Las aventuras del Rey Mono
surgieron de la novela Viaje al Oeste,
atribuida al erudito Wu Cheng’en y ha tenido numerosísimas adaptaciones en
todos los formatos, ya sean series de televisión, de animación, con actores, películas,
novelas, cómics… En estos momentos se encuentra en un nuevo apogeo con las dos
sagas cinematográficas actuales hongkonesas, la adaptación sui-generis de Into the
Badlands o los nuevos proyectos estadounidenses que se preparan, además de
alguna otra aparición. Entre medias de todo esto aparece esta serie
co-producida entre Australia y Nueva Zelanda, diez episodios de alrededor de 25
minutos cada uno. Actores occidentales para una versión diferente de la
historia clásica, con dioses, demonios, monjes, humor y acción que acaba de
aparecer en España a través de Netflix.
¿Su respuesta a Into the Badlands?
Pues sinceramente, algo así
podría parecer, pero ya llegaremos a ello. Como he dicho, la historia es
diferente a la novela original ya que nada más empezar, el monje Tripitaka, el
que debería viajar al oeste a por las escrituras sagradas, es asesinado, siendo
una huérfana del templo la que comenzará el viaje místico. El cambio favorece
las futuras modificaciones de la historia, permitiéndose así cambiar lo que se
quiera, pero manteniendo la esencia del viaje y a sus protagonistas
principales. Mono, interpretado por el actor de origen tailandés Chai Hansen (Los 100), Tripitaka, Luciane Buchanan (The Blue Rose), Porco, Josh Thomson (Gary of the
Pacific) y Árida, Emilie Cocquerel
(Spirit of the Game) son fieles a los personajes originales, exceptuando a
Tripitaka, claro, pero es parte de la trama y no interfiere en su desarrollo,
que no es si no el presentar a los personajes y acompañarlos en el viaje donde
lucharán con demonios. Por ello se adscribe a las series de aventuras, de
cierto tono ligero pero que sabe ponerse seria y tener además una atmósfera
oscura. La fantasía china aparece en menor medida, lo justo para meter algún
efecto digital puntual en peleas, cuando aparece la nube voladora o cuando Mono
usa su bastón mágico. El desarrollo de la historia es más que correcto, con un
par de episodios, el 7 y el 8, más lentos, pero nada alarmante. Tenemos acción
en todos los episodios, cortesía de Brahim
Achabbakhe (Boyka: Invicto IV), coreógrafo y doble del protagonista, y nos
regala una serie de coreografías estupendas, técnicas y contundentes, con
algunas acrobacias marca de la casa. Sólo tienes que ver los trabajos de Brahim
para conocer su sello. Los actores salen airosos de las escenas de lucha,
cuando no son doblados, y amenizan mucho la serie, dando ritmo, igual que pasa
con el humor, para nada cargante y basado en la interacción entre algunos de
los personajes. Mono también aporta su granito de arena al humor, pero es un
personaje menos infantilizado de lo que últimamente hemos visto respecto a este
personaje y Hansen consigue hacerse con él sin problemas, imitando muchas de
las posturas clásicas de Wukong. También brilla en las escenas de acción,
manejando el bastón con soltura. Apoyados por los especialistas y la estupenda
dirección de Brahim del equipo, tenemos además un montón de espectaculares
escenas de acción.
El tono mencionado acerca en
cierta medida esta serie con Into the
Badlands, pero es anecdótico ya que la serie de Daniel Wu es en general más
seria que ésta. La paleta de colores es también similar, desde los colores de
la ropa de Mono, pasando por el vestuario de los personajes secundarios, a
medio camino entre lo post-apocalíptico a lo medieval, pero sin llegar a tener
un toque steampunk (aunque Into the Badlands tampoco lo tiene muy
acentuado) Recuerda un poco a la serie Mortal
Kombat: Conquest, pero por suerte sólo en ese tono de mundo imaginario,
alejando así la parte cultural china. Repito que sólo recuerda a la bochornable
serie de Mortal Kombat en eso, ya que
la calidad de estas nuevas aventuras de Mono es muchísimo mejor. También
recuerda a Hércules, la serie que
produjo Sam Raimi, y su hermana, Xena,
pero de nuevo son superadas por el buen equilibrio entre el divertimento y algo
con personajes que sean algo más que arquetipos. De momento han conseguido diez
episodios muy recomendables, una serie con mucho potencial, que va por buen
camino y que no merece algunas críticas por la nacionalidad de los actores
(bueno, ya tenemos claro que el prota es tailandés), sobre todo al no ser
chinos, pero ¿ya he mencionado a Bajie,
interpretado por Nick Frost en Into the Badlands? Pues eso. Divertida,
con buenos personajes, buena química y un enfoque diferente pero de calidad. No
se convertirá en una serie de culto, al menos de momento, pero tiene lo
suficiente para conseguirlo.
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