NIAFFS'18: BABES WITH BLADES (2017)

El cine de muy bajo presupuesto, que suele oscilar entre la serie B y la Z, nos suele ofrecer dosis de cine marcial de todo tipo de calidades. Esta semana vamos a conocer un poco más a una actriz, artista marcial y especialista que se ha lanzado a la dirección con la película Babes with Blades, un título poco acertado pero si que ofrece lo que parece, mujeres con espadas. Cecily Fay es la estrella de la película, produciendo, escribiendo, coreografiando, dirigiendo, protagonizando, componiendo la banda sonora, editando e incluso diseñando el vestuario de la película. Fay lleva años trabajando como especialista en Hollywood, apareciendo en películas como Charlie y la Fábrica de Chocolate, Prometheus o Pacific Rim: Uprising, que se estrena este 2018. Por ello ha decidido montar su propia productora y encargarse de todos los aspectos de su película, sin esperar a que nadie le de la oportunidad. El resultado es irregular, pero hay que admitir el esfuerzo de Fay para convertirse en una estrella.



Este es el principal valor de la película, ofrecer un producto totalmente controlado para poder formar parte del panteón de héroes marciales occidentales. Creo que es momento de hablar brevemente de Cecily Fay, antes de hablar en sí de la peli. Fay es ante todo una artista marcial, comenzando en 1991 a entrenar Tai Chi para, en 1995, dar el salto al Silat Melayu y comenzar a ganar campeonatos y posteriormente, dar clases a la vez que compagina su carrera en el cine. Es decir, que tenemos a una auténtica artista marcial produciendo películas de artes marciales, lo cual es una muy buena noticia. El problema llega con la actuación. Fay es una mala actriz (las hay peores, claro), y no tiene el carisma suficiente para llevar el peso de una película, pero su buena técnica marcial y el apoyo de otros actores consiguen que llegue a buen puerto. Claro está que el guion, también obra de Fay, no es nada potente ni original, una amalgama de cosas vista en películas futuristas con toques de gladiadores, cierta atmósfera post-apocalíptica y el tan manido recurso del elegido para restaurar el orden. Fay se esfuerza en repartir el protagonismo, pero dejando claro que ella es la estrella, luciéndose más que el resto. La producción de bajo presupuesto convierte a la película, visualmente, en un capricho de Fay rodando con amigos, con localizaciones pobres y un vestuario de saldo, además de los efectos especiales menos especiales del mercado. Pero la mejor baza, y motivo por el que recomiendo  esta película es por las secuencias de lucha, bien coreografiadas, bien rodadas, sin olvidar el aspecto amateur, con buenos especialistas. De esta forma, una mala película llena de defectos, tiene la virtud de ofrecer un espectáculo marcial más que digno, y consigue que una cineasta como Fay se presente dentro de la serie B como aspirante a estrella marcial, y como siempre digo, si una película de artes marciales tiene buenas artes marciales, el entretenimiento está asegurado, como es el caso. Mucha gente la verá y la criticará duramente, y con bastante razón, pero vemos lo difícil que es que aparezcan buenos productos, con esa lucha de Scott Adkins contra el pirateo, y lo que le cuesta rodar algunas películas, por lo que este esfuerzo de Fay es notable y muy valorable. Sin duda irá aprendiendo a dirigir, a actuar, o al menos podrá protagonizar producciones mejores que puedan sacar partido de una excelente artista marcial y ofrecer algo de frescura al género.

Resumiendo, una película olvidable, con buenas peleas, que se sube al carro de lo post-apocalíptico, a pesar de ocurrir en otra galaxia, unos toques fantásticos, buenas coreografías y un esfuerzo enorme por dar calidad a la producción con ciertas secuencias a destacar. Un trabajo técnico por parte de los especialistas que coloca a esta película en la parrilla de salida de su artífice en la carrera por el estrellato marcial.

NOTA: 5’5



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