Cuando hablamos de cine marcial
solemos pensar en cine asiático o norteamericano, pero como sabrás, tenemos
muestras de este tipo de cine en muchos otros países, incluyendo España, si
bien suele ser bastante escaso y con una mínima o nula distribución fuera de
cada país. Es el caso de Finlandia. ¿Quién iba a pensar que en este país se
produjo en 2006 una película de artes marciales?
Pues sí, el director Antti-Jussi Annila pasó de dirigir un
par de cortos a encargarse de este largometraje, el primero de su corta
carrera, para pasar a dirigir capítulos de series de televisión y un par más de
largos, pasando antes de todo esto por diferentes departamentos dentro del
cine. Co-producida por China, Estonia y Países Bajos, mezcla el wuxia chino con el poema épico y
mitológico Kalevala. Una
historia de reencarnaciones y sobre la eterna lucha del bien contra el mal, de
ritmo lento dando saltos en el tiempo que puede resultar algo desconcertante al
principio, sobre todo cuando mencionan el posible origen extraterrestre de un
objeto místico. Por suerte dejan ese tema de lado y se centran en el misticismo
del Kalevala aderezado con combates de Kung Fu y elementos visuales habituales
del wuxia, como la secuencia donde la
actriz china Zhang Jingchu (Protégé)
realiza unos movimientos con su arma, levantando las hojas caídas en el suelo
recordando a películas como “Hero” de Zhang Yimou. Las coreografías igualmente
tienen momentos casi etéreos, como si fuesen un baile, con el uso habitual de
cables, pero por fortuna, bien usados gracias al equipo chino que hay detrás.
No son demasiadas las peleas que podemos ver, pero lo suficiente buenas como
para no decepcionar. El tono serio y pausado junto a la fotografía y atmósfera
la convierten en una rara avis dentro
del cine marcial, un trabajo visual muy destacable, aunque admito que no es
para todo tipo de público, no por la parte mitológica finés, ya que hay
bastantes diferencias con el poema épico en el que se inspira, si no por el
loable intento de ser algo más que una película basada sólo en los combates. La
parte dramática recae sobre todo en Tommi
Eronen (Divorcio a la finlandesa), muy contenido e interpretando a dos
personajes que se diferencian muy bien, no sólo por el cambio de color del
pelo, y solvente en las escenas de lucha, coreografiadas por Yu Yan-kai, actor visto en las dos
entregas sobre el héroe popular chino Fong Sai Yuk protagonizadas por Jet Li y
que sólo ha coreografiado este film además de trabajar en el como especialista.
El entrenamiento de los actores ha corrido por cuenta de Paavo Sjöblom, de la escuela del estilo de la Mantis, Qi Xing Tang
Lang Quan, todo un veterano en el mundo del Kung Fu de Finlandia.
finés
Fue la primera película de
Finlandia en estrenarse en China, estrenándose en 150 salas, en contraposición
con las 40 salas de su país natal. Tenemos que tener en cuenta que China es
co-productora y el rodaje se produjo China, incluyendo el desierto del Gobi, en
diversos puntos de Finlandia y de Estonia, ampliando así los diferentes
ambientes que podemos disfrutar en el film, acentuados por las historias
paralelas que vamos viendo, la que transcurre en China en el pasado, y la de Finlandia
en la actualidad. Esta parte, la actual, es la que más confusión puede
provocar, debido al despertar del protagonista, el acceso a los recuerdos de su
anterior vida para luchar contra el demonio que representa el mal. “Jade
Warrior” es, en definitiva, una película recomendable, una rareza que aún la
calidad del cine nórdico con el cine chino de Kung Fu, un drama épico con amor
(importante pero tampoco demasiado desarrollada, sobre todo en las secuencias
de la actualidad) y acción que demuestra que la unión de diferentes talentos
puede ofrecernos productos muy interesantes, lejos de poder etiquetar fácilmente.
En su contra hay que decir que esta extraña mezcla no dejará indiferente a
nadie, haciendo que guste o no, sin términos medios. No hace falta ser un
experto en mitología finesa, pero si es cierto que podría ayudar a entender el
principio ya que hasta que no ha pasado al menos media hora puede desconcertar
demasiado. Pero para salir de dudas, lo mejor es verla para tener una opinión
personal de ella atreverse con una película que a pesar de las influencias,
consigue mantener una personalidad propia y eso se agradece.
NOTA: 7
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