NIAFFS'19: SEKIGAHARA (2017)


La batalla de Sekigahara es sin duda uno de los grandes momentos de la historia bélica japonesa. No sólo por la magnitud de la propia batalla, si no por el punto de inflexión que supuso para la historia de Japón. Se ha llevado innumerables veces al cine, sin olvidar series de televisión, novelas o su aparición en otras historias. El pasado año, Masato Harada, actor, guionista y director (incluso editor, como es el caso de esta misma película) estrenó esta superproducción de dos horas y media adaptando el mismo la novela de Ryotaro Shiba y que consiguió en los premios de la academia de cine japonesa los premios a mejor fotografía, sonido e iluminación, y eso que también estuvo nominada a mejor película, actor, director, actor de reparto, banda sonora, dirección artística y montaje. Una monumental película que no cuenta sólo lo que ocurrió en dicha batalla, yendo un paso más allá para explicarnos todo lo que ocurrió antes y provocó dicha batalla, las luchas políticas por el poder y todo contado sin aburrir, evitando terrenos farragosos y haciendo disfrutar a los amantes del cine de samuráis.

A veces puede resultar complicado entender los conceptos políticos japoneses en aquella época (la batalla ocurrió en el año 1600), pero Harada, o quizás el autor de la novela, Shiba, han conseguido evitar entrar en esos terrenos cenagosos para que se entienda bien, aunando el clasicismo cinematográfico con un toque moderno lleno de ritmo y evitando caer en tópicos. De las mencionadas dos horas y media de duración, tenemos la batalla en la última media hora, conociendo a los personajes principales, sus motivaciones y todo el contexto político que provocó el famoso enfrentamiento. Un guion potente, sin fisuras y equilibrado, ofreciendo no sólo política y una batalla, sumando a esto personajes bien descritos, e incluso una pequeña historia de amor que no lastra para nada esta mezcla. El buen hacer de Harada junto a la solvencia de sus actores, sobre todo por el gran Koji Yakusho, actor fetiche del director Kiyoshi Kurosawa, pero sin olvidar a Junichi Okada (Hana) o a Kasumi Arimura (I am a Hero), interpretando respectivamente a Ieyasu Tokugawa, el “villano”, Mitsunari Ishida, el “bueno” y a Hatsume, la ninja de la que se enamorará Mitsunari. Además tenemos a Takehiro Hira (Bushidou), con esa poderosa interpretación del samurái Sakon Shima. Las relaciones entre ellos y cómo era la sociedad y la política de esa época marcan las primeras dos horas de metraje, estableciendo el marco que provocará la batalla del título. Aunque a veces cae en ciertos tópicos, sobre todo por el personaje de Tokugawa, hace que no odiemos a este villano al cien por cien, ofreciendo matices que nos hacen dudar de esos roles de buenos y malos, si bien es cierto que nos hacen empatizar con Mitsunari.


Como he dicho, el clasicismo se une con cierto toque moderno, evitando caer en los maniqueísmos más trillados, tanto visuales como en el desarrollo de los personajes. Incluso en la batalla, Harada evita el morbo o la espectacularidad comercial para ofrecernos algo más realista, sin olvidar los momentos sangrientos y violentos. Centrándome en la batalla, el trabajo de Seiji Mori (coreógrafo de lucha) y de Taketo Nakamura (coordinador de especialistas) es de gran calidad, con momentos puntuales tanto antes como durante la batalla. Quiero destacar una rápida pelea de Hatsume contra otros ninjas, que podría estar mejor rodada, pero que se nota la calidad del trabajo. Lo mismo pasa durante la batalla, llena de lanzas, katanas, explosiones, cañones y sangre. Me ha llamado la atención el escaso morbo y la búsqueda del efectismo, e incluso podría decir que en ciertos momentos es algo pobre, pero la contundencia y el impacto psicológico sobre los líderes constata la importancia de esta secuencia como una herramienta para que la historia avance, lejos de ser un complemento metido como relleno para ocupar metraje. No es tan importante lo que ocurre durante la batalla como lo que sucede antes, pero cuando llega el momento de la lucha, disfrutamos y sufrimos con los personajes, y eso que al ser un suceso histórico, los conocedores de lo que ocurrió ya sabrán el destino de los personajes. Aún así, es una estupenda y épica película, muy bien dirigida, con personajes, con una exquisita recreación histórica, algo habitual en el jidai geki o cine de época japonés (aunque normalmente este género nipón se desarrolle en el período Edo, que comenzaría tres años después de la batalla) y un buen trabajo de los especialistas. Drama, amor, acción, samuráis, ninjas (alejados de estereotipos occidentalizados) y todo bien enlazado y como he dicho antes, muy bien equilibrado. Sin duda, una estupenda película nada pesada a pesar de su extenso metraje.

NOTA: 7,75

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