NIAFFS'17: RUMBLE (2017)

El británico Gary Daniels ha tenido una notable Carrera que comenzó tímidamente a finales de los ’80 para dejarnos buenas películas de acción y artes marciales en los ’90, tanto en la serie B, esa misma que ha nutrido de grandes estrellas y películas al género marcial, como en Hong Kong, e incluso ha probado suerte en películas sin peleas. El nuevo milenio no fue demasiado exitoso para el actor, pero ha seguido trabajando con algunos films puntuales que nos devolvían al Daniels que nos gusta, y en los últimos años ha vuelto a la acción con películas de bajo presupuesto pero donde demuestra que sigue en forma. Uno de estos films es Rumble, que podemos verla en España en Netflix, aunque en versión original con subtítulos en castellano. Su director es R. Ellis Frazier, acostumbrado al cine de acción de bajo presupuesto y que ha trabajado con Dolph Lundgren o Luke Goss además de contar con dos largos con Daniels.
Tras Misfire: Agente Antidroga, Gary rodó en México, con el mismo director, este film sobre peleas clandestinas, un tema muy trillado que sirve como excusa para las escenas marciales. Se nota el presupuesto pero como siempre digo, si las escenas de lucha y acción son buenas, la historia puede ser típica, y en esta ocasión, el resultado es irregular. Que se haya rodado en México se debe a que realmente se trata de una producción de aquel país, algo meramente anecdótico pero que nos descubre a un coreógrafo desconocido, Marco Morales, experto en Muay Thai y MMA que pasó de la competición a la industria del cine a ambos lados de la frontera, tanto en cine como en televisión. Su trabajo aquí es de calidad, aunque la dirección de Ellis Frazier no es la mejor, pero tiene la calidad suficiente para disfrutar de las peleas. El único pero de las secuencias de lucha es la ejecución de los contrincantes de Daniels, algo lentos. La historia, sabiendo que no es demasiado original, tiene algunas lagunas, como si la hubiesen escrito con prisa para rodar, algo que no me extrañaría ya que cuando se anunció su rodaje, al actor acababa de rodar allí la mencionada Misfire, y aunque apareció al poco un teaser tráiler, ha tardado bastante en pulirse y estrenarse, y de momento sólo en Netflix. No obstante, al enmarcarse en la serie B, el producto resultante es entretenido para un domingo por la tarde, sin muchas pretensiones y para pasar un buen rato.


Volviendo a los actores que acompañan a Daniels, la verdad es que son bastantes malos, haciendo que el británico brille por encima de todos, y con un elemento muy característico, su edad. Y es que con 54 años, el actor y luchador se encuentra en una forma espectacular y le queda como un guante el personaje que interpreta, un luchador que se plantea retirarse de la lucha antes de verse involucrado en la conspiración en la que cae. De esta forma, con barba de tres días y algunos síntomas de su edad en la cara, resulta muy creíble, sobre todo en las escenas de lucha, claro, donde demuestra que puede seguir ejerciendo de héroe de acción o de villano, como en la adaptación de Tekken que rodó en 2010. Por desgracia, lo único recomendable es él, y las escenas de lucha pero tampoco estamos ante una producción de calidad, aunque sea serie B. Daniels se salva de la quema y consigue elevar la calidad media de la película, pero sigue estando por debajo de lo esperado y deseado, sobre todo por la pelea final, con esa costumbre de poner a alguien de gran tamaño pero con pocas dotes marciales, restando así intensidad al clímax. Otro aspecto negativo es el alargado final, con varios epílogos para intentar confundir al espectador antes de desvelar al verdadero villano.
Resumiendo, una película del montón, con buenos momentos por parte de Daniels pero que no está acompañado de secundarios a la altura, ni dramáticos ni marciales, con un guion lleno de tópicos pero dentro de una línea habitual en este tipo de producciones que hacen que disfrutemos de una película de acción y artes marciales pero que olvidaremos poco después de verla. Una lástima que un artista marcial de la talla de Gary Daniels haga este tipo de películas, meramente alimenticias y que no supongan demasiado para el cine marcial.

NOTA: 4

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