En este siglo XXI estamos
sufriendo un ataque de nostalgia ochentera gracias a películas y series como Stranger Things. A veces esta nostalgia
nos engaña para vender productos de poca calidad como remakes o continuaciones de sagas. Pero por suerte, existen
producciones como esta película alemana que no sólo se apoyan en ello, con una
calidad y frescura muy necesitada hoy en día. Esto se debe a los nuevos valores
que luchan por hacerse un hueco en el cine marcial y de acción y a productores
valientes que les dan la oportunidad. Otro aspecto sorprendente de este film es
su estreno en España, directamente a la venta y que consigue satisfacer a los
aficionados de un género con escasa presencia estos años y que hace que
tengamos que ver las mismas películas para disfrutar de nuestro cine favorito. Plan B se convierte así en un estreno
inesperado pero altamente recomendable, haciendo que miremos a Alemania con
otros ojos y conozcamos a una serie de nuevos actores marciales que van a dar
mucho que hablar.
Otro elemento destacable enlaza
como el comienzo de esta crítica, la nostalgia ochentera, o mejor dicho, el homenaje
continuo a esta década, aunque también tenemos recuerdos setenteros en la
figura de Cha-Lee, concretamente a Bruce Lee gracias sobre todo a la chaqueta
de cuero que lleva, amarilla y negra, como el mono de Bruce en Juego con la Muerte y que se
complementa con las chaquetas del resto de protagonistas. Aydin va de negro,
con gafas de sol modelo aviador con continuas referencias a frases de Stallone
(podemos ver en su habitación numerosos pósters de Sly y Jackie Chan) sobre
todo de su personaje en Cobra, Phong
lleva la misma chaqueta y gorra que Michael J. Fox en Regreso al Futuro 2 y Eugene
Boateng, que interpreta al manager y el único que no pelea, la misma que
Michael Jackson en su mítico vídeoclip Thriller.
Estos homenajes se complementan con otros que se van desgranando a lo largo del
metraje, con referencias a Golpe en la Pequeña
China, Danko, Calor Rojo, Los Cazafantasmas o a la mencionada
canción de Jackson en las diferentes partes de la película, conformando una
historia fresca, sencilla pero directa y contundente, sin intentar apuntar más
alto de lo necesario, lo cual favorece al film. Muchas películas de acción
intentan convertirse en éxitos de forma forzosa, pero aquí es justo lo
contrario, lo mismo que pasó en los ochenta con el éxito de un tipo de cine con
ganas de entretener y contar historias sin forzar la máquina. La única
secuencia que choca con esta sencillez es la que corresponde a la aparición de
Möller, situada en un cementerio y donde vemos un rito de sacrificio humano
para el resurgir de un vampiro (Möller), el cual aparece igualmente para su
genial escena de lucha. De primeras parece estar metida de clavo y puede
resultar algo excéntrica, pero el tono festivo de la película hace que no sea
así y se disfrute igualmente, dándole ese aire de diversión e impidiendo que nos
preguntemos a qué viene esto.
Resumiendo, una de las mejores
películas de artes marciales gracias a la excelente técnica de sus tres protagonistas
marciales, con una continua muestra de escenas marciales perfectamente rodadas,
coreografiadas y ejecutadas, una película de entretenimiento de calidad que
hace que esperemos con ganas los próximos trabajos de sus protagonistas, un
homenaje estupendo a los ochenta, nada forzado que hará las delicias de los
amantes del cine marcial y que usa la nostalgia de forma inteligente sin
apoyarse en exceso, siendo un complemento más para disfrutar de la película. Humor,
acción y artes marciales que se ha convertido por derecho propio en una muestra
de lo que se puede hacer en Europa en este género tan poco habitual. Vamos, que,
si no la has visto, debes hacerlo sí o sí, sobre todo debido a la sequía actual
del cine marcial de calidad.
NOTA: 8’75
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