NIAFFS'20 - GOLDEN JOB (2018)


El cine de Hong Kong ha sido de los mejores a nivel de acción durante muchas décadas. Tras el cine de Kung Fu de los sesenta y setenta, incluyendo Bruce Lee, llegaba el cine policíaco, el heroic bloodshed, el cine de artes marciales moderno y tantos y tantos metros de películas llenos de acrobacias imposibles, tiroteos interminables, honor, lealtad, traición, fraternidad, sangre, patadas… De una u otra forma todo esto sigue saliendo de Hong Kong y de China, ofreciendo un amplísimo catálogo de títulos clásicos y míticos, de sagas alucinantes como Young and Dangerous (1996), protagonizada por unos jóvenes actores. Andrew Lau catapultó a algunos de ellos, llegando a las cinco entregas oficiales, una parodia y un spin-off. Veintitrés años después de la primera parte se estrenaba Golden Job, donde el reparto se volvía a reunir para una especie de homenaje a dicha saga. Para ello, los cuatro protagonistas, Ekin Cheng, Jordan Chan, Jerry Lamb y Michael Tse se pusieron en manos de Chin Ka-Lok, que no se encarga sólo de la dirección, ya que además es el coreógrafo y uno de los cinco protagonistas de esta historia repleta de acción y muchas más cosas…

Cuando lees la sinopsis del film, sobre cinco hermanos que se unirán a su mentor para un último golpe, robar unos medicamentos para un campo de refugiados, piensas que será una película sobre robos decorada con escenas de acción, pero nada más lejos de la realidad. Hay varias partes que van haciendo cada vez más grande la película. Comenzamos con una presentación de los personajes en uno de sus golpes, ofreciendo además buenas dosis de acción balística. Tras esto, una pequeña elipsis temporal para preparar lo que nos cuenta la sinopsis, el robo, espectacular, pero antes de llegar a la mitad, tenemos unos giros que van enfocando la trama hacia ese relato épico del mundo gansteril hongkonés, con ecos a John Woo, al de A Better Tomorrow (1986), pero con el toque juvenil de la propia saga Young and Dangerous, a pesar de las edades de los actores. Por ejemplo, Ekin Cheng cumple en octubre de este año 52, pero sí tiene esa atmósfera callejera mafiosa, lejos de las estilizaciones de Woo o Johnnie To. Consigue recuperar ese subgénero que no ha parado de producir películas de esas que no nos llegan, pero a niveles comerciales de superproducción. La mayoría de los protagonistas son estrellas ya, con Cheng destacando entre todos. Pero el carisma de Chin Ka-Lok junto a la presencia de Eric Tsang, productor además del film, o a un invitado muy especial, Yasuaki Kurata, que sigue muy en forma, como bien demuestra. Claro, vas sumando estos elementos, y vas recordando esos maravillosos títulos ochenteros y noventeros que veías cuando descubrías este tipo de cine, y puede que se sume la nostalgia, pero se va convirtiendo en un bonito homenaje no sólo a la saga que protagonizaron, sino a todo el cine de Hong Kong, mejorable en algunos aspectos, como ese abuso digital en las explosiones y en alguna que otra secuencia, pero no impide que disfrutemos de este cocktail, al que hay que seguir sumando.



Tenemos un parón para acrecentar el drama, todo muy bien construido de cara al último acto, la explosión de acción, junto a unas estupendas persecuciones con coches deportivos. Acción sin freno que mantiene esos homenajes. Por momentos es Hardboiled (1992), The Killer (1989), Young and Dangerous y muchás más, pero manteniendo una identidad propia como película, sin desmelenarse como hubiese podido, pero es más bien un muestrario de cómo hacer acción de la buena. No faltan momentos cinemáticos de esos que tanto nos gustan, con deslizamientos de personajes en tiroteos, momentos casi imposibles, en sus pequeñas dosis justas para mantener la emoción en cada nueva escena. También tenemos villanos extranjeros, faltaría más, y un rodaje internacional, en Montenegro y Budapest, entre otras. Una historia de venganza, de justicia, de ladrones, de honor y de fraternidad, con sus traiciones, su drama un relato épico familiar, con el toque mafioso y mercenario. Este toque es la puerta a esas escenas de acción que están a la altura de la épica de la historia, complementándose para ofrecernos algo que no se ve como nos gustaría, recordando épocas mejores, pero disfrutando de la actual, que, al fin y al cabo, nos ha traído un peliculón como Golden Job.

NOTA: 8

Comentarios