NIAFFS'19: FIGHTWORLD (2018)


Esta semana cambiamos radicalmente, pasando del cine a la television, concretamente a una miniserie documental que tiene al actor norteamericano Frank Grillo como conductor y productor, junto al director y guionista Joe Carnahan. Grillo es un entusiasta de la lucha desde siempre, habiendo practicado Muay Thai, y hemos podido verle en películas como Capitán América. El Soldado de Invierno (2014), Wolf Warrior II (2017), Beyond Skyline (2017) o en la serie dramática con el mundo de las MMA de fondo, Kingdom(2014-2017), mientras que en los créditos de Carnahan tenemos películas como Ases Calientes (2006), El Equipo A (2010) o Infierno Blanco (2011), donde además coincidió con el propio Grillo. En cinco capítulos acompañaremos al actor a cinco países diferentes para conocer distintos aspectos de las artes marciales y de lucha de cada uno de esos países. México, Tailandia, Birmania, Senegal e Israel y el Boxeo, el Muay Thai, el Lethwei, el Laamb y el Krav Maga, respectivamente, es lo que veremos en esta primera temporada.

Esta serie documental bucea en el mundo de la lucha, pero desde la perspectiva de los luchadores, alejándose de ser un simple muestrario de las artes marciales de cada país para ir conociendo aspectos más oscuros y desconocidos. El primer capítulo es el mejor ejemplo de ello, viajando a México para introducirse en el mundo del Boxeo tanto a nivel profesional como a nivel más amateur, conociendo a jóvenes problemáticos que han encontrado en el pugilismo una puerta a una nueva y mejor vida tras problemas con las drogas o con la ley. Y precisamente esto será la tónica en todos los episodios. Un vistazo a la parte más humana de las artes de lucha, conociendo tanto a estrellas como a gente anónima, su historia, sus orígenes, sus esperanzas y en general, su vida mientras nos adentramos en un mundo alejado del glamour, de los neones y los contratos millonarios. Mientras la UFC mueve millones de dólares por todo un mundo promocionando las MMA, en la calles de Tailandia muchos jóvenes no dejan de luchar para poder mantener a sus familias, como se ve en el segundo episodio. Grillo acompaña a un joven en un duro combate, involucrándose en cada capítulo más allá de entrenar el sistema que toque. Nos muestra una cara muy desconocida mientras pasea por las calles, acercándose así a otras culturas, entrevistándose con diversas personalidades para ello. Esto favorece mucho el ritmo de la serie en general, haciendo que nos metamos de lleno en cada programa y deseando ver el siguiente. Pero mientras que los dos primeros mantienen una estructura similar, en el tercero empieza a diferenciarse ya que nos presenta al Lethwei, un arte marcial similar al Muay Thai pero donde se permiten usar cabezazos. Este sistema no es muy conocido, pero en Birmania sus luchadores son auténticas estrellas. Aquí se investiga más en el propio arte marcial, sin olvidar el acompañar a otro luchador durante un combate. Pero sin duda el siguiente programa, el cuarto, es el que se diferencia más de todos, ya que viaja a Senegal para conocer el Laamb, un sistema de lucha muy curioso, con rituales y una grandísima afición. Nos internan también en las creencias religiosas locales, dándonos más una clase de historia que de artes marciales, pero podremos asistir también a un combate además de conocer una desgracia acaecida en un estadio. Es decir, el capítulo más dramático y calmado de todos, que está dedicado a las víctimas. Y el broche final lo pone Israel y el brutal Krav Maga, que es además el que ofrece más caras de la lucha. Primero Grillo visitará a las fuerzas militares donde recibirá una auténtica lección de lucha real, donde la vida y la muerte depende de un solo segundo. Por otro lado veremos a la policía y visitaremos un gimnasio de Kung Fu, ofreciendo así las tres facetas que hay mientras visita una ciudad sumamente complicada.


En definitiva, una estupenda serie, diferente a otras similares, con un Grillo estupendo y cercano, que nos muestra un lado muy humano suyo, hablando de sus hijos y mujer en varias ocasiones, y alucinando e emocionándose en otras. Una imagen de la lucha poco conocido y que se agradece conocer. No faltan momentos de humor y de turismo, y espero que haya una segunda temporada para seguir viendo una serie documental consistente pero nada pesada, y donde vemos a una estrella de Hollywood entrenar diferentes artes marciales, no siempre saliendo airoso, pero, insisto, es algo más que 40 minutos de artes marciales, ya que las historias que conoceremos, hablan mucho de la influencia de las mismas en las personas, en las ciudades o incluso en la propia cultura del país. Queda para el recuerdo esos créditos con las caras de varios de los luchadores que veremos, con ese crio con los ojos hinchados, o el testimonio de una ex-drogadicta, incómoda en un cárcel donde podría haber acabado si no fuese por el Boxeo, o el entrenador de Lethwei que tiene su gimnasio en el que era el jardín de su mujer, o el luchador occidental que combate en Birmania. Momentos de vidas, pero siempre con las artes marciales de fondo.

NOTA: 7,5

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