FANZINE RONIN: 20 AÑOS DE SU NACIMIENTO

Portada de Ronin Número 0
En diciembre de 1999 sacaba mi primer número del fanzine Ronin, el número 0. Cada tres meses y hasta verano de 2012 salía un nuevo número, con una periodicidad cambiante pero consiguiendo establecer una modesta publicación dentro del panorama de fanzines. Recuerdo que Miguel, dueño de la mítica tienda de cómics de Madrid, Crisis, decirme asombrado cómo había entrado un chico preguntando por Ronin y al decirle que no había llegado el nuevo número, se dio la vuelta y se fue, con todo el catálogo y productos que tiene la tienda. Fueron años de aprendizaje, de crecer y evolucionar en este terreno de escribir sobre cine asiático. Bueno, cine y cultura, ya que tocaba temas como la historia, la filosofía, mitología, tradiciones, música y artes marciales. Para conseguir subvenciones de cara al fanzine y a hacer más cosas nacía la Asociación Cultural y Juvenil Ronin. No voy a entrar a hablar qué cosas hacíamos, ya que hoy toca hablar del fanzine. Tiradas cada vez más grandes, mayor calidad en los ejemplares, patear Madrid para llevar a todas las tiendas de cómics donde se vendía, e incluso otro tipo de establecimientos, como  el teatro, sala de conciertos y bar Tarambana, en Carabanchel. Pero el fanzine terminaría desapareciendo para transformarse en este blog.
Y este próximo mes de diciembre cumplirá el número 0 veinte años. Por ello, voy a comenzar a subir algunos artículos que han ido apareciendo en la revista, tal cual, sin corregir ni actualizar, por lo que espero que tengas en cuenta el tiempo que ha pasado y perdones cualquier errata o error de documentación que pueda tener. Y qué mejor que empezar con el primer editorial y el primer artículo que aparecía en el número 0, conmemorando el 26º aniversario del fallecimiento de Bruce Lee, y cuyos contenidos fueron los siguientes: 26 años sin el Pequeño Dragón; Estrenos: Star Wars. Episodio 1. La Amenaza Fantasma"; "Martial Law"; "El Superchef"; "Van Damme's Inferno"; "Supercop"; "Matrix (El buen actor marcial)"; Selección literaria: "El Tao del Jeet Kune Do", "El arte de la guerra"; Pasatiempos; Proverbiis chinos populares; Do-In. Automasaje I; Yin-Yang, la dualidad universal; Filosofía: Los dos filósofos y el pastor; Buzón de fans; Tekken; Listas Top Ten; Ilustración; Entrevista al profesor de Karate Vicente Tena Moreno.

EDITORIAL
Este es el número cero del nuevo fanzine “RONIN”, dedicado a la promoción de todo lo relacionado con oriente, sobre todo cine y artes marciales. La idea de esta publicación nació hace ya un año, cuando se cumplían veinticinco años de la muerte de Bruce Lee. Una asociación estaba a punto de formarse, y su primera actividad sería el conmemorar esos 25 años sin el Pequeño Dragón. Pero una serie de desafortunados incidentes cortaron su nacimiento. Pero su espíritu independiente no murió, y los diferentes proyectos que se tenían en mente, esperan ser rescatados. Y uno de esos proyectos es este fanzine. La asociación aún no se ha formado, pero su primer proyecto se hace realidad. “RONIN” ya ha nacido, y esperemos que para quedarse.


El nombre proviene de los samurais sin señor, caballeros errantes, e incluso mercenarios, pero nosotros preferimos el término más romántico, el de samurais que no obedecen  a nadie, con un espíritu independiente y rebelde.

En este número cero, os presentamos unos artículos relacionados con el veintiséis aniversario de la muerte de Bruce Lee, sobre su 56º aniversario, estrenos de cine, vídeo y televisión (siempre relacionado con oriente y las artes marciales), comentarios de películas y actores, y entrevistamos a un Maestro de artes marciales. También queremos empezar un cómic en próximos números, y esperamos vuestras sugerencias y opiniones. Nuestra dirección la tenéis en esta misma página. Si os gusta Bruce Lee, Jackie Chan, John Woo, y todo lo relacionado con las artes marciales, vengan de donde vengan, este es vuestro fanzine. Un saludo, y espero que os guste. 

26 AÑOS SIN EL PEQUEÑO DRAGÓN
Hace ya 26 años que Bruce Lee nos ha dejado. 26 años sin ver nuevas películas, sin ver hasta dónde habría podido llegar este hombre. Bruce Lee nació el 27 de noviembre de 1940 en San Francisco, E.E.U.U. Hijo de Lee Hoy Chuen y de Grace Lee, actores de la Ópera China, de gira por Estados Unidos. Le llamaron Lee Yun Kuen, que significa “El Protector de San Francisco”, aunque por motivos supersticiosos poco después le cambiaron el nombre por el de Lee Jun Fan. Pero en América fue bautizado como Bruce Lee, ya que sonaba muy americano.

LAS ARTES MARCIALES 
El primer maestro que tuvo fue su propio padre, Lee Hoy Chuen, que le empezó a enseñar Tai Chi Chuan. Pero este arte marcial de movimientos armoniosos y enfocado al desarrollo de la energía interna o Chi no le llenaba del todo al joven Bruce, por lo que se pasó a otro estilo de Kung Fu, el Wing Chun, bajo la tutela del Gran Maestro Yip Man. Bruce era un pandillero, por lo que prefería un arte marcial más enfocado a la lucha que lo que su padre podía enseñarle. Pero se vio obligado a abandonar Hong Kong para  viajar a Estados Unidos para reclamar su ciudadanía americana, por lo que dejó de entrenar con Yip Man. A partir de ese momento dejó de tener un maestro fijo, investigando por su cuenta, entrenando e intercambiando técnicas con maestros de muy variadas artes marciales, ampliando poco a poco su arsenal técnico, y creando su propio arte marcial, a pesar de que no quería denominar de ninguna forma su forma de pelear. Lo llamó Jeet Kune Do, o “Camino del Puño Interceptor”. Se basaba, entre otras cosas, en la economía de movimientos, es decir, llegar a su objetivo con movimientos simples, sin esconderlo dentro de técnicas muy estéticas pero carentes de 
efectividad. Otro punto destacable era el no limitarse a un solo estilo, si no que había que buscar aquellas técnicas que resultasen más adecuadas a cada persona, tanto física como mentalmente. Por desgracia, la prematura muerte de Bruce impidió saber hasta dónde podría haber llagado este genio innovador, a pesar de que actualmente existen personas que enseñan los conceptos del Jeet Kune Do por el mundo, pero no es lo mismo sin Bruce.

SUS PELÍCULAS
A pesar de lo que se cree, Bruce Lee empezó en el cine cuando sólo era un niño, actuando en diversas películas, interpretando sobre todo a niños difíciles y gamberros (como era él , mas o menos). Incluso, al crecer, en papeles dramáticos o de comedia. Cuando viajó a Estados Unidos, empezó a trabajar en el restaurante de una conocida, Ruby Chow, en cuyo patio siguió entrenando Wing Chun. Poco después se matriculó en la universidad, en la carrera de filosofía. Allí conoció a la que sería su esposa, Linda Cadwell, y al poco tiempo, empezó a dar clases de Kung Fu. Tiempo después, fundó su primer “Jun Fan Gung Fu Institute”. En esta academia daba clases a chinos, blancos y negros por igual, por lo que tuvo enfrentamientos con la comunidad marcial china. Todo esto se saldó con un combate que Bruce ganó contra Wong Jack Man. Poco después de afianzar su carrera como profesor de artes marciales, en Seattle, empezó a realizar exhibiciones en algunos torneos de artes marciales. En 1964, realizó una exhibición en el Torneo de Long Beach, organizado por Ed Parker, padre del Kempo Karate moderno. Allí se encontraba un famoso peluquero de Hollywood. Éste peluquero tenía entre sus clientes a William Dozier, que buscaba a un chino para protagonizar el film “El hijo número uno de Charlie Chan”. Bruce fue recomendado por el peluquero, y el directivo de la Twentieth Century Fox, (Dozier), le realizó una prueba. La película nunca llegó a realizarse, pero la prueba que le hicieron servio para que consiguiese un papel en una nueva serie, en la línea de “Batman”, “The Green Hornet”, “El Avispón Verde”. En ella, Bruce interpretaba el papel de Kato, el chófer y ayudante del superhéroe que daba título a la serie. Estaba basada en un serial radiofónico de los años cincuenta, pero no consiguió tener el éxito de su serie hermana “Batman”. Las artes marciales chinas empezaron a ser conocidas gracias al trabajo del Pequeño Dragón. Al cancelarse la serie, Bruce apareció en algunos capítulos de series famosas como “Ironside”, pero tuvo un gran reconocimiento en la serie “Longstreet”, serie que contaba las desventuras de un detective ciego. En el primer episodio aparecía Bruce como su maestro de artes marciales. La filosofía de Lee impregna los diálogos que tienen los protagonistas, de hecho, su título era el nombre del “estilo” de Bruce. Stirling Silliphant, guionista de la serie, era alumno de Bruce, por lo que consiguió que saliese en algunos capítulos mas, incluso en una película de James Garner, “Marlowe, un detective muy privado”, pero Bruce buscaba algo más. 
Volvió a Hong Kong, y allí se sorprendió del éxito de “The Green Hornet”, o “la serie de Kato”, como era conocida. Un hecho decisivo en su vida que le hizo marcharse a Hong Kong fue el racismo. En la Fox le prometieron realizar una serie titulada “The Warrior”, pero era “muy chino” para interpretar a un...chino. Contrataron a David Carradine, por “tener rasgos orientales” y realizaron la serie: ”Kung Fu”. Una vez en Hong Kong, los dos mayores productores de la ex-colonia británica, los Hermanos Shaw y Raymond Chow, intentaron contratarle, pero se llevó el gato al agua el segundo, jefe de la productora Golden Harvest. 
La primera película que realizó fue “The Big Boss” ( “Karate a muerte en Bangkok”). En ella, Lee interpretaba a un joven campesino que viajaba a Bangkok para trabajar en una fábrica de hielo. Se instala con unos familiares, pero los problemas llegan cuando dos de los familiares desaparecen. La razón: han descubierto que la fábrica es una tapadera para el tráfico de drogas. Las peleas no son muy buenas, pero se nota que Bruce es el Pequeño Dragón. A esta película la siguió “Fist of fury” (“Furia oriental”), dirigida por el mismo que “The Big Boss”, Lo Wei. En ella, se narran las investigaciones de Chen, alumno de Kung Fu  que vuelve a casa después de estudiar en el extranjero y se encuentra que su Maestro, Huo Yuen Chia, ha muerto, según Chen, asesinado. Basada en hechos reales, esta es bastante superior a su anterior film, tanto por el nivel de la coreografía de lucha como todo el resto de la película. Gracias a esta película ganó el Golden Horse Award, el equivalente al Oscar norteamericano, o al Goya español. Las luchas contra los japoneses son muy buenas, y aparece por primera vez unos nunchakus en pantalla. El director era un déspota, que gracias a Bruce Lee, era
famoso, por lo que se le subió a la cabeza. Por ello, Bruce se negó a realizar otro film con él. Raymond Chow, productor y amigo suyo le propuso crear una productora, Concorde Films, pero junto Golden Harvest, de Chow. Así nació la única película dirigida por Bruce Lee. “The way of the Dragon” (“El furor del Dragón”) Además de dirigirla, la escribió, protagonizó, produjo, coreografió las escenas de lucha e incluso tocó la flauta en la banda sonora. En esta cinta, Bruce viaja a Roma para ayudar a unos familiares que tienen un restaurante. Allí se tendrá que enfrentar a unos mafiosos que pretenden comprar el restaurante sea como sea. Aquí tiene lugar el denominado “Combate del Siglo”, entre Bruce Lee y Chuck Norris, que interpreta a un campeón de Karate contratado por los mafiosos. Las peleas son muy buenas, con una exhibición de nunchakus sorprendente, y también vemos la faceta de comediante que tenía este Pequeño Dragón. (Sobre todo si hemos visto la edición que sacó Manga Films, que está íntegra) Después de ésta película, empezó a rodar, con él como director, “The Game of Death”, en la que tenía que recuperar un tesoro robado que estaba en una torre, custodiada en cada plante por un luchador de una especialidad diferente en cada planta. Sólo rodó unos veinte minutos, aproximadamente., ya que le llamaron de E.E.U.U. para protagonizar una película con la Warner Bros., “Enter the Dragon”. (“Operación Dragón”) Ésta película fue la que le consagró internacionalmente. En ella, Bruce era un luchador contratado por el Servicio Secreto para participar en un torneo de artes marciales, el Torneo de Han (Shien Kien ), del que se sospecha trafica con drogas y mujeres. En el torneo conocerá a Roper (John Saxon) y a Williams (Jim Kelly). Dirigida por Robert Clouse, excepto la coreografía de lucha, que la preparó él. Antes del estreno, Bruce murió a causa de un edema cerebral ocasionado por hipersensibilidad a uno de los componentes de un medicamento para el dolor de cabeza, “Equagesic”. No pudo ver su éxito internacional, ni terminar “Juego con la muerte”, que se terminó con un doble que no se le parecía en nada, y usando escenas de otras películas suyas. Lo único destacable son las escenas de lucha del final, que es el verdadero Bruce Lee, y la banda sonora, de John Barry. 

EL DRAGÓN HA MUERTO           
El invencible héroe de “Operación Dragón”, obra maestra del género, murió el 20 de julio de 1973 en Hong Kong. Entró en coma en casa de Betty Ting Pei (por lo que se dijo que era su amante, asesina, y la mujer cuya carrera cinematográfica se vio truncada por este hecho), y cuando llegó al hospital, ingresó muerto. Al extenderse la noticia, casi todo Hong Kong se volcó a la calle para darle un último adiós. Amigos, parientes, desconocidos... todo el mundo lloraba esta pérdida, pero la vida continua. Linda y sus dos hijos, Brandon y Shannon se llevaron sus restos a Seattle, donde reposan ,ahora, por desgracia junto a los de su hijo Brandon Bruce Lee. ¿Qué hubiera pasado si no hubiese muerto? Nunca lo sabremos, pero intuimos que su nivel en artes marciales hubiese seguido subiendo, al igual que el respeto de la gente al cine de artes marciales, tan menospreciado hoy en día. No ha surgido nadie con el carisma de Lee, a pesar de la cantidad de actores marciales que pueblan los cines y las estanterías de los video-clubs. Morir tan joven (32 años) nos hace pensar que si genios como Bruce Lee, que tenía el cuerpo, según los médicos, como el de un chico de dieciocho años, desaparecen tan de repente, ¿la gente normal, insanos, no tienen más riesgo de morir? No tiene porqué, pero “gracias” a esto sí nos damos cuenta de una cosa, que somos todos humanos, no hay nadie especial, por muchas películas o dinero que tenga. Creo que a Bruce Lee le gustaría que le recordásemos no como a un héroe del cine o una leyenda de las artes marciales, si no como a un hombre que luchó por sus sueños, y los rozó con las yemas de sus dedos. Esto nos tiene que motivar para luchar por los nuestros, y no sólo rozarlos, sino agarrarlos para que no se nos escapen. Sigue reposando, Pequeño Dragón, te lo mereces por abrirnos los ojos.

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