Isaac Florentine es conocido por la saga de Invicto a partir de su segunda parte, pero antes de esa película
tiene Desert Kickboxer (1992), Savate (1995), muchos episodios de Power Rangers o el film que traigo esta
semana, que podríamos decir que es una de sus mejores películas a pesar de no
haber tenido la repercusión de las películas con Boyka y Scott Adkins. El
motivo es rodearse de un elenco maravilloso en cuestiones marciales además de un
espíritu del cine de Hong Kong brutal. Aunque
continua una película del 2000, Misión
Suicida (U.S. Seals), una serie B militar, es puramente una película de
artes marciales trepidante y maravillosa, disfrutable de principio a fin, una
auténtica joya llena de coreografías magistrales, muy bien rodadas y que
debería convertirse en un clásico de este principio de siglo XXI en el que se
estrenó. Por suerte llegó a nuestro país, aunque no es fácil encontrar una
copia de ella. Pero si tienes la oportunidad de conseguirla, no lo dudes ni un
segundo si te gusta el cine de Kung Fu y, en general, el marcial.
Lanzada directamente en vídeo en
los albores del siglo XXI, este Comando
Suicida nos presenta a un grupo de Navy Seals estadounidense que tendrá que
detener a un antiguo compañero de un desastre nuclear. Así de sencilla es su
trama debido a estar destinada a los videoclubs, siguiendo la estela de la
serie B ochentera y noventera pero con el aliciente de beber del cine hongkonés
de artes marciales. Para ello, Isaac Florentine tuvo la suerte de tener como
coreógrafo y director de segunda unidad a Andy
Cheng, miembro del equipo de especialistas de Jackie Chan y coreógrafo de, por ejemplo, la serie Into the Badlands. La película se
divide en tres actos, algo habitual, claro está, con la presentación del héroe,
Michael Worth, y el villano, Damian Chapa, para presentar
posteriormente la misión, al resto de compañeros del héroe, y, por último, la
misión, que ocupa la mayor parte del metraje para deleite nuestro. Contar,
además, con un reparto experto en artes marciales, favorece la labor de Cheng,
empezando por Worth, experto en Tang Soo
Do, bajo la tutela del maestro de Chuck
Norris, Joey Escobar, y Jeet Kune Do,
aprendido del mismísimo Dan Inosanto,
además de ser un fan de la Bruceploitation
(no en vano lleva años preparando un documental y con el que además hablé de
cara a mi libro) y continuando con Sophia
Crawford, experta en Taekwondo bajo las enseñanzas de Simon Rhee, en Eskrima y Jiu-Jitsu, además de estudiar como
especialista con Yukai Oshima y que
hemos visto en diversas producciones hongkonesas, Hakim Alston, conocido por su participación en Mortal Kombat (1995) y toda una máquina en Kickboxing, Taekwondo y
Karate o Dan Southworth, que ha
formado parte del equipo del propio Cheng. Bueno, y Andy Cheng también es uno
de los actores, completando así este estupendo reparto marcial que, en manos
del coreógrafo, la convierte en una maravillosa película llena de momentos
espectaculares. Que sea Cheng además el director de segunda unidad, encargado
de las secuencias de acción, favorece mucho el resultado final, siendo una de
las películas norteamericanas más hongkonesas de la época. Un uso de cables
limitado pero muy efectivo con coreografías espectaculares, muy rápidas y
espectaculares cambian el género del bélico, que puede parecer que es en el que
se circunscribe, al marcial, con un uso muy limitado de las armas de fuego. Gracias
a las peleas, es una película tan sumamente buena, a pesar de la simplicidad
del guion, que no es malo, sólo una excusa bien llevada para las secuencias de
acción, llena de estupendos stunts
que hacen las delicias del aficionado.
Otro de los puntos fuertes es la
dirección. El tándem Florentine/Cheng consiguen mostrarnos la acción de forma
estupenda, con planos amplios y largos, cambiando de personajes cámara en mano
para dejar sus momentos de lucimiento a cada actor. También tenemos algunos
pequeños giros de guion habituales en el género, con traiciones y demás, pero
todo llevado con mucho ritmo, sin permitirnos un momento de descanso. Diversos
estilos de lucha, diversas armas, desde bastones largos hasta cadenas, pasando
por espadas e incluso bufandas (o fular), enriquecen las escenas de pelea.
Resumiendo, un reparto estupendo, unas coreografías estupendas y una dirección
estupenda llena de momentos estupendos. ¿Se puede pedir más?
NOTA: 8
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