El cine de acción occidental
tiene en Scott Adkins a una de sus mayores estrellas, pero detrás del británico
hay una figura que ha sido quien le ha lanzado al estrellato, Isaac Florentine, director de Invicto 2, Invicto 3, las dos entregas de Ninja
y Justicia Letal, además de El Patrullero, de Van Damme donde
también podemos ver a Adkins. Su conexión con el cine de artes marciales no se
queda aquí, ya que en su filmografía tenemos títulos como Desert Kickboxer (1992) Savate
(1995) con Olivier Gruner, Exterminio
(1999) con Gary Daniels o Juego de
Dragones (1999) con Dolph Lundgren, además de numerosos capítulos de varias
entregas de la serie Power Rangers.
Director, coreógrafo de lucha, coordinador de especialistas… todo un
especialista en este género que se traduce en películas donde podemos disfrutar
como nos gusta de este cine. En esta ocasión, manteniéndose dentro de la
productora Millenium, ha contado con Antonio
Banderas, Karl Urban y Paz Vega para una excelente película de
acción, una serie B superior a otras muestras de mayor presupuesto con una
acción menos real llenas de efectos especiales.
Siempre digo que la mayor parte
del cine de acción suele tener un guion-excusa, pero hay varios niveles en este
aspecto. Hay historias que funcionan mejor que otras, las hay malas y buenas, y
en esta ocasión, funciona a la perfección, a pesar de ser algo predecible, pero
la estructura, aun siendo algo típica, no intenta enredarse innecesariamente,
funcionando a la perfección para ofrecer una historia de venganza con una
originalidad narrativa que la sitúa en primera fila dentro del cine de acción.
Contar con Antonio Banderas como protagonista ayuda a que sea más creíble ya
que no estamos ante un actor experto en artes marciales. Si hubiese sido Scott
Adkins o Van Damme, las escenas de lucha hubiesen sido más espectaculares, no
cabe duda, pero igualmente nos resultaría menos creíble al saber de la pericia
marcial de los actores e incluso nos hubiese hecho ser más exigentes a la hora
de las coreografías. Banderas ha demostrado ser más que solvente en el cine de
acción, y ahora, con 57 años, ha vuelto a demostrarlo, no sin ayuda, claro, usando
dobles en algunos planos de pelea, lo cual no resta credibilidad. Volviendo a
la historia, al usar la corriente filosófica del estoicismo como leit motiv para el personaje
protagonista, y recordándonos el título original que tuvo el film durante su
rodaje, proporciona un aire fresco al arquetipo de héroe de acción, involuntario
en este caso, pero muy potente. La voz en off nos conduce por la mente de este
abogado en busca del asesino de su mujer e hija, y hace que Banderas se
esfuerce más que en otros actioners anteriores
como Security (2017), aplaudida por
mucha gente pero algo descafeinada en general a pesar de su aire ochentero,
tanto dramáticamente como a nivel de acción, dejando las pistolas en favor de
la acción más física. En este sentido debemos agradecer a Tim Man, habitual coreógrafo de Florentine en sus últimos trabajos,
la calidad de sus peleas, realistas, sin exigir demasiado a los actores ni
usando demasiados dobles excepto en algunas técnicas de proyecciones. Man, que
aparece como actor interpretando al profesor de Jiu-Jitsu (como el propio
director, Florentine, que interpreta a otro profesor de artes marciales)
realiza así un trabajo de gran calidad, adaptándose a la historia y a los
actores, quienes además ejecutan las coreografías muy bien, tanto Banderas como
Urban. Y saber coreografiar peleas conociendo el tipo de película que se está
haciendo así como las limitaciones de los actores es algo tremendamente
importante ya que si hubiese usado Tim Man las peleas que coreografió para Ninja 2 en este film, el uso de dobles
hubiese sido exagerado y mucho menos realista, lo cual hace elevar el nivel de
la película.
Paz Vega es el peor personaje de
todos, mero relleno para la historia pero que ofrece el contrapunto femenino
así como alguna secuencia de acción algo gratuita pero igualmente buena. En
resumen, estamos ante una estupenda película de acción, muy bien rodada, con un
personaje protagonista bien definido, un viaje de autodescubrimiento básico
pero bien escrito, con sus motivaciones y una evolución mejor que la de otras
películas de acción, todo bien justificado, con una resolución esperada pero
que no resta calidad a la película, una muestra de lo que la Millenium, heredera
no sólo espiritual de la mítica Cannon,
puede hacer con un buen equipo. Sin duda una sorpresa muy agradable dentro del
cine de acción, un entretenimiento excelente que nos devuelve al mejor Banderas
con las mejores coreografías para actores sin conocimientos marciales y un
Florentine mucho más cercano a lo invictos y ninjas que a otros títulos de su
filmografía como La Bala del Asesino
(2012). También quiero destacar la presencia, anecdótica, de Robert Forster
(Jackie Brown), algo habitual en el cine de Millenium, usar actores consagrados
como secundarios para dar cierto empaque al reparto. Sinceramente, prefiero más
películas así que sagas blockbusters
como A Todo Gas o Transformers, donde la acción es de
calidad, sin recurrir a efectos digitales ni cables, con un equipo de
especialistas muy bueno, con excelentes coreografías y buenos personajes creíbles,
no sólo arquetipos de héroes de acción que no logran hacernos empatizar con ellos
ni sentirnos identificados.
NOTA: 7’75
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