a su fabulosa técnica y a las excelentes coreografías que mezclan MMA con XMA, es decir, artes marciales mixtas con artes marciales extremas. Su condición física, su velocidad y volumen muscular han elevado el listón del cine marcial occidental de forma asombrosa y más que merecida, mientras alterna papeles menos en superproducciones como “Agente contrainteligente” o “Doctor Extraño”, aunque normalmente le dejan lucirse brevemente, pero no lo suficiente como para que el espectador medio, ese que disfruta del cine en general y no es fanático del marcial, se quede con su cara. En esta cuarta y esperadísima entrega, el antihéroe Yuri Boyka intenta redimirse, y cuando mata accidentalmente a un oponente, decide ayudar a su familia, viéndose involucrado en temas mafiosos en su Rusia natal. Y como no puede ser de otra forma, terminará compitiendo en el octógono, para deleite de sus fans, que somos cada vez más. El guion vuelve a ser una mera excusa para ofrecer los mejores combates del año, aunque esperemos con ganas otros dos films con Adkins en ellos, “Accident Man” y “Triple Threat”, en los que además de verle a él tenemos que sumar los siguiente nombres: Michael Jai White, Amy Johnston, Ray Park, Roger Yuan, Ray Stevenson y Tim Man en la primera, y al propio Jai White, Iko Uwais, Tony Jaa, Tiger Hu Chen, Ron Smoorenburg, Michael Bisping, Jeeja Yanin, Celina Jade, Selina Lo y de nuevo a Tim Man, que se encarga de las coreografías de ambos films. Además, Man es el coreógrafo de esta cuarta entrega (en la que ya me detengo) y teniendo en cuenta que ya ha trabajado con Adkins en “Ninja 2”, aunque las comparaciones son odiosas, y teniendo en mente las dos entregas anteriores de “Invicto”, el trabajo que hace aquí es de sobresaliente. Sabemos que el cuerpo humano tiene sus limitaciones a la hora de las técnicas a mostrar en las coreografías, y tras la sorpresa que fue en el 2006 “Invicto 2”, un punto de inflexión en el cine marcial, parecía que no podría sorprendernos demasiado en esta nueva entrega, pero por suerte, Tim Man parece que ha evitado emular las coreografías anteriores, dando un aire novedoso, dentro de lo que se puede, a cada combate. Si a esto le sumamos la aparición de excelentes artistas marciales como Brahim Achabbakhe, el propio Tim Man o Andreas Nguyen, estamos ante la mejor película marcial del año, como ya he apuntado. Todos están en estado de gracia, por lo que el mayor temor que tenía al verla era la sustitución del director de las dos entregas anteriores, el que mejor partido suele sacar a Adkins, Isaac Florentine, pero Todor Chapkanov, un director de serie B y Z, de telefilms de escasísimo presupuesto, sorprende con un excelente ritmo, y un saber hacer en las secuencias de
lucha digno del mejor cine de Kung Fu de Hong Kong. Planos abiertos donde podemos ver 7, 8 o 9 golpes diferentes, disfrutando cada salto, cada patada y puñetazo, junto a la tremenda sincronización que tienen todos los actores y la ausencia de cables, haciendo que nos emocionemos en cada combate como hacía tiempo que los amantes de este subgénero no hacíamos en años. Por todo esto, supera con creces a la anterior secuela, que si bien es otra muestra del mejor cine marcial, mantenía una estructura similar a la segunda parte, salvando la transformación de villano a antihéroe de Boyka. Esto es lo que debe ser el cine de artes marciales, un guion normal, sin fisuras, nada original pero para nada malo, con coreografías dinámicas que no te dejan un minuto de respiro, llenas de acrobacias y golpes que duelen. Pero no es perfecta, y el único pero que le puedo poner es en su tramo final, el combate con la que acaba, que en vez de usar a un artista marcial de calidad para hacernos alucinar como el de Adkins contra Jai White en la segunda parte, prefieren colocarnos a una bestia enorme, el culturista y actor Martyn Ford. Está claro que si el slogan de Boyka es “Soy el luchador más completo en el mundo”, para que tegamos empatía con él y suframos, deben enfrentarle a alguien como Ford, pero insisto, los adictos al cine marcial queremos un combate final digno de su protagonista, y Brahim lo era, pero para alargar un poco la trama deciden meter a Ford, al que vemos nada más comenzar el film. Era evidente que terminaría contra él, si no, sobraba esa escena de apertura, pero superar a alguien tan enorme también tiene su aquél. Y el final (tranquilo, sin spoilers) estaba medio cantando, dejando el final abierto a una quinta entrega que esperamos. Y si ya consiguen traernos de vuelta al personaje de Jai White, pero como amigo, se podría cerrar la saga a lo grande. Resumiendo, que toca ir terminando, el tremendo carisma de Adkins como Yuri Boyka junto a las maravillosas y violentas coreografías y el altísimo nivel marcial que va desfilando durante la escasa hora y media, junto a la dirección ideal de este tipo de cine convierten a “Boyka: Invicto 4” en cine de artes marciales con mayúsculas. Una película esencial para quienes no quieran ver peleas con cables ni saltos imposibles, coreografías que junto a su ejecución nos devuelven la ilusión por un cine marcial de calidad que merece más títulos como éste y un mayor reconocimiento por parte de la industria, dejando un poco ya el cine de acción que necesita de efectos digitales y fantasmadas exageradas para entretener, y a un Scott Adkins que igualmente merece un reconocimiento mayor por la industria, un actor que sabe interpretar y patear con una calidad muy por encima de otros títulos de artes marciales de actores algo estancados y mayores, por qué no decirlo. Boyka rules!

NOTA: 8


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