¿Cómo podríamos definir la
película que traigo esta semana al blog, dentro de mi colaboración con el
festival de cine de acción NIAFFS? Pura serie B marcial con toques de western, numerosas caras de las MMA,
arquetipos ochenteros, algo de drama, de amor, personajes estoicos con grandes
principios, maravillosas peleas, Blaxploitation…
Vamos, que Promesa Sangrienta es sin
duda uno de los títulos de este nuevo milenio que podemos considerar ya
clásicos, y que cumple el próximo mes de septiembre la friolera de 10 años.
Pero diez años que no han hecho merma en su calidad. Un título esencial tanto
en el género como para su protagonista, el genial Michael Jai White, siendo además la película que lo consagró en el
cine marcial. Además, en el año de su estreno, el 2009, Jai White estrenó otro
título que le ha hecho entrar en el panteón de héroes marciales del siglo XXI, Black Dynamite, pero dejaré ese film
para otro momento, ya que hoy toca hablar de Blood and Bone.
Puede sonar pretencioso lo dicho
al principio, pero espero dejar claro el porqué de todo ello. Lo primero es
presentar la historia, o mejor dicho al protagonista, con esa pelea en la
cárcel brutal que deja clara la calidad marcial de Jai White, en un absoluto
estado de gracia durante todos los enfrentamientos que veremos. Tras salir de
la cárcel, irá a una casa a alquilar una habitación para meterse en el mundo de
las peleas ilegales, todo ello con un objetivo que descubriremos más tarde. Y
así de sencillo todo. No se necesita mucho más cuando todo funciona
correctamente. El toque de western es
el propio protagonista, Bone, que llega a la ciudad andando, como ese jinete
sin nombre que interpretó Clint Eastwood tan bien y tan habitual en el cine de
vaqueros. Un justiciero con una misión. También tenemos el drama que es dicha
misión, una promesa realizada que no voy a desvelar para evitar los tan odiados
spoilers, pero que en una película
con diez años debería resultar absurdo, pero como lo mismo alguien no la ha
visto, prefiero no explicarla. También he dicho que tenemos Blaxploitation, y es que todos los
personajes protagonistas son negros, usando una banda sonora acorde y creando
un homenaje al subgénero sin olvidar la serie B ochentera, donde una historia
normal es aderezada con estupendas secuencias de acción y convirtiéndola en un must see para cualquier aficionado.
Hay algunos temas habituales en
la serie B, como los torneos clandestinos, tanto callejeros como elitistas, con
un puñado de ricachones detrás y encabezados por Julian Sands, siendo otro elemento habitual de este cine, con
estrellas como secundarios o villanos, aunque sean ajenos al género. Mientras
en los callejeros tenemos algunas caras conocidas en las artes marciales, como Gina Carano, Bob Sapp, Kimbo Slice
(en la secuencia de la cárcel), Maurice
Smith o Ernest “The Cat” Miller,
en la parte elitista vemos caras como las de Matt Mullins, Bob Wall,
cuyo personaje se llama O’Hara, en homenaje a Operación Dragón o al sensei Fumio
Demura y sin olvidar a la leyenda del Judo Gene LeBell en un papel de conserje, a Larnell Stovall, Tsuyoshi
Abe, Luke LaFontaine o Arnold Chon, todos en papeles
secundarios. Para las peleas, Fernando
Cheng fue el escogido, apoyado por el trabajo de los especialistas,
coordinados por J.J. Perry y Steve Upton, y con algunos prestigiosos
nombres como son Don Thai, Zoe Bell o Roger Yuen, también actor en el film, grandes nombres que, junto a
la calidad de los actores, nos traen una espectacular película donde las artes
marciales son la base del entretenimiento. Y tenemos grandes combates, siendo
el final contra Mullins el mejor, pero sin menospreciar el resto. Desde el
comienzo, con la pelea en la cárcel, Jai White demuestra la madera que tiene
para ser un gran héroe de acción, a pesar de mantener una carrera irregular.
Aquí le vemos luchar contra moles como Sapp, o contra varios contrincantes,
desplegando tanto su destreza con las piernas como con el grappling y demás técnicas de MMA. El intercambio con Mullins es
realmente impresionante, pudiendo haber sido el lanzamiento de Matt, pero
dejándonos posteriormente a medias.
Para ir terminando, quiero
destacar esos otros elementos como una endeble historia de amor, pero que se
complementa bien en la película, de una hora y media de duración que sabe
repartir todos los géneros que toca, pero dejando claro que estamos ante una
película de artes marciales. También tenemos ese elemento mitológico de
caballero errante, de ronin, en la
llegada y la marcha del héroe y en la frase que se dice en un par de ocasiones de
Gengis Khan, donde se habla del castigo de Dios, siendo una buena definición
para el protagonista, que se va en busca de otros quehaceres, otras misiones
que podrían haber convertido a este film en una saga (se ha anunciado una
secuela, pero no arranca del todo). Resumiendo, Promesa Sangrienta contiene algunas de las mejores y más brutales
peleas de los últimos años, todo un deleite para el amante del cine de artes
marciales, con una historia consistente, pero dejando a las peleas el
protagonismo. Lo dicho, un clásico moderno que debe estar en tu dvdeteca sin
ninguna duda.
NOTA: 8
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