Cuando se anunció el rodaje de
este film filipino, comenzaron las comparaciones con Redada Asesina (2011), y una vez vista, son evidentes las
similitudes, pero sólo temáticas. Lo que este film ofrece es una vuelta de
tuerca a una situación límite, con policías sitiados en un espacio gobernado
por los delincuentes a los que quieren detener. Esto tampoco es algo que
inventase la genial película de Gareth Evans, por lo que se agradece ver un
desarrollo algo diferente y sobre todo acción muy distinta a la que podíamos
ver en el film protagonizado por Iko Uwais. La acción estilizada y marcial de
ésta desaparece en manos del director Erik
Matti, pero intentando igualar la brutalidad y la violencia. Aunque las
comparaciones son siempre odiosas, el análisis de este film que esta semana
traigo al blog marcan las propias diferencias, permitiendo que disfrutemos de
diferente forma esta película.
Matti nos trae una película enmarcada
en la guerra contra las drogas que inició el gobierno del presidente Rodrigo Duterte en 2016 para ofrecernos
un actioner de corte realista, que
tiene incluso más similitudes con la película brasileña Tropa de Élite que con la mencionada The Raid. La operación para detener a un importante narcotraficante
se ve truncada, dejando al equipo especial a merced de los habitantes del ghetto que controla el villano. Como
protagonista tenemos a Anne Curtis
acompañada del luchador de MMA Brandon
Vera, con la actriz siguiendo un riguroso entrenamiento tanto marcial como
táctico para resultar totalmente creíble, realizando además sus propias escenas
arriesgadas. Para reverdecer los laureles del cine de acción filipino, Matti
contó además con Sonny Sison para
coreografiar las escenas de acción, tanto de lucha como balísticas, aportando
un toque extremadamente realista en las mismas. Y aquí es donde podemos ver la
mayor de las diferencias con The Raid.
Mientras la película indonesia usaba artistas marciales para las peleas, aquí
se prescinde de ese tipo de acción, con gente normal y corriente obligada a
intentar capturar a los protagonistas. A veces esto va en detrimento de la
calidad de la acción, no nos vamos a engañar, pero se suple con una violencia
dura y sucia con momentos que rozan el gore, sobre todo en la primera parte de
la película ya que en su segunda mitad podemos ver más y mejores artes
marciales, sobre todo de mano de Vera, que tiene algunos enfrentamientos que
aumentan la calidad de la película.
A la acción la tenemos que sumar
otros elementos como la estupenda fotografía y una buena dirección de Matti,
con bastante cámara al hombro pero que se marca también algunos
planos-secuencia muy bien coordinados, con bastante ritmo. Tampoco puedo dejar
de mencionar una banda sonora con toques de western
en algunos momentos, un buen complemento a la historia. La acción sin tregua
que tenemos es sin duda el plato fuerte de esta mencionada segunda mitad,
alternando la acción física con los cuchillos. Pero también tenemos un pequeño
toque político, con los habitantes del ghetto
cansados de estar en medio de la lucha entre la policía y los criminales, así
como la historia del pasado de la protagonista, que la marca en su lucha por la
supervivencia.
El alejamiento del cine
convencional de acción no puedo dejar de hablar de la pericia de Curtis, que es
evidente que no es Uwais, y eso favorece aún más el tono realista de la
película, algo que seguramente mucha gente vea como un fallo al esperarse a una
experta en artes marciales pelear y pelear para deleitarnos con coreografías
espectaculares, pero como he dicho, este film podría considerarse una mezcla entre
The Raid y Tropa de Élite, buscando su propia personalidad en una atmósfera
húmeda y oscura. Resumiendi, BuyBust
es una historia cruda, sucia, con violencia, quizás no demasiado original, pero
ofreciendo un punto de vista al que no estamos tan acostumbrados como es el
submundo criminal filipino y si bien no va a considerarse un clásico moderno,
sí es una recomendable película para pasar dos horas que no se hacen nada
largas y con buenos momentos de tiroteos y peleas que se podría resumir en una
carnicería entre policías y criminales pero con los más desfavorecidos en el
fuego cruzado, sin olvidar la corrupción política, por mucho que sea una
película de género.
NOTA: 6
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