La gran superestrella india Salman Khan (Dabbang) interpreta en
este film a Sultan Ali Khan, un personaje supuestamente real pero que cuando
buscas información sobre él, no se encuentran referencias, por lo que todo
indica que es un personaje ficticio que
podría estar basado en Ghulam Mohammad
Baksh, conocido como El Gran Gama, un luchador mítico que consiguió el
título de campeón en 1910. Usando como base su vida y carrera, Sultan nos transporta a la India actual
donde veremos el ascenso de un luchador de wrestling
y su paso a las MMA en una película llena de combates, amor, drama y, como no,
momentos musicales. Una película que ha cosechado un buen puñado de premios
incluyendo los de mejor película, actor para Khan, actriz para Anushka Sharma Kohli o mejor letrista.
Con estos créditos ya puedes suponer que estamos ante una excelente película
que nos muestra la lucha india, desconocida por muchos artistas marciales y
consiguiendo así llamar la atención gracias al “gancho” de las MMA.
La película comienza con el
fracaso del proyecto de MMA en la India, su propia liga de artes marciales
mixtas. Su promotor seguirá el consejo de su padre de buscar a un luchador
indio, recomendándole conocer a Sultan, un antiguo campeón local. Cuando el joven
promotor conozca al luchador se quedará fascinado, conociendo su historia a la
vez que el espectador hasta volver al presente donde asistiremos al viaje del
luchador desde sus comienzos en la lucha india hasta la lucha olímpica y las
MMA. Khan pone todos sus músculos en el asador bajo las órdenes de Ali Abbas Zafar (Gunday), siendo el
primer trabajo del director y guionista junto a Khan, a la que siguió la
secuela de Tiger (2012), Bharat (2019) y la anunciada tercera
entrega del agente Tiger. La solvencia como director de Abbas Zafar es
indudable, dirigiendo con un excelente pulso y ritmo la película. Como he
comentado en la introducción, tenemos acción, artes marciales, drama, romanticismo
y canciones, en menor grado que otras producciones de Bollywood y que, como
suele ocurrir en esta cinematografía, hacen avanzar a la historia. Las casi
tres horas de metraje no se hacen nada pesadas y aunque el reparto complementa
al protagonista, es indudable que la estrella máxima es Khan, quien entrenó
duramente MMA para dotar del mayor realismo posible a la historia. Pero no es
el único que pelea en el film, evidentemente, y tenemos a una serie de caras
conocidas del género como Marko Zaror
(Redeemer), Ron Smoorenburg (El
Portal del Guerrero), Marrese Crump
(Thai Dragon 2) o Brahim Achabbakhe
(Boyka: Invicto), además de contar con Larnell
Stovall (Ninja 2) como coreógrafo y
director de acción, uniendo los talentos indios y occidentales (los actores
nombrados, como sabrás son de varios países, no norteamericanos) Las
coreografías de Stovall son excelentes, muy técnicas y perfectamente
ejecutadas, alejadas de los movimientos menos realistas, por lo que en este
aspecto es altamente recomendable. Contar con los talentosos luchadores
arropando a Khan es todo un acierto, aunque en algunos casos no podemos
disfrutar de gente como Brahim, uno de los actores marciales con mayor proyección
de los últimos años y perteneciente al Jackie
Chan Stuntmen.
Por otro lado tenemos una
historia de autosuperación que recuerda a las películas de Boxeo al estilo de Rocky (1976), donde los éxitos
deportivos influyen personalmente, tanto en su comienzo, donde podemos ver a
Sultan comenzar a luchar por amor hacia una mujer, como en la caída que tiene
cuando se le sube el éxito a la cabeza provocándole muchos problemas. Este
equilibrio con el drama es magnífico, resultando igual de creíble y
consiguiendo una estupenda interpretación de Khan, alejado del histrionismo
dramático que ha mostrado en otras películas. Podría seguir separando los
distintos aspectos del film pero sería una repetición continua de adjetivos, ya
que Sultan es sin duda una estupenda
película muy bien hecha, que permite disfrutar de las coreografías mucho más
que en el cine de Hollywood, repleta de momentos de calidad, con una
ambientación espectacular y un trabajo de todo el equipo impecable. Sin duda es
una de las mejores películas de su año y eso que su reparto e incluso el nombre
del protagonista sufrió cambios por coincidir con otro film que sí se basa en
un luchador real, Dangal (2016),
protagonizada por otra estrella india, Aamir
Khan. Al margen de anécdotas como la casi participación de Deepika Padukone (xXx: Reactivated), o el aumento de peso de Salman Khan, la
calidad indiscutible del film la convierte en todo un must see para los amantes de los dramas deportivos y de las artes
marciales mixtas, una película que da lecciones de cómo rodar una película de
estas características al cine comercial de la Meca del Cine.
NOTA: 8
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