NIAFFS'18: ANGEL TOWN. DISTRITO SIN LEY (1990)


Con la llegada de Jean Claude Van Damme al cine marcial a finales de los ochenta, los productores empezaron a buscar nuevas estrellas que siguiesen la estela del belga. Expertos artistas marciales con origen europeo y una estupenda elasticidad empezaron a aparecer en los videoclubs y uno de ellos fue Olivier Gruner, actor nacido en Paris, campeón de Kickboxing, miembro de Operaciones Especiales de la Marina Francesa, modelo y actor. En 1990 debutaba en el cine con Angel Town. Distrito Sin Ley, película que sus productores concibieron para el mismísimo Van Damme pero que pasó a manos de Gruner, una carta de presentación repleta de excelentes coreografías a la que siguió un buen puñado de títulos que podemos considerar clásicos de la serie B noventera como Némesis (1992), Savate (1995), Mercenary (1996) o Lobo de Guerra (1997) Acción marcial y balística para un actor que continúa en activo a pesar de no tener la repercusión que merece una persona con una técnica de pierna estupenda.

El director de Duelo Final (1980) de Chuck Norris o Black Eagle (1988) de Sho Kosugi (y Van Damme) fue el encargado de dirigir este debut de Gruner donde el francés interpreta a un campeón de Kickboxing que llega a Los Ángeles para estudiar en la universidad. Buscando un lugar donde vivir, conocerá a una familia de mexicanos en un ghetto que son acosados violentamente por una banda de chicanos. Una trama típica de la época, las bandas, para permitir lucirse a Gruner en todas las secuencias de acción coreografiadas por Jeff Imada, un nombre mítico en el cine marcial que nos deleita con patadas, puñetazos, luxaciones e incluso disparos y persecuciones. Un clásico algo olvidado que hoy aprovecho para reivindicar y que está rodada con todas las constantes del cine ochentero. Un protagonista que se ve forzado a luchar en una nueva ciudad, ese lobo solitario tan habitual en el western, la familia acosada, e incluso tenemos al veterano de guerra de Vietnam que ayudará. Volviendo al tema de las artes marciales, contiene secuencias típicas del género pero con diferencias sustanciales, como el momento en el que Gruner entrena con su antiguo compañero que incluye muestras de la elasticidad del actor, rodado como si fuese un curso de Olivier evitando así copiar lo que habíamos visto en esos años en los films de Van Damme. De esta forma vemos el arsenal técnico de Gruner, algo que se repetirá en las diferentes secuencias de acción de la película. Además del protagonista, hay que destacar la presencia de Peter Kwong, experto en Shaolin Kung Fu, Tai Chi Chuan (estilo que enseña) y Chi Kung, y que recordarás por verlo en películas como Golpe en la Pequeña China (1986), donde interpretada a Lluvia, uno de los tres Tormentas o El Chico de Oro (1986) y que en éste film despliega también su excelente técnica. Como curiosidad, podemos ver en un papel de relleno al mismísimo Mark Dacascos, pero no podremos disfrutar de sus habilidades marciales.


La película tuvo cierto éxito, hasta el punto de preparar una secuela que nunca llegó, pero lanzó a Gruner al estrellato, siempre dentro de la serie B. Quizás el éxito también se deba a la violencia sangrienta que contiene, no sólo en las peleas, y a los elementos sociales tan de moda en la época como son las bandas aunque sólo sean importantes los mexicanos. La pertenencia a las mismas, el uso de niños, unido al pasado del personaje protagonista consigue ofrecer elementos que dan consistencia al guion, aunque a la vez sean elementos también habituales en este género. No obstante, hacen que la película sea indispensable para conocer cómo fueron los noventa, recién iniciados, para el cine marcial. Peleas realistas, con esa secuencia final espectacular donde Gruner y Kwong dan rienda suelta a sus habilidades, siempre con la ayuda de los especialistas para recibir los golpes, las caídas y demás acciones que enriquecen el visionado del film, algo que todos los que amen el cine de artes marciales deben hacer sin falta.

NOTA: 7

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