Ahora que la tercera entrega de John Wick nos trae a Mark Dacascos a primera plana, es un
buen momento para recordar una de sus mejores películas marciales. Siempre se
habla de Sólo el más fuerte (1993), Crying Freeman (1995) o El Pacto de los Lobos (2002) entre lo
más granado de su filmografía, dejando en un segundo plano Fuerza Máxima, todo un trallazo de acción y artes marciales con
toque hongkonés de la que siempre se ha esperado una secuela o al menos un
nuevo trabajo con Dacascos y su director, Steve
Wang, un experto diseñador de criaturas en películas que se había formado
como escultor y miembro de diversos equipos de efectos especiales, como Depredador (1987), Gremlins 2: La nueva generación (1990) o El Imperio del Fuego (2002) En 1991 dio el salto a la dirección con
Mutronics, una estupenda unión de
los conceptos del tokusatsu con el
toque superheroico norteamericano aderezado con espectaculares peleas. Pero sin
duda la película que traigo esta semana es la mejor como director de Wang.
Fuerza Máxima es la unión del estilo visual del cine de Hong Kong,
desde las películas de Kung Fu de la Shaw
Brothers hasta el cine de ballet
bullet de John Woo, un toque de
cómic, otro de manga japonés y unas mínimas pinceladas de ciberpunk. Bueno, y humor, claro. Una mezcla explosiva que se
desarrolla rápidamente, yendo al grano y convirtiéndose en una buddy movie que recuerda a Hora Punta, que curiosamente se
estrenaría al año siguiente. Las coreografías de Koichi Sakamoto y sus Alpha
Stunts son muy rápidas, elegantes, gracias al trabajo de Dacascos y del
resto de especialistas. Las estilizadas técnicas y el estado de gracia de
Dacascos, junto a la estupenda dirección de Wang, nos recuerdan a los wuxia y al cine de Kung Fu clásico, pero
igualmente tiene ese toque de las producciones de la Seasonal en tierras norteamericanas. De esta forma se convierte en
un homenaje al cine marcial y al ochentero norteamericano repleto de acción,
con ese principio en el barco, la pelea en el bar, en el taller y motel, la
cantera o la secuencia final. Todo ello sin dejarnos un segundo de descanso,
exceptuando el aporte cómico de la tristemente fallecida Brittany Murphy (Inocencia Interrumpida) o donde se profundiza
levemente en el compañero de aventuras de Dacascos, Kadeem Hardison (Un mundo diferente), quien despliega su vis cómica
y química con Dacascos. Todo ello sólo sirve para tomar aire antes de una nueva
secuencia de acción, pero dando una motivación a las decisiones de su personaje
respecto a ayudar a Toby Wong (Mark Dacascos) Es necesario hablar de Masaya Kato (Terra Formars), una
estupenda némesis para un clímax brutal.
La historia es sencilla. Toby
Wong llega a Estados Unidos como polizonte de un barco, mientras es perseguido.
El motivo es un prototipo de biomotor que lleva implantado y que le confiere
una velocidad, fuerza y agilidad sobrehumana. En su camino encontrará a Malik
(Hardison) que le ayudará contra sus enemigos. Y ya tenemos todo lo necesario
para asistir a las estupendas peleas del film. Aunque he mencionado al
coreógrafo y sabemos quien está delante de las cámaras, los que están detrás o
se ven menos, no hay que olvidarlos. Nombres como Al Goto, Luke LaFontaine,
J. J. Perry, Akihiro Noguchi o Ron Yuan
participan como secundarios o como especialistas. Está claro que la conjunción
de nombres de este film junto a lo mencionado anteriormente la convierten en un
clásico moderno a reivindicar, a pesar de ciertos lastres como la propia
interpretación de Brittany Murphy, o su personaje, demasiado cargante aunque tiene
algún buen momento. Dacascos se hace con la película, con apoyo de sus
compañeros, salvando la situación y consiguiendo que olvidemos esos momentos de
humor fallido gracias al resto de cosas estupendas que nos ofrece. Una película
que podría ser una estupenda sesión doble tras Hermanos de sangre (1990), por poner un ejemplo. Lo ideal sería que
al menos se editase una versión de Fuerza
Máxima con el montaje completo, alrededor de 20 minutos más, con otro final
y algunas secuencias de humor. Una versión que se puede encontrar en Alemania
para una película que no parece haber llamado demasiado la atención, y eso que
llegó a ganar en el Fantasia Film
Festival de 1998 el premio a la mejor película internacional. Espero que al
menos esta crítica te haga verla, o volver a verla.
NOTA: 8
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