Netflix es la plataforma que más
alegrías nos da incorporando a su parrilla títulos tanto orientales como de
acción y de artes marciales que de otra forma sería imposible de ver de forma
legal. Uno de estos títulos procede de Camboya y se la ha comparado con Redada Asesina (2011). Ciertamente
tiene aspectos similares, tanto argumentales, que veremos a continuación, como
tener a un director occidental (italiano que ha trabajado en Inglaterra y en
Camboya) afincado en el país asiático, lo mismo que Gareth Evans. Pero Jailbreak es más que la respuesta
camboyana a The Raid o la carta de
presentación de su protagonista, algo que ya difiere de Iko Uwais, quien ya,
junto a Evans, había protagonizado Merantau
en 2009, sin el éxito esperado. En la película que te traigo esta semana, Jean-Paul Ly es la estrella máxima, un
especialista y actor que a pesar de haber trabajado anteriormente, el pasado
año se estrenaba como estrella absoluta de una película que sin llegar a la
calidad de la mencionada Redada Asesina,
es una de las muestras del buen cine de acción y marcial de estos últimos años.
El traslado de un preso se
convertirá en una lucha por la supervivencia de los policías encargados cuando
un complot para liberarle provoque un motín en la prisión. Como puedes
observar, el mayor punto en común con The
Raid es el tener a un grupo de policías encerrados en un recinto. Claro
está que las artes marciales empleadas, autóctonas del país de producción del
film, es otro punto en común. Mientras que en la película indonesia nos
mostraban el Pencak Silat, en este otro vemos el Bokator, aunque Ly es experto en otras artes como Hapkido, Karate,
Capoeira junto a acrobacias. Es el propio Ly junto al equipo de Dara Our quienes se encargan de la
acción, haciendo un trabajo excelente lleno de saltos, patadas y técnicas
estupendas. También se debe a que el mayor peso de la acción recae en ellos
mismos, Ly y Our, protagonistas del film, que junto a la presencia del caribeño
Laurent Plancel (Green Street 3:
Never Back Down), otro actor y especialista con una gran técnica de pierna que
se ha convertido en un colaborador habitual de Ly. Un trabajo de stunts estupendo que complementa las
espectaculares peleas. Además tenemos humor, un elemento que no está presente
en los films de Iko Uwais aunque tampoco está excesivamente acentuado. El
director, Jimmy Henderson, ya había
trabajado en Camboya, debutando como director precisamente con Dara Our en Hanuman y en The Forest Whispers, en los años 2015 y 2016 respectivamente. A
pesar de no ser nuevo en el mundo del cine, su dirección destaca en las escenas
de acción, con planos abiertos y un montaje a medio camino entre el hongkonés y
el norteamericano, permitiendo disfrutar así de las coreografías como
merecemos. El resto de secuencias son correctas pero le faltan algo de
personalidad, y aunque Henderson, co-guionista del film junto a Michael Hodgson, colaborador habitual
de Henderson, apunta maneras, le falta desarrollar un estilo propio más
potente.
Al margen de los actores que he mencionado,
tenemos a la ex-actriz porno Celine Tran
(Metal Hurlant Chronicles) en uno de sus mayores papeles fuera del cine de
adultos, interpretando a la villana. El resto del reparto está compuesto por
actores camboyanos desconocidos fuera de su país, pero todos están correctos,
ya sean complementos cómicos como dramáticos. Que una película rodada en 34
días, la primera gran película de artes marciales camboyanas, consiga el éxito
que ha conseguido, incluyendo premios en el Fantasia Film Festival, incluyendo la adquisición por parte de
Netflix, nos da una idea de la importancia que tiene la película, tanto a nivel
local como internacional, catapultando así a Ly al estrellato, o al menos
intentándolo. Pero lo que si es Ly, sin ninguna duda, es un soplo de aire
fresco dentro del star system
marcial, que necesita urgentemente renovación. Ly no tiene quizás el carisma de
otras estrellas, pero sabe interpretar, pelear y hace sus propias escenas
arriesgadas, lo cual es mucho en la actualidad. De esta forma, Jailbreak es, como decía al principio,
una muestra del mejor cine marcial de la actualidad, un título que si bien no
es redondo, ofrece artes marciales diferentes, actores nuevos y, sobre todo,
entretenimiento de gran calidad. Hay que tener a Ly en la mira ya que, si todo
va bien, se podría convertir en una de las estrellas marciales de los años
venideros, y proyectos no le faltan, con un nuevo film ya rodado (Nighshooters), un corto con
posibilidades de convertirse en serie o al menos en largometraje (The Division – PoC) e incluso su
aparición en una producción de Hollywood como es Artemis Fowl.
NOTA: 7’75
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