Nueva entrega de Bruceploitation que se basa en el artículo
de Michael Dorgan Bruce Lee’s Toughest
Fight, el mítico combate de Bruce
Lee contra Wong Jack Man para
que Bruce se ganase el derecho a enseñar a los occidentales. Pero esta
adaptación se basa libremente en el suceso real, tan libremente que lo único
que tiene en común es que los dos pelean, todo ello dentro de una historia con
la mafia china pero contado a través de los ojos de un alumno del Pequeño
Dragón. Esta película ofrece un pésimo retrato de Bruce Lee, modificando toda
la historia original en pos de una película de acción y artes marciales, y es
de esta forma en la que hay que terminar viéndola, no como un nuevo biopic sobre Bruce. En este sentido, Birth of the Dragon es una entretenida
película, una versión alternativa de la mayor estrella del cine marcial que
intenta tener cierta profundidad filosófica. Malas críticas y una recepción
irregular que supuestamente veremos en España directamente en televisión.
Para hablar de esta película, es
necesario hacer ciertas separaciones debido a las diferentes capas críticas.
Por un lado tenemos la parcela correspondiente al terreno del biopic con el mencionado combate que
tuvo Bruce contra el maestro Wong Jack Man. El guion usa ese suceso como corazón
de la historia, centralizando las secundarias en la presencia de ambos
luchadores. El origen del combate se cambia totalmente dando mucha importancia
a Jack Man, que curiosamente ha sido consultor de la película, y componiendo un
buen personaje. El actor Xia Yu (Dragon
Squad) hace un estupendo trabajo superando a Philip Ng (Once Upon a Time in Shanghai) debido a lo mal escrito
que está esta versión de Bruce Lee. La calidad marcial de Ng es indudable, así
como su calidad como actor, pero en esta ocasión se limita a ser una pobre
parodia de Bruce, haciendo que cuando está en pantalla, no veamos al Pequeño
Dragón en ningún momento. Continuamente estamos escuchando a Bruce durante la
entrevista que le hizo Pierre Berton el nueve de diciembre de 1971 ya que la
entonación de Ng es exactamente la misma, pero sin intentar ofrecernos un
parecido físico. Además de esto, nos ofrecen una imagen adulterada y bastante
negativa. Dicho esto, soy plenamente consciente de los aspectos negativos de la
personalidad de Bruce, por lo que no se trata de una opinión de fan. También es
cierto que la evolución que tiene durante la hora y media está bien
desarrollada, a pesar de alejarse tanto del material real. Pero a pesar de
contarnos este combate, existe una historia secundaria que terminará enlazando
con la pelea entre ambos maestros, y es la que protagoniza Steve McKee,
interpretado por Billy Magnussen (El
Puente de los Espías) de forma más que correcta y que es la que aporta más
ritmo al film al ofrecer más secuencias de acción. Esta historia se centra en
McKee, enamorado de una inmigrante ilegal china explotada por la mafia de
Chinatown. Para liberarla, deberá conseguir que Lee y Jack Man luchen para
poder realizar apuestas ilegales. Al ser una historia ficticia, permite meter
las dosis justas de romanticismo para lucimiento de Qu Jing-Jing (Golden Age) además de la trama mafiosa. Todo ello
bien narrado por George Nolfi
(Destino Oculto) incluyendo las escenas de lucha coreografiadas por Corey Yuen, mítico actor, director y
coreógrafo hongkonés. El diseño de las peleas va evolucionando a la vez que
Bruce, comenzando con un muestrario de Wing
Chun, aprovechando la conexión y el éxito con la saga de Ip Man de Donnie Yen, pero sin
mencionar este estilo de Kung Fu. La relación entre Jack Man y Bruce es la que,
según esta película, abrió la mente al Pequeño Dragón para que desarrollase el
Jeet Kune Do, por lo que las peleas comienzan con un Wing Chun más puro hasta llegar
a algo más cercano al JKD, pero sin serlo realmente. Por suerte, todas las
peleas son de calidad, bien coreografiadas y muy bien ejecutadas, acompañando
un trabajo de stunts muy bueno y
permitiendo ver en el reparto a gente como Ron
Yuan (Marco Polo) o al actor, cantante y bailarín Vaness Wu (Dragon Blade) Además es inevitable que tengamos a Bruce
descamisándose para mostrar los arañazos que le hace Yuan en una de las mejores
secuencias de lucha de la película, donde el Pequeño Dragón y Wong Jack Man han
unido fuerza para atacar a la Tríada que explota a las inmigrantes. De esta
forma, Birth of the Dragon recoge el
testigo de la Bruceplotation para
ofrecernos una película que navega entre los sucesos reales y los ficticios
convirtiendo a Bruce en un personaje de una película de Bruce Lee pero con un
clon demasiado alejado, como he dicho antes, donde incluso se prescinde de los
gritos míticos hasta su tramo final, momento en el que Ng parece empezar a
parecerse a Bruce ligeramente. Y de forma curiosa, el único momento en el que
vemos a Lee en la película es en lo créditos finales, con Philip representando
diversas secuencias de películas como Operación
Dragón, El Furor del Dragón o Karate a Muerte en Bangkok. Tampoco
aparecen demasiado los nunchakus, básicamente en una secuencia.
Resumiendo, un biopic ficticio, lleno de errores y
algunos fallos en la historia debido al remontaje sufrido tras su estreno en el
Toronto International Film Festival, pero con buenas coreografías de lucha, un
Philip Ng desaprovechado como actor, pero que consiguió el premio a mejor película
en el Chinese American Film Festival.
Una película que horrorizará a los fans de Bruce Lee que esperen algo cercano a
la realidad, pero que realmente es una película de acción entretenida cuyo
elemento más recomendable son las escenas de lucha, que por suerte es una
demostración de un estilo algo diferente a lo que nos tiene acostumbrados Corey
Yuen, pero sin evitar el uso de cables en algunos momentos. Una oportunidad
perdida para ofrecernos una historia concreta de la vida de Bruce Lee, pero
que, como suele ocurrir en la biografía de la leyenda de las artes marciales,
no ofrece las suficientes dosis de acción que mucha gente quiere, así que ¿qué
mejor que meter una historia que ofrezca esas dosis de entretenimiento? Y si el
resultado es al menos como en esta ocasión, nos podemos dar con un canto en los
dientes para asistir a un buen espectáculo marcial, alejado del ritmo de la
acción hongkonesa y del estilo occidental de mayor éxito, con Scott Adkins a la
cabeza, pero que al final no consigue despuntar como debería.
NOTA: 6
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