Las adaptaciones de videojuegos
suelen fallar estrepitosamente, y más si son de juegos de artes marciales. En
1994 aparecía la de Street Fighter,
que se ha convertido en objeto de culto a pesar de las numerosas carencias y
fallos de selección de reparto. Pero un año después aparecía Mortal Kombat, criticada por mucha
gente que sólo demuestra una falta total de conocimientos marciales y del
propio género cinematográfico. Por ello es momento de reivindicarla como se
merece y de encumbrarla como una de las mejores adaptaciones de juegos de lucha
del cine, llena de momentos fabulosos, combates espectaculares y con un reparto
casi a la altura de lo que necesitaba. Deudora de clásicos como Operación Dragón (1973) o Contacto Sangriento (1988), Mortal Kombat consiguió ofrecer una
altísima calidad para deleite de los amantes del cine marcial.
La historia es tan sencilla como
la del videojuego. Un torneo interdimensional que definirá el destino de
nuestro planeta. Lord Raiden y sus
campeones se enfrentarán al malvado hechicero Shang Tsung y sus luchadores, nada más y nada menos. El guion nos
presenta a los luchadores del Dios del Trueno, Liu Kang, representante del Templo de la Luz que busca venganza por
el asesinato a manos de Tsung de su hermano al no creer en las historias sobre
el Mortal Kombat, Johnny Cage, actor de cine marcial
puesto en duda como luchador, y Sonya
Blade, policía que también busca venganza por el asesinato de su compañero
a manos de Kano. Ellos tres viajarán
al torneo a una remota isla, dando comienzo el torneo y ofreciendo unas
estupendas coreografías obra del legendario Pat E. Johnson (Karate Kid) que se superó a sí mismo, uniendo
fuerzas con el protagonista, Robin Shou
(El Ojo del Tigre) unificando peleas típicas del cine marcial norteamericano
con ese toque hongkonés. Además, el director, Paul Anderson, daba el salto al cine comercial tras Shopping: De tiendas (1994)
consiguiendo posteriormente convertirse en un reputado director gracias a su
saga Resident Evil (2002) Su dirección
en las peleas es perfecta, sin abusar del montaje picado y permitiendo ver
perfectamente las técnicas diseñadas por Johnson y Shou. Por si fuera poco, hay
muchos nombres que aportan así su calidad marcial: junto a Shou, que interpreta
a Liu Kang, Cary-Hiroyuki Tagawa
como Shang Tsung, Chris Casamassa
como Scorpion, Keith Cooke como
Reptil, Kenneth Edwards como Art
Lean, que lucha contra Goro, Gerald
Okamura como uno de los espíritus que invoca el villano en el tramo final, T.J Storm como uno de los luchadores
invitados, o ya en el apartado de especialistas, el sensei Fumio Demura, Jeff Imada,
Steven Ito o J.J. Perry, nombres míticos. De esta forma se enriquece mucho el
film, que usa cables en ciertos momentos, pero sin exagerar. También hay que
destacar la ambientación en los combates, imitando los diseños del juego
original. Y si tenemos que hablar de algún escenario, sin duda el del combate
entre Scorpio y Cage es de los más impactantes. La fuerza visual del director,
junto a los mundos creados por el juego, confluyen en una película muy
atractiva visualmente.
Si a nivel marcial no podemos
quejarnos, sí podríamos hacerlo con parte del reparto. Tenemos a Christopher Lambert como Raiden, si
bien no lucha y sólo hace alarde de su poder del trueno además de cumplir su
función de mentor además de aportar su presencia como estrella. Lambert se
encontraba en la cima de su estrellato (el mismo año de estreno de Mortal Kombat estrenaba Presa de la Secta) Como Cage tenemos a Linden Ashby, un actor con conocimientos
marciales, concretamente Karate y Taekwondo, pero que en pantalla no convencía
demasiAdo. Recordemos que en un principio se hablaba de que este personaje lo
interpretaría Brandon Lee, pero su
muerte impidió que se uniese al reparto. Bridgette
Wilson-Sampras se encargó de Sony Blade, que repite errores de Cage, es
decir, que no convence como dura policía, al margen de sus nulos conocimientos
marciales. Talisa Soto fue la
Princesa Kitana, y el fallecido Trevor
Goddard se encargó de Kano. Personajes míticos del juego pero que algunos
se quedaron como secundarios importantes, pero dejando el peso al trio de
héroes que protege Raiden, es decir, Liu Kang, Cage y Blade. A pesar de tener
un ecléctico reparto, con y sin conocimientos marciales, el resultado es una
película trepidante, con efectos especiales deudores de su época y de su
presupuesto, pero que consigue adaptar bien el videojuego para ofrecernos una
banda sonora espectacular, grandes combates y ese toque de serie B que busca
entretener y que consigue hacerlo. Un producto muy bien hecho con influencias
del cine de Hong Kong, gracias al trabajo de los especialistas y del director,
un villano fabuloso y momentos para el recuerdo, como casi todas las peleas,
ese Goro animado de forma tan
clásica, los decorados, la música, las apariciones de Raiden en plan cool, y sobre todo, unas ganas de
entretener y divertir, consiguiéndolo sin muchos esfuerzo. Una buena película,
sencilla pero que promete lo que ofrece y se convierte por derecho propio en
una de las mejores adaptaciones de un videojuego de lucha.
NOTA: 7’75
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