20 AÑOS DE RONIN - EL BUEN ACTOR MARCIAL

Traigo de nuevo al blog uno de los artículos que salieron en Ronin. En esta ocasión, debido al estreno doméstico de la primera entrega de Matrix, quise escribir sobre la importancia del coreógrafo en el cine de o con artes marciales, y qué mejor que con esta película donde todos los que pelean no conocen ninguna disciplina (otra cosa son las secuelas) Salió en el número cero, en diciembre de 1999, y vuelvo a no corregir ni ampliar nada, y soy consciente de la existencia de algunos fallos de documentación (internet no era precisamente como ahora… y ni tenía en casa en aquellos años) como decir que Carrie-Anne Moss debutaba como actriz, pero prefiero mantener el texto íntegro. Y la verdad es que en esta ocasión me ha gustado cómo me quedó, a pesar de los fallos, pero bueno, era el primer número de la revista.
 Aprovechando el estreno de esta espectacular película en vídeo, vamos a saber algo más sobre los coreógrafos de lucha, desconocidos pero esenciales para cualquier escena con peleas.

MATRIX Y YUEN WOO PING
Este film de ciencia-ficción, pionero en el tratamiento de la imagen, ha dado un giro a los efectos especiales. Estamos acostumbrados a ver efectos especiales, pero para ver explosiones, naves espaciales y cosas por el estilo. Gracias (para unos, desgracias para los que odian los efectos visuales por ordenador) a los hermanos Andy y Larry Wachowski, guionistas y directores de la película, hemos podido ver, y quien no debería hacerlo, un espectáculo nunca visto antes. La trama es aparentemente sencilla. Se ha creado una red informática, pero unos rebeldes quieren destruirla. El cabecilla es Morfeo, interpretado por Laurence Fishburne, y es secundado, entre otros, por la bella y letal Trinity (la modelo Carrie-Anne Moss, que pasa con éxito su bautismo cinematográfico de fuego, aunque en este género es fácil). Keanu Reeves es Neo, un hacker o pirata informático que es “reclutado” (y quien la haya visto sabrá porqué lo entrecomillo) por Morfeo, que además está investigando sobre qué es Matrix. Se tienen que enfrentar a unos guardianes de la Red, trajeados y muy peligrosos. Hasta aquí parece que el guin no es muy original, pero no es cierto. Lo que pasa es que no puedo desvelar nada más, para los que no la hayan visto. Como crítica, es una película muy entretenida, con un ritmo muy bien llevado. Al principio puede parecer lenta, pero sólo si esperas ver acción descerebrada. Este tipo de acción es mucho mejor, desde mi punto de vista, ya que tiene diálogos mejor construidos que los que podemos ver ahora. Los efectos en los enfrentamientos son muy buenos, merecedores de un Oscar de Hollywood, pero sabemos que es muy probable que se lo den a George Lucas por su Amenaza fantasma. Yo recomiendo este largometraje encarecidamente, pero no sólo por sus efectos digitales, sino por las secuencias de artes marciales. Los directores han sido influidos por, entre otras cosas, los comics de Marvel (de donde son “La Patrulla X”, “Spiderman”, “Los 4 Fantásticos” o “El Capitán América”) y por el cine de Hong-Kong. Y esto último se nota. Para plasmar este tipo de cine, han llevado a Estados Unidos a uno de los mejores coordinadores de artes marciales y acción del momento, Yuen Woo Ping.


Este chino lleva casi toda su vida entre platós de rodaje. Se formó en la Ópera de Pekín, al igual que Jackie Chan, y su padre es el ya fallecido y conocido por los aficionados al género, Yuen Hsiao Tien, el Maestro Borracho. Después de años de coreografiar escenas de lucha para los estudios Shaw Bros., se fue a Seasonal Films, una productora joven que empezaba a desbancar a los hermanos Shaw. Empezó a dirigir películas, como El mono borracho en el ojo del tigre (“Drunken master”, 1978) o La serpiente en la sombra del águila (“Snake in the eagle`s shadow”, 1978), ambas protagonizadas por Jackie Chan y por su propio padre, Yuen Hsiao Tien. A partir de aquí, el éxito ha acompañado a Yuen Woo Ping en prácticamente todo lo que ha hecho. En España podemos ver algunos de sus trabajos, como Érase una vez en China, con Jet Li.  Pero no se ha encasillado en las artes marciales, ya que ha dirigido La ira del Tigre (“Tiger Cage”, 1988) y ha participado en la saga Ultraforce (“In the line of duty”). Y hasta E.E.U.U. se desplazó para hacer que Keanu Reeves, Laurence Fishburne y el resto de los actores aprendiesen a pelear como expertos. Y lo logró.

EL COREÓGRAFO DE LUCHA
El coreógrafo de lucha es el encargado de que las peleas de las películas sean buenas o no, pero no todo el mundo puede hacer una coreografía, a pesar de saber artes marciales, ya que se necesita tener imaginación. Si has visto la película de Jean Claude Van Damme, Double Team, verás que hace cosas que creo que ni el soñó. En el resto de sus películas vemos pelea bien coreografiadas, pero no varían mucho. Explotan las cualidades del belga, pero no buscan otra técnicas nuevas, diferentes y espectaculares. En cambio, en la película comentada no. ¿Van Damme innova? No, lo que pasa es que el director es chino, Tsui Hark, y se ha traído a un coreógrafo de excepción, Sammo Hung. En sus anteriores films, solía coreografiar sus propias peleas. La pena es que esta película, en mi modesta opinión, está subvalorada. Tiene movimientos de cámara y escenas de acción muy buenas, pero no soy yo nadie para determinar el éxito de una película. Parece que a la gente le gusta más ver a Van Damme dar patadas abriéndose de piernas (spagat). Pero no es el único. Steven Seagal prepara sus peleas, y sus films están fracasando. Siempre hace lo mismo, aunque parece que en este caso no gusta tanto, el público se ha cansado. En cambio, hay gente que no hace lo mismo, es decir, que aunque les o se coreografíen, varían aunque sea un poco. Es el caso de Chuck Norris, que aunque sus peleas suelen ser muy parecidas, ha sabido mezclar sus técnicas con el Jiu-jitsu brasileño de los Hermanos Machado en su serie Walker, Texas Ranger, y con técnicas de proyecciones de Judo, aunque esto último es más común. Otros dos, esta vez chinos, son Jackie Chan y Bruce Lee. Éste último no tuvo tiempo de variar mucho, pero sus luchas son diferentes entre sus películas. Las mejores son las de sus últimos films, ya que fue él quien las preparó. Y no tienen nada que ver con el resto de peleas que se han visto antes. Explosivas y nada exagerada. Su compatriota, Jackie, es, al contrario, más espectacular. Juega con sus enemigos, con todo lo que tenga a su alcance, y de una forma original y divertida. Él es el coreógrafo, y no hay ni una sola pelea mala o repetitiva.
    En otro caso están los actores sin experiencia marcial, pero que han realizado películas de este género. Son actores como Ralph Macchio, protagonista de Karate Kid, y sus dos primeras continuaciones, o de David Carradine, protagonista de la serie Kung- Fu y secundario de films de serie “B” de artes marciales. Los dos, y muchos otros, lucen sus conocimientos marciales, pero sabemos que no tienen ni idea. Para que todos ellos luchen en la pantalla, una persona tiene que trabajar esas peleas. Ellos no suelen salir en pantalla, excepto como extras o especialistas. Incluso a veces el coreógrafo es el director de especialistas, por lo que tiene mucho más control en las escenas de acción.


Hemos empezado este artículo hablando de Matrix, que Keanu Reeves parece versado en el arte de la lucha, y no queda patético como otros. Pues bien, esa es la tarea más difícil de un auténtico coreógrafo, el hacer que los que nunca han practicado artes marciales parezcan que lo llevan haciendo años. Para ello debe entrenar físicamente al actor, para ponerle en forma y que aprenda secuencias para la película y otras que le ayudaran a que parezca más natural, y aparte debe preparar a su equipo de especialistas, coordinándolos a todos, hablará con el director de la película, con el director de fotografía, director artístico e incluso con el guionista, para saber si las peleas serán realistas, imaginativas, fantásticas (es decir, usando cables), brutal,... Y solo queda ensayarla en el plató o decorado y grabarla.
En resumidas cuentas, es muy difícil saber quién es un buen artista marcial y quién es un buen actor marcial, siempre y cuando el coreógrafo sea bueno. A parte, depende de varias cosas el ser bueno en ambos casos:
1)      Tener buena base marcial (años de entrenamiento)
2)      Encontrar, o ser, un buen coreógrafo de lucha, para explotar sin cansar al público las cualidades marciales
3)      Buscar buenos guiones para lucirse además en la pelea, haciendo de nuevo buenas películas de artes marciales. Pero esto es tema de otro artículo.

Iván Fernández

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