NIAFFS'18: RE:BORN (2016)


Desde que en el año 2000 debutó en la maravillosa Versus, Tak Sakaguchi ha ido consiguiendo cierta relevancia en el cine japonés de acción, casi siempre de medio o bajo presupuesto. A pesar de ser desconocido para el gran público, muchos le han visto en películas como Azumi (2003), Godzilla: Final Wars (2004), Shinobi (2005) o ¿Por qué no jugamos en el infierno? (2013), films que han conseguido mayor repercusión. Pero curiosamente estos films no son la mejor muestra de la calidad de Sakaguchi, algo que sí se puede ver en otros títulos más bizarros como Battlefield Baseball (2003), Death Trance (2005), Samurai Zombie (2008) o Yakuza Weapon (2011), locuras, algunas de Sushi Typhoon, repletas de acción. En 2013 hizo un parón en su carrera y anunció su retirada del cine de acción, pero antes quería despedirse a lo grande con Re:Born, y aunque ahora se anuncian nuevos proyectos, no descarto que realmente el ahora sencillamente llamado Tak, deje de buscar el éxito masivo como actor, un tema esquivo pero que, como espero haber dejado claro en esta introducción, nos ha dejado estupendas secuencias con su impecable técnica.

El planteamiento es sencillo. Un soldado de las fuerzas especiales ha abandonado la lucha, pero el pasado siempre vuelve y se pondrá manos a la obra para proteger a su sobrina de los asesinos que va a por él. Bueno, la historia tiene más matices, con una búsqueda de profundidad casi existencial gracias a una voz en off, de Rina Takeda (High! Karate Girl) Pero no nos engañemos, a pesar de los esfuerzos, no consiguen que sea algo más que una estupenda película de acción. Con un inicio prometedor pero algo lento, la intensidad de la acción y la duración de estas secuencias van en aumento, rodadas por un ritmo excelente por parte de Yûji Shinomura, director de Death Trance y coreógrafo de estupendas películas como Shinobi, Alien vs Ninja o El Camino del Guerrero. Que Shinomura sea el director no es nada casual ya que todo el planteamiento del film se basa en la unión de tres talentos que se acreditan como Triple Crown, que son Shinomura, Sakaguchi y Yoshitaka Inagawa, creador del denominado Zero Range Combat, un sistema que busca unir conceptos de las artes marciales con los militares para reducir la distancia de combate a cero usando sobre todo cuchillos y demás armas blancas, que son las armas reina de la película. De esta forma podemos disfrutar de una serie de espectaculares y rapidísimas secuencias de acción usando diferentes cuchillos e incluso armas de fuego (que también usa Zero Range Combat) de una forma bastante innovadora. La estupenda técnica de Tak se despliega, aunque patadas tenemos menos, pero la forma de moverse y acabar con sus enemigos, por ejemplo, en la secuencia del bosque, es realmente digna de alabanza. Otro combate maravilloso es el de Tak contra el personaje llamado Abyss Walker, que no es otro que Inagawa, un duelo estupendo entre dos auténticas máquinas de pelear.


Además de las escenas de acción, aderezadas por un trabajo impecable de los especialistas, el resto del film destila un tufillo a serie B de bajo presupuesto que recuerda a Versus, el debut de Sakaguchi como actor, pero le sienta muy bien este formato al protagonista, acostumbrado a moverse en estos terrenos donde goza de mayor libertad creativa. Por ello es probable que la historia no sea demasiado llamativa ni demasiado trabajada, una mera excusa para presentarnos a un combatiente cuasi místico. Así justifican además las escenas de acción, donde todos ponen la carne en el asador. Los momentos más calmados nos ofrecen aspectos de los personajes para que encaje todo bien, de forma lógica. Es normal que se compare con Redada Asesina, sobre todo su segunda parte, por el uso de los cuchillos, pero hay que decir que es muy diferente, dejando estrictamente las artes marciales de mano desnuda fuera en su gran mayoría. Por eso, para terminar, quiero volver a dejar claro los tremendos esfuerzos vertidos en la película para presentar no sólo el sistema de lucha de Inagawa, si no para ofrecer un enfoque diferente y trepidante de las escenas de acción, rodadas con pocos planos por golpe, evitando el montaje tan norteamericano, planos amplios y muy bien rodados, convirtiendo así a la película en una de las buenas muestras del cine de acción nipón y una buena despedida de Tak.

NOTA: 7’5

Comentarios