NIAFFS'19: RACE 3 (2018)

Una semana más traemos al blog una película india que ha llegado a estrenarse en España de forma limitada. Una nueva oportunidad de confirmar la alta calidad de Bollywood con una de las mayores estrellas, Salman Khan. Pero tranquilo, aunque sea una tercera parte, no tiene nada que ver con las dos anteriores. Una historia de mafia, lealtad, traiciones y mucha acción, algo habitual en la carrera de Khan, altamente recomendable y sin un momento de descanso. En cuestión de acción, la India sabe cómo dar espectáculo, siendo uno de los mejores países en este género, aunque mucha gente parece reticente a sumergirse en una cinematografía tan espectacular debido al peso de la música y los bailes, pero seamos realistas. Si no te acercas a este cine por estos motivos, sin duda demuestra tener prejuicios ya que por un lado dichos números hacen avanzar la historia, sobre todo respecto a las relaciones sentimentales, mucho mejor que en el cine de acción occidental, con momentos ñoños pero metidos con calzador. Aquí no resulta chocante ver al héroe enamorarse y cantarle románticamente ya que el propio ritmo de las películas favorece este componente, siendo todo un ejemplo de cómo poder meter diferentes géneros sin perder un ápice de calidad. Además, los números musicales, como decía en la entradilla, ayudan a que las relaciones avancen, como por ejemplo cuando el personaje de Salman Khan recuerda una historia de amor, narrada con ese número musical, una estupenda elipsis temporal que evita secuencias demasiado explicativas y que, si no fuese musical, rompería el ritmo demasiado.

Curiosamente, según algunas listas, este film es uno de los elegidos para integrarse como una de las 100 peores películas, siendo la primera de Salman Khan en aparecer en las mismas. Evidentemente, no estoy para nada de acuerdo, si no, no hablaría de este film. La trama es relativamente sencilla, con familias mafiosas y traiciones, para lucimiento de Khan en las espectaculares secuencias de acción y repitiendo su papel de héroe al estilo de lo que nos suele ofrecer, vamos, el típico guion excusa para ofrecer las secuencias de acción, obra de Anal Arasu (Dabbang 2) y Tom Struthers (Tiger Zinda Hai) quienes coreografían las peleas físicas y la acción balística y explosiva de forma estupenda. Una familia que trafica con armas y un disco duro lleno de material sensible para chantajear a políticos es el epicentro de las dos horas y media que dura la película, con numerosos giros de guion, algunos ciertamente no demasiado bien hilados, sobre todo el tramo final, donde no resulta para nada creíbles las revelaciones a las que asistimos. Entiendo que, desde una perspectiva cinéfila muy estricta, todo esto sea criticable. Incluso yo mismo veo que chirrían muchas cosas, pero estamos ante una película de entretenimiento puro, donde las escenas de acción y la grandilocuencia campan a sus anchas para ofrecer un espectáculo visual de calidad. El realismo se sacrifica en pos de la diversión, y Bollywood tiene mucho de esto. Una factura técnica impecable, donde sólo nos podemos quejar de algunos momentos digitales demasiado “cantosos”, con un rodaje en Dubái, Tailandia e India, cientos de extras, números musicales por todo lo alto, explosiones, persecuciones, puñetazos, patadas, motos y coches de lujo.


Además de Salman Khan, tenemos a Anil Kapoor (My wife’s murder), a Bobby Deol (Barsaat), a Jacqueline Fernández (Kick), Daisy Shah (Jai Ho), Saqib Saleem (Dishoom) y, en un papel menor pero importante, Freddy Daruwala (Commando 2), todos ellos perfectos, destacando a Anil Kapoor y a la megaestrella Jacqueline Fernández, que se luce en los números musicales de forma espectacular. Un elenco de calidad que aportan su buen hacer, dejando la acción a Khan, a pesar de tener momentos de lucimiento tanto Daisy como Saqib o Bobby Deol. Como he dicho, la acción es impresionante. Rodado con ese estilo que hizo famoso a John Woo en Hong Kong, está más que claro que la India es el país que ha recogido el testigo en cuanto a acción llena de adrenalina, aunque el abuso de efectos digitales empañe ligeramente dichas secuencias. Por suerte se empañan muy poco y si lo que te gusta es disfrutar de acción llena de momentos imposibles, no hace falta esperar a la siguiente entrega de A todo gas ni a cualquier nueva aventura de Tom Cruise en una de sus misiones imposibles. Este reboot de la saga (por eso no tiene nada que ver con las dos anteriores entregas) deja claro que Salman Khan es el mayor héroe indio de la actualidad. Y los directores que trabajan con él contribuyen a esto con esos planos donde Kahn se luce de la forma en la que lo hace, desde su primera aparición, hasta la pelea final, donde se quita la camiseta con ese estilo tan personal y de macho man. Y es que Khan es el macho alfa del cine indio, por mucho que Shah Rhuk Kahn o John Abraham intenten estar a la altura, pero Salman marca la diferencia con su estilo tan personal y chulesco. Recordemos el momento en el que le ataca un motorista, acaba con él de un disparo mientras la moto sigue hacia él y con una facilidad tremenda, agarra el acelerador y, sin subirse a la moto, la mantiene dando vueltas mientras dispara a sus enemigos para después subirse y huir de sus numerosos enemigos, siendo perseguido. Pero aquí no acaba la cosa, ya que la persecución es, de nuevo, espectacular. Y tenemos más momentos espectaculares, incluso tremendamente exagerados, de superhéroe incluso. Pero creo haber dejado claro que esta película olvida el realismo para ofrecer lo mismo que ofrece Hollywood pero con el toque indio, por lo que deja atrás el miedo al cine indio y sumérgete en una trepidante y espectacular película donde la diversión no te dejará un momento de tranquilidad.

NOTA: 7



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