¿Qué sería del cine marcial sin
la serie B y el cine independiente? Es una pregunta que ya he formulado, con
otras palabras, en anteriores ocasiones. El nuevo milenio no nos ha traído
estrellas de este género que consigan llenar cines, siendo Jean Claude Van
Damme la última estrella a este nivel. Pero por suerte nos siguen llegando
excelentes cintas de acción y artes marciales en producciones menores pero que
merecen al menos un reconocimiento mayor dentro del fandom. Una de ellas es esta película de 2012 protagonizada,
co-guionizada y co-producida por Jason
Yee, experto en Wu Shu norteamericano que dio el salto al cine en 1994
apareciendo, sin acreditar, en El Nuevo
Karate Kid y que ha seguido alternando papeles secundarios hasta que en
2005 produjo, dirigió y protagonizó Dark
Assassin. Aunque ha seguido como protagonista en alguna que otra película
para televisión, no tiene el reconocimiento que se merece, y este film que hoy
traigo, es un ejemplo de la calidad marcial. Un aporte al cine de género que no
debería pasar desapercibido.
Jake es un tipo duro aficionado
al juego, por lo que para pagar una deuda, deberá trabajar como chofer de
prostitutas. El asesinato de una de ellas hará que se ponga a investigar quién
la mató. Una trama sencilla narrada en flashbacks
y muy bien dirigida por David Ren (Shanghai Kiss) con aires de cine negro y un
pequeño toque de cómic. Junto a Yee, tenemos algunas caras muy conocidas en el
reparto, con Ron Yuan como uno de
los villanos, además de ser el coreógrafo de lucha, director de acción y
coordinador de especialistas (bueno, y productor), James Lew y Lateef Crowder.
Destacar también a la actriz Sasha Grey,
acostumbrada al cine para adultos, a Samantha
Streets, que interpreta a Sandy, la prostituta asesinada, Gary Stretch, boxeador británico con
una extensa carrera cinematográfica, o la aparición de Dominique Swain (Cara a Cara). La historia, aunque como he dicho,
es sencilla, comienza con la chica asesinada y mientras asistimos a la
investigación del protagonista, vamos conociendo la relación entre él y Sandy,
evitando así que sea un guion-excusa de esos que tanto vemos en el cine
marcial. Bien escrito, contiene referencias cinematográficas chocantes, como
las analogías con la película muda Ello
(It. 1927), de Clara Bow. Puede
parecer una locura ver estas referencias en una película de acción y artes
marciales, pero la forma en la que aparecen encajan perfectamente con la forma
en la que está rodada y desarrollando poco a poco la relación entre la pareja
de Jake y Sandy.
Entrando ya en el terreno de la
acción, hay que destacar dos elementos, las coreografías de lucha y el trabajo
de los especialistas. Respecto a lo primero, Ron Yuan hace un excelente trabajo
planificando las diversas peleas, evitando el uso de cables y apoyándose en las
habilidades de los actores implicados. Peleas realistas, muy técnicas y muy
bien ejecutadas, destacando a Yee y a Lateef Crowder, este experto en Capoeira
que explota sus cualidades en los dos enfrentamientos contra Yee. Yuan consigue
incluso regalarnos unas coreografías en un pasillo con una planificación
maravillosa, evitando limitar a Crowder en un espacio estrecho. Además de las
dos secuencias entre ambos personajes, quiero destacar un plano secuencia, que
en la película está dividido en dos partes, rodado con un plano general donde
Yee se las ve con cuatro enemigos. Un ligero travelling es el único movimiento de cámara que acompaña a la pelea,
llena de puñetazos, patadas y luxaciones, que muestra el cansancio físico de
todos los participantes y se convierte en todo un recital de calidad. Al margen
de estas tres peleas, tenemos más combates a lo largo del metraje, todos
buenos. El otro elemento es el trabajo de los especialistas, de nuevo con Yuen
coordinando. Caídas por escaleras, recibiendo golpes y siendo lanzados contra
mesas, todo muy bien planificado y, de nuevo, ejecutado. Conseguir este
equilibrio entre las secuencias de acción y las dramáticas es muy complicado,
pero en esta ocasión se consigue.
Para terminar, he dicho que tiene
un aire de cine negro y de cómic, acentuado por la fotografía para crear la
atmósfera propicia para esta historia. Incluso en diversos medios han hablado
de cierta influencia de Sin City
(2005), la adaptación que hizo Robert Rodríguez de esa obra maestra del cómic
de Frank Miller, aunque sólo nos encontramos con esa similitud por el cartel y
el tipo de fuente empleado en el título y el aire de neo-noir de ambos films. Por otro lado tenemos un toque de humor
que funciona muy bien en esta película, que es lo que realmente da cierto toque
de cómic, por lo que veo algo absurdo meter en el mismo saco a ambos
largometrajes. Hay diferencias con los flsahbacks,
cambiando la temperatura de color y dejarnos claro estos saltos al pasado. Resumiendo,
The Girl from the Naked Eye es una
muestra de un cine independiente de presupuesto limitado donde sus creadores se
esfuerzan al máximo en sus respectivos campos para ofrecer una excelente
película de artes marciales e investigación, con personajes bien desarrollados
y donde las secuencias de acción, sin ser de la espectacularidad de trabajos de
gente como Scott Adkins o Jai White, consigue hacernos disfrutar de las
técnicas en cada combate, dentro de una buena película, no en vano ha
conseguido premios en festivales como el Canada
International Film Festival o el Hoboken
International Film Festival, menores pero que aportan cierto reconocimiento
más que merecido.
NOTA:
7,7
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