NIAFFS'18: SHOWDOWN IN MANILA (2016)


Mark Dacascos (Crying Freeman) debutaba con esta película como director tras algunos anuncios anteriores, y con varios retrasos en su estreno hasta este mismo 2018, y para ello se puso manos a la obra con el ruso Alexander Nevsky (Moscow Heat) para escribir esta historia junto a Craig Hamann (Noogie Boy) y presentar al culturista reconvertido en actor a lo grande en Estados Unidos, a pesar de tener en su filmografía algunos títulos norteamericanos o co-producidos con Rusia. Ya en 2014 Nevsky intentó llamar la atención con Black Rose, un actioner policíaco donde, como en sus anteriores producciones, se reúne de algunas caras conocidas norteamericanas en busca de una mayor proyección internacional. Pero aquí, a pesar de ser Nevsky el protagonista, se ha rodeado de una serie de actores marciales de los noventa que convierten a la película en una de esas queridas reuniones, un reparto all star bajo la dirección, como decía al principio, de Mark Dacascos y que se ha estrenado por sorpresa en la televisión española.

Dos ex-policías en horas bajas trabajando como detectives privados en Manila se encontrarán con el mayor caso de sus vidas que tiene relación con el pasado de uno de ellos. Nevsky y Casper Van Dien (Starship Troopers) son los detectives privados protagonistas, contratados por Tia Carrere (Wayne’s World) para que busquen al peligroso criminal Aldric Cole, Cary-Hiroyuki Tagawa (Mortal Kombat), por el asesinato de su marido. Sólo por el reparto mencionado ya consigue llamar la atención, pero no terminamos aquí ya que podemos ver además al propio Dacascos en un papel menor, a Matthias Hues (Dark Angel), Olivier Gruner (Angel Town. Distrito sin ley), Cynthia Rothrock (Yes, Madam) o Don ‘The Dragon’ Wilson (Bloodfist), nombres de peso dentro del cine marcial de los noventa de la serie B que tuvieron mucho éxito en la última década de los videoclubs, la que podríamos denominar Edad de Plata del VHS. Nevsky y Van Dien llevan el peso de la trama, un tándem que funciona a pesar de las evidentes faltas dramáticas del ruso. No obstante, la película se erige como una vuelta a esa época, con sus fallos y aciertos. Dacascos dirige de forma correcta la película, siendo un debut estable y prometedor, alejado de artificios y pensando en rodar una película entretenida y con buenas dosis de acción. Para ello ha encargado las coreografías a su propio padre, toda una leyenda de las artes marciales, Al Dacascos, que hace un trabajo notable con peleas realistas y técnicas, siempre apoyado por Sonny Sison (Buy Bust), uno de los nombres más prometedores de la industria como director de acción tras años de experiencia como especialista en Hollywood. La ejecución es buena, pero Nevsky se me antoja algo lento en algunos momentos, lo que no impide disfrutar de las distintas secuencias de acción donde los especialistas merecen un aplauso. Además tenemos explosiones reales, nada de 3D, o en todo caso en momentos aislados. Todos los actores nombrados tienen sus momentos de lucimiento, cada uno haciendo lo que se espera de ellos, como las patadas de Rothrock, el cuerpo a cuerpo militar de Gruner e incluso vemos a Wilson igual que en sus películas, para alegría de sus fans, y de sus detractores. Su estilo desgarbado delante de cámara, tan opuesto al resto de actores es una marca de identidad que aquí acentúa el homenaje a la mencionada época de estrellato de todos ellos, con sus Chinas O’Brien, rings de fuego, lobos de guerra o expertos en Savate. La película funciona bastante bien, aunque se echa en falta algunas secuencias más contundentes y espectaculares y curiosamente el actor que sobresale por encima de todos es el enorme Matthias Hues, desplegando un carisma arrollador, sobre todo en la secuencia del hotel.


Dacascos firma de esta manera una primera película con buena nota, demostrando maneras y deseando ver una nueva película de acción y artes marciales dirigida por él. De igual forma, por la manera en que describen a los diferentes secundarios encarnados por estrellas, no descartaría spin-offs de todos ellos, o al menos del interpretado por Gruner, como mínimo. También quiero mencionar otras apariciones menos marciales pero destacables, como la del actor y fotógrafo Don Gordon Bell (La justicia del ninja) o Monsour del Rosario (Operation Balikatan), toda una estrella de las artes marciales y actor desde finales de los ochenta. Valores locales dado su rodaje en Metro Manila, y con el director de Romeo debe morir (2000), Andrzej Bartkowiak como productor. Un entretenimiento de videoclub de bajo presupuesto con buena acción, serie B en estado puro para disfrutar estos días fríos en casa.

NOTA: 6

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