LA PELÍCULA DEL DOMINGO: A VIOLENT PROSECUTOR (2015)


El cine asiático, como el del todo el mundo, tiene películas que amamos y otras que odiamos. Unas que recomendamos, pero otras de las que aconsejamos huir. Pero hay, entre medias, algunas películas que no encajan en esta dualidad. Filmes que se dejan ver pero que tampoco aportan demasiado a sus respectivos géneros. Estas películas realmente son meros productos que mantienen vivo a sus géneros mientras esperamos a que aparezcan esos títulos emblemáticos que disfrutamos tanto, e incluso esos otros deplorables, de los que hay que huir como si te persiguiesen los manchúes pero que también ansiamos ver para poder ponerlos a parir. Pues esas pelis que quedan en medio, que podemos ver igualmente pero de las que esperamos poco, pero al menos que entretengan, son las mejores películas que podemos ver un domingo por la tarde, tranquilamente en casa, antes de empezar la nueva semana con sus obligaciones laborales. Por todo esto, a partir de ahora irán apareciendo los domingos en este blog críticas a ese tipo de pelis, buenas, pero que se quedan algo cortas para llegar al notable. Y empezamos con Corea del Sur, con un blockbuster a medio camino de las buddy movies, A Violent Prosecutor.

Si unes al director de Kundo: Age of Rampant (2014), Lee Il-hyeong, con las estrellas Hwang Jung-min (El Extraño) y Gang Dong-won (The Priests), con un título como Un Fiscal Violento, piensas que será un thriller violento y oscuro, o bien una superproducción llena de acción y humor. Pero el resultado está lejos de ser lo primero y aunque se acerca al segundo tipo, tampoco consigue arrancar del todo. Se mantiene en una línea intermedia cercana a las películas de compañeros pero manteniendo un tono de intriga, con Dong-won aportando el punto cómico y dejando el resto a Jung-min. La relación entre ellos y sus respectivas vidas, además de la trama en la que ambos trabajan se van desarrollando suavemente, dejando espacio para que ambos se luzcan, tanto por separado como juntos. El plato fuerte se centra en las maquinaciones del personaje de Jung-min desde la cárcel, una intriga básica pero entretenida, y aunque tenemos acción, es bastante secundaria, quedándole grande el título. Todo es muy tópico, incluso los protagonistas, pero el buen hacer de ambos actores, que no necesitan esforzarse mucho, consigue que no nos aburramos.


Como suele pasar en el actual thriller surcoreano, tenemos conexiones con políticos, pero de nuevo se tratan como se puede ver en numerosas películas y dramas televisivos. Quizás el actual éxito de los dramas, con una importante incorporación de series a plataformas digitales en España, junto a la masificación de ellas mismas en los distintos canales de televisión coreanos nos convierta en personas más exigentes cuando estamos ante una película de estas características. No nos vale con buenos actores y tramas mediocres, queremos algo nuevo, impactante, y cuando terminamos de verla, claro, se nos queda corta. Pero si la vemos pensando simplemente en para un buen rato, nos damos cuenta que A Violent Prosecutor es una víctima de su época donde se han llegados a cotas de thriller muy altas con películas míticas. Por ello, a pesar de todo, es una película para sentarse en el sofá y relajarse, viendo los esfuerzos del director y guionista por hacer una película que funcione, y está claro que funciona. La trama está bien escrita, sin cabos sueltos y sus dos horas se pasan volando. Respecto a la acción, firmada por Heo Myeong-haeng (The Berlin File) y Song Ming-seok (Train to Busan) es escasa, nada marcial, pero demuestran el buen hacer de los surcoreanos, aunque se queda excesivamente corta en este sentido. Pero como he dicho, es más thriller que de acción, y el título puede llevar a engaños, aunque violento sí que es. Resumiendo, una película del montón, entretenida, de investigación y con ritmo, y una parte final que se centra en un juicio que tampoco resta al conjunto. Una película hecha para lucimiento de sus actores y atraer a sus fans al cine con producciones menores en sus filmografías pero que les mantienen en el candelero, y no olvidemos que este mismo año, Jung-min estrenaba El Extraño y Asura: The City of Madness y Dong-won Vanishing Time: A Boy who Returned y Master. Simpática y perfecta para una tarde de domingo.

NOTA: 6

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