Una de las mayores estrellas
hongkonesas es Andy Lau, un
estupendo actor que ha pasado por todo tipo de géneros y que en este siglo XXI
parece decidido a mantenerse en el cine de acción, policial o en el thriller, produciendo sus propias películas,
pero sin olvidar su carrera musical. Un actor hiperactivo, apareciendo en cinco
largometrajes durante 2015, otros cinco en 2016 y tres en el pasado 2017,
siendo Shock Wave una de ellas. Un thriller policial con estupendas escenas
de acción donde además Lau tiene sus momentos dramáticos para lucirse como
actor, además del tufillo patriótico, dicho con el mayor de los respetos.
Detrás del film, además de Lau, tenemos a un director mítico hongkonés como es Herman Yau, un nombre asociado a la
Categoría III que logró aquí hacer una película a la altura de otros títulos
como Firestorm (2013), un éxito de
Lau que hemos podido disfrutar en España tanto en formatos domésticos como en
televisión, algo que Shock Wave
merecería.
Un policía experto en desactivar
bombas, una venganza y una trama millonaria detrás son los elementos que
conforman este film. Dos horas donde nos presentan el escenario y a los
personajes, todo muy típico pero que funciona perfectamente. El director,
Herman Yau (The Untold Story), no esconde en absoluto las intenciones de la
película, un producto comercial y trepidante donde las explosiones son las
protagonistas, con un guion muy normal pero que con Lau a la cabeza se
transforma en una espectacular película con muy buen ritmo y algunos giros que
ayudan a cambiar el escenario del túnel donde transcurre la mayor parte del
film. Yau dirige con brío aprovechando cada secuencia, ya sea en el mencionado
túnel, o en amplias zonas hongkonesas como en las puertas de los juzgados, sin
olvidar persecuciones de coches o tiroteos, todo ello de la mano de un veterano
como Dion Lam, actor que comenzó en
la década de los ochenta para pasar a finales de dicha década a ser asistente
del director de acción y en los noventa a dirigir la acción en títulos como Future Cops (1993), Love on Delivery (1994), Black Mask (1996), Acantilado Rojo (2008) o Sword
Master (2016) Durante la mayor parte de la película tenemos explosiones, en
algunos casos apoyados por efectos digitales, hasta llegar al tramo final, con
un tiroteo espectacular, que sin llegar a lo que otros títulos suelen ofrecer,
es una excelente secuencia de acción.
Junto a estas secuencias Yau,
guionista además de director, ha cuidado a los personajes, o mejor dicho, al
protagonista, J.S. Cheung, vamos, Andy Lau. Conocemos su vida mientras la
película avanza, sus relaciones, su profesionalidad, con momentos dramáticos
como cuando un compañero tiene un chaleco con bombas, o cuando se adentra en el
túnel para enfrentarse a su enemigo, interpretado por Jiang Wu (Un toque de violencia), hermano del actor y director Jiang Wen (Let the Bullets Fly), que
por momentos me recuerda a Anthony Wong,
que podríamos considerar actor fetiche de Yau y protagonista de sus films más
emblemáticos como Ebola Syndrome
(1996) Además de Wu, tenemos al bailarín, cantante y actor habitual de
televisión Ron Ng (Bleeding
Mountain), que aquí intenta dar el salto al cine con un personaje que va
cogiendo fuerza durante el film poco a poco, o a Philip Keung (The Stool Pigeon), un estupendo actor que
habitualmente aparece como secundario estelar aportando su buen hacer al
conjunto. También podemos ver en la secuencia de apertura a Ken Lo (Special I.D.), el que fuese
guardaespaldas de Jackie Chan. Curiosamente, a pesar de contar con estos
nombres, cuando se anunció el proyecto iban a protagonizarla Nick Cheung (Unbeatable), Nicholas Tse (Shaolin) y Julian Cheung (The Grandmaster),
pasando finalmente a ser protagonizada y producida por Lau, personalmente todo
un acierto, a pesar de la gran calidad de Cheung y Tse como actores. Este
cambio transformó la película en lucimiento de Lau, pero siempre acompañado del
resto del estupendo reparto.
Resumiendo, Shock Wave es trepidante, con estupendas escenas de acción, un Andy
Lau muy badass, muchas explosiones y
un uso de los coches espectacular, explotando y chocando durante las casi dos
horas de metraje. Lau sigue su línea de policía duro pero con corazón, logrando
componer un personaje muy humano pero duro, además de dar ese toque propagandístico
de la policía de Hong Kong, que no en vano ayudaron durante el rodaje de la
película. Un film comercial pero altamente recomendado, alejándose de conceptos
habituales del cine de acción hongkonés, pero manteniendo una identidad propia
de la ex–colonia británica.
NOTA: 6,75
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