NIAFFS19: MCQUADE, LOBO SOLITARIO (1983)


El pasado 10 de marzo, Chuck Norris cumplía 79 años, por lo que fue el momento de celebrarlo viendo alguna de sus películas. La cosa es que hace unas semanas vi Fuerza 7 (1979), y meses atrás Invasión U.S.A (1985) o Furia Silenciosa (1982), por lo que me decidí por McQuade, Lobo Solitario, de la cual conservo gratos recuerdos en especial, por un viaje con el colegio donde nos pusieron la película, que ya había visto, pero por alguna razón se mantiene en mi recuerdo como una de las que más aprecio. Por ello, una vez vista, pensé en que sería el título perfecto para que mi colaboración con el NoIdentity Film Festival, o NIAFFS, de esta semana fuese lo suficientemente potente, a la vez que espero reivindicar una película bien considerada por los fans de Norris, pero siempre a la sombra de Delta Force (1986), las aventuras de Braddock en la saga de Desaparecido en Combate (1984)o alguno de los títulos ya mencionados.

La idea de la película surgió de mezclar el homenaje al spaguetti-western, con volver a rodar un Combate del Siglo. Incluso los productores se atrevieron a decir que de seguir vivo Bruce Lee, hubiese formado parte de la película. Pero no, Bruce estaba muerto y David Carradine muy vivo, por lo que se encargó de protagonizar ese combate. Pero me estoy adelantando. Volvamos al tema del spaguetti western, un subgénero en la que se inspira, sobre todo en la presentación del personaje, el lobo solitario que da título a la película, el Ranger de Texas J.J. McQuade, un solitario defensor de la ley con métodos muy expeditivos. Este principio, con contraluces, una atmósfera asfixiante y calurosa, llena de polvo, presentando así al cowboy que tan bien plasmó Leone en su cine, con Clint Eastwood a la cabeza. El momento en el que le gritan que se levante, y una vez de pie, le disparan con una ametralladora, con Norris inmutable, mirando a sus enemigos, es épico. Pero las similitudes se acaban aquí, a pesar de transcurrir en ambientes desérticos, ya que entra de cabeza en el cine habitual de Norris en los ochenta, lleno de acción, frases lapidarias y curiosamente, un personaje protagonista mejor desarrollado de lo esperado. El duro ranger está divorciado, se lleva bien con su ex-mujer y tiene una hija. Un contraste entre el principio y el resto del filme, dejando de lado eso de ser solitario incluso en su vida privada, que funciona a la perfección, consiguiendo meternos en la historia del protagonista, que tendrá mucho que ver en cómo se desarrollarán los acontecimientos, con el secuestro de su hija posteriormente. Esto nos da una idea de cómo usan las claves habituales del cine de acción de la época, con la presentación del bueno, del malo, los enfrentamientos, el héroe herido, el mencionado secuestro y el desenlace, el enfrentamiento entre el héroe y el villano. Todo ello funcionando como un reloj suizo, a lo que tenemos que añadir un carismático Norris, que se hace con la función sin problema, a pesar de sus carencias interpretativas, y del propio Carradine, quien sobreactúa hasta cuando lucha, como queriendo llamar la atención. Pero gracias a la pericia de Steve Carver (Golpe por Golpe) como director, el resultado es estupendo, pasando por algo el tema de Carradine y disfrutando de una compacta película de acción donde además explotan cosas de verdad y no generadas por ordenador, como en el cine actual de acción. Si un coche tiene que explotar, que explote, que suenen las balas en secuencias estupendas donde un equipo maravilloso de especialistas cae desde varios metros de altura, o salen volando por el impacto de una granada. Todo orquestado por Aaron Norris, hermano de Chuck, con buenas escenas de lucha, no demasiadas, pero donde Norris se luce de sobra. El anunciado combate final, ese nuevo Combate del Siglo no está a la altura, pero es un excelente trabajo, tanto por la coreografía como por la ejecución de ambos actores, que no fueron doblados en esta pelea final, o casi nada. El Kung Fu de Carradine, contra el Tang Soo Do de Norris, en un buen espectáculo marcial.


No puedo dejar de mencionar a Bárbara Carrera (Nunca Digas, Nunca Jamás), interés amoroso de Norris, o a Robert Beltrán (Nixon) como el joven mexicano que se convertirá en algo así como el compañero de McQuade. Y este es un dato importante ya que este film fue el germen para Walker. Texas Ranger, la famosa serie que interpretaría a partir de 1993. Está claro que McQuade es Walker, y tenemos al compañero medio novato, y a otro policía negro que le ayudará. Sólo hay que ver el piloto de Walker para ver que apareció casi como si fuese un remake, salvando las distancias, claro, pero en esencia, es evidente.
Resumiendo, MacQuade, lobo solitario es una película a la vieja usanza, con el rollo cowboy convirtiendo a Norris en un héroe icónico, otro más para su carrera. Acción sin tregua y de calidad, buenas peleas marciales, un clásico de la época que no ha envejecido nada mal, conservando ese espíritu lúdico y que sobre todo deja claro porqué Chuck Norris es la leyenda que es.

NOTA: 8

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