La productora Seasonal fue la que lanzó a Jackie Chan en 1978 con el díptico El Mono Borracho en el Ojo del Tigre y La Serpiente a la Sombra del Águila,
pero Jackie se fue con la Golden Harvest.
La Seasonal decidió dar el salto a Estados Unidos con varias co-producciones que
incluían reparto norteamericano con el estilo visual del cine de Hong Kong,
incluyendo las coreografías. Títulos como American
Shaolin o la saga Retroceder Nunca,
Rendirse Jamás han pasado a la historia del cine marcial. Esta semana
traigo otra de las producciones de la empresa de Ng See Yuen, menos conocida pero que sin duda hará las delicias de
los amantes del cine de Kung Fu, a pesar de no ser de las más conocidas. Tener
además a gente como Keith Vitali
como villano (y productor) y a más estupendos artistas marciales ayudan, y
mucho, a disfrutar con este film, y viendo la escasez de títulos de calidad que
salen al año, es necesario reivindicarla.
Un torneo
llamado Superfights es el sueño del
joven Jack Cody, por lo que en sus ratos libres se entrena de forma incansable
hasta que una noche salva a una joven china de unos pandilleros, convirtiéndose
en una celebridad (gracias a una cámara de seguridad) por lo que terminará
siendo fichado por Robert Sawyer, el mandamás de la empresa de dicho
campeonato. Pero no todo es tan bonito como parece al principio… El veterano Leung Siu-Hung (Monkey Kung Fu),
hermano de Bruce Leung, se encargó
de dirigir la película y la acción, siendo una de las cabezas visibles de la
Seasonal. Muchísimo ritmo, peleas puramente hongkonesas, con algo de cables
pero sin exagerar, y con un reparto espectacular, como el gran Keith Vitali (Los Supercamorristas)
como villano o Chuck Jeffreys
(Dragones de Papel), sin menospreciar a los menos conocidos, Kelly Gallant, Cliff Lenderman o Brian Ruth,
además del ligeramente histriónico campeón de Karate Brandon Gaines, que tras lanzar un vídeo didáctico de Karate, probó
suerte en la televisión en un par de series, incluyendo V.R. Troopers (1994) para terminar su carrera con este film. La
trama incluye momentos clásicos del cine de Kung Fu, como secuencias de
entrenamientos, duelos espectaculares, maestros chinos misteriosos además de
humor y amor. Y criminales, claro está, ya que si hay un villano, será por
algo. Y ese algo, aunque está pillado con pinzas, realmente nos da igual ya que
tenemos unas coreografías estupendas con una ejecución impecable que convierten
este film en un must see para
disfrutar. Tenemos algunos guiños tanto a otros films de la productora como El Rey de los Kickboxers (1990) como al
propio Van Damme, que fue una de las caras que dieron sus primeros pasos en la
Seasonal con Retroceder Nunca, Rendirse
Jamás (1986) Es evidente que no llega a la calidad general de dichos films,
pero es una estupenda película que no puedes dejar de ver.
Sin duda la
Seasonal se iba modernizando, usando en los entrenamientos del protagonista
conceptos cercanos a la ciencia-ficción pero sin exagerar, como esa forma de
medirla velocidad y potencia del protagonista a través de haces de luz. Esta
modernización, y viendo que estamos en 1995 no consiguió el éxito esperado, e
incluso hay rumores que Gaines se sintió ridículo por el resultado y dejó el
mundo del cine, pero sinceramente, no es para tanto. Quizás no estaba muy
acostumbrado al cine de Hong Kong y su velocidad, pero los que amamos ese cine
disfrutamos cada pelea y momento que nos recuerda al cine de Kung Fu que tanto
nos gusta. En España se llegó a titular Sangre
de Campeón, y en otros países como Alemania se la integró en la “saga” Karate Tiger, una serie de películas
que incluían títulos como Ultraforce
(1985), Kickboxer (1989) o la
secuela de Retroceder Nunca, Rendirse
Jamás, Secuestro en Bangkok
(1987) Resumiendo, una estupenda y espectacular película puramente de artes
marciales que no debes dejar escapar.
NOTA: 7
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